Faltando tres días para la Navidad, la mala suerte se cruzó en el camino del escolta de la Unidad Nacional de Protección (UNP) Omar Alexis Ramírez Albarracín y opacó cualquier intento de celebración entre sus familiares, que este domingo lloraban desconsolados la pérdida de su ser querido.

El caso se presentó a las 12:30 de la tarde, en la calle 17A, entre avenidas 1 y 2, del barrio Caobos, cuando dos delincuentes armados arribaron en motos hasta la oficina de una constructora con el fin de robarse al menos 32 millones de pesos, producto del pago de la nómina de 25 empleados de una obra de construcción.

Lea además Muere uno de los heridos en tiroteo a las afueras de discoteca de Ocaña

Omar Alexis era el escolta y conductor de una mujer, residente en el municipio de Puerto Santander, a quien esperaba en una tienda a que saliera de una clínica especializada para el alivio de dolores, ubicada al lado de la constructora.

Por fatal casualidad, Ramírez Albarracín observó el momento en que los antisociales salían con el botín y sin pensarlo dos veces sacó su arma de dotación y decidió enfrentarlos.

“El escolta sacó el arma e intentó perseguir a los dos hombres, mientras que un trabajador de la constructora se abalanzó contra uno de ellos. Pero, en el intercambio de disparos salió herido Ramírez”, explicó una fuente judicial.

Al verse acorralados, los delincuentes abandonaron una motocicleta en la calle y escaparon en la otra en que llegaron. Los vecinos aseguraron que se oyeron al menos cuatro disparos, uno de ellos impactó al escolta en el sector intercostal izquierdo.

“El escolta estaba muy grave tendido en el piso y luego llegó una patrulla de la Policía y se lo llevó. La moto de los tipos quedó abandonada frente a la constructora”, señaló un habitante del barrio.  

Ramírez fue trasladado de inmediato a la clínica San José, donde finalmente murió a las 4:00 de la tarde. De acuerdo al parte médico, la bala ingresó, pero no salió del cuerpo del escolta, afectando órganos vitales.

Le puede interesar Sobrevivió a la guerra, pero murió en un robo

Las unidades de policía judicial, se trasladaron al sitio en la búsqueda de elementos materiales probatorios y de los vídeos de las cámaras de seguridad de la constructora, donde habrían quedado captadas las imágenes de los ladrones.

El coronel José Luis Palomino, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, señaló que la moto abandonada es pieza clave en las investigaciones y rastrean la propiedad de la misma, que por ahora registra a una persona con antecedentes penales,  anunciando prontos resultados para la detención  de los responsables de este crimen en medio del robo. 

“Ya tenemos identificado a uno de los participantes en estos hechos, por lo que adelantamos rigurosas pesquisas para capturarlo”, indicó el oficial.

(En estas cámaras de seguridad habrían quedado grabados los rostros de los antisociales.)

Dejo dos hijos 

Los parientes recordaron que minutos antes de que el escolta fuera asesinado, habló con su mamá a través de WhatsApp, mientras coordinaban dónde almorzaría.

“Dijo que si no le daban almuerzo vendría a comer acá, pero eso fue lo último que habló”, comentó uno de sus sobrinos.

Ramírez dejó dos hijos, uno de 10 y otro de 2 años. Vivía con su esposa y sus hijos en el barrio Brisas del Aeropuerto.

Aunque Ramírez ya había trabajado como escolta, solo desde hacía un año pertenecía a la Unidad Nacional de Protección.

Entre tanto, la UNP rechazó el crimen a través de un comunicado, en el que también expresó un mensaje de solidaridad con su familia y amigos e instó a las autoridades para que se adelanten las investigaciones.