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Judicial
La polémica condena que pretende silenciar a un periodista
El periodista y exsenador Justo Pastor Castellanos tiene medida de aseguramiento por hablar de Jensy Miranda Dávila.
Sábado, 17 de Octubre de 2015

Una decisión judicial producto de una demanda por injuria y calumnia que entabló en su contra el empresario Jensy Miranda Dávila –capturado en Cúcuta en el 2009 y extraditado a España acusado de narcotráfico–, tiene hoy silenciado a Justo Pastor Castellanos, un veterano periodista y exsenador, conocido en la ciudad por su revista ‘El Magazine de la Frontera’.  

Castellanos fue recientemente condenado por el juez Hernando Rafael Sarmiento Castro, quien le impuso una medida de aseguramiento no privativa de la libertad por lo que ha dicho de Miranda en varios artículos de su revista. Como condición para no ser multado y llevado a la cárcel, el juez le ordenó no volver a ejercer actos calumniosos o manifestaciones deshonrosas contra Miranda.

La historia de esta disputa judicial se remonta a abril de 2009, año en que el empresario y contratista Miranda Dávila fue capturado en su propia casa, por un pedido de las autoridades españolas, quienes llevaban en su contra un proceso por tráfico de drogas.

Tras el revuelo que generó su captura, por la estrecha relación que mantenía con políticos y personas reconocidas del círculo económico y social de Cúcuta, nadie supo a ciencia cierta qué pasó con él mientras estuvo en España. Solo se le volvió  a ver a comienzos de 2012, cuando apareció nuevamente en la ciudad, esta vez como contratista de la administración del alcalde Donamaris Ramírez.

Hace unos meses, cuando empezó con fuerza la contienda electoral, el nombre de Miranda volvió a ponerse de moda, por la supuesta financiación que mantiene a la campaña del candidato de Cambio Radical a la Alcaldía, Jorge Acevedo.

Y ha sido Castellanos, precisamente, quien más ha visibilizado esta supuesta alianza entre Miranda y Acevedo. A través de su revista, se ha referido abiertamente a los nexos de Miranda con el narcotráfico, ha denunciado supuestas irregularidades que existieron en la selección de su empresa como ganadora del contrato del Programa de Alimentación Escolar (PAE)(su firma fue la única proponente en la licitación) y ha dicho abiertamente que Miranda será el ‘poder detrás del trono’ una vez Acevedo gane la Alcaldía.

Uno de los artículos de Castellanos que generó particular molestia en Miranda y que lo llevó a demandarlo por injuria y calumnia, fue publicado en marzo de este año.  En la nota de prensa titulada ‘Bailando en la cuerda floja’, Castellanos se refiere a Miranda como un “escurridizo narcotraficante”.

“Se rumora insistentemente que el cuestionado contratista se comprometió a financiar la campaña de Jorge Acevedo para la alcaldía de Cúcuta, hecho que lo desenmascararía como candidato oculto de Donamaris (…) El interrogantes es: qué va a exigir Miranda si Acevedo captura la alcaldía. Recordando que la Riascos (exalcaldesa María Eugenia Riascos) tuvo que adjudicarle, para pagarle su respaldo, un contrato de pavimentación por cuatro mil millones, podemos asumir fácilmente que exigirá contratos por veinte mil millones y el manejo de la tesorería. Finalmente extendemos el cuestionario hasta Jorge Acevedo, quien tendrá que explicar al pueblo cucuteño, tan cabreado como está con Donamaris, si es cierto que desertó de las filas del partido Centro Democrático para ser su candidato y si en verdad los está financiando Jensy Miranda”.

(Justo Pastor Castellanos, director de la revista Magazine de la Frontera.)

El periodista y veedor cívico de 82 años ha fundamentado sus denuncias escritas contra Miranda en documentos que posee, entre ellos varios expedientes de procesos en Venezuela en los que se le menciona.

En estos documentos, se detalla su participación en una organización dedicada al tráfico de droga a gran escala (Ver: También mencionado en Venezuela).

Esos documentos los ha presentado ante la justicia, a través de comunicaciones enviadas al Fiscal General, en las que detalla el prontuario de Miranda y además solicita que se indague, a través de la Cancillería, qué resultado tuvo el proceso que se le siguió a este en España. Sin embargo no ha recibido respuesta alguna por parte del ente acusador.

“Jensy Miranda me ha demandado porque yo señalo que él está participando en política. Tengo documentos para demostrar que el señor ha estado vinculado con el narcotráfico. Y no lo digo porque se me ocurre. Me quieren constreñir, me quieren poner un silenciador y eso no lo acepto”, asegura Castellanos.

El pasado mes de abril, tras la denuncia penal en su contra, Castellanos fue citado a una conciliación que terminó sin acuerdo. En una siguiente diligencia, tuvo que verse cara a cara con Miranda ante el juez Sarmiento Castro. Ese día, Miranda sostuvo que por cuenta de los rumores ventilados por el periodista y otros actores interesados en ensuciar su nombre, fue involucrado con el narcotráfico. Ante la justicia, Miranda aseguró que en España fue absuelto de todos los cargos que se le imputaron.  

Sin embargo, una investigación adelantada por La Opinión pudo comprobar que Miranda faltó a la verdad, pues en España no fue absuelto, sino que realmente fue condenado por tráfico de drogas. Esta es la historia desconocida de la condena.

30 meses de cárcel y una multa de 32 millones de euros

El 8 de abril de 2009, el entonces fiscal general Mario Iguarán ordenó la captura con fines de extradición de Miranda. Una vez capturado en Cúcuta, fue trasladado a la cárcel de Cómbita (Boyacá). Allí permaneció 19 meses, en los que trató de impedir su extradición a través de recursos que llegaron a la Corte Suprema de Justicia.

De su inminente envío a España —de donde fue solicitado por orden el exjuez Baltazar Garzón— fue notificado el 1 de junio de 2009, pero solo fue enviado a Madrid el 19 de noviembre de 2010, según el acta de entrega de extraditable que reposa en el Ministerio de Justicia, luego de que se surtieran los trámites de las apelaciones interpuestas por su abogado.

Según consta en la sentencia condenatoria No. 23/2011 del 3 de mayo de 2011, proferida por la sección primera de la sala de lo penal del Juzgado Central de Instrucción No. 5 de la Audiencia Nacional de España, a la cual tuvo acceso La Opinión, Miranda, nacido en Tarapacá (Amazonas) y a quien se refieren con el nombre de Ambrosio (su nombre original no aparece por una ley de protección de datos personales vigente en ese país), fue recibido oficialmente como extraditado el 22 de noviembre de 2010.  Allí lo defendió el abogado español Arturo M. García Hernández. (Lea la sentencia dictada en España contra Jensy Miranda: sentencia_espanola_de_jensy_miranda.pdf)

La vinculación de Miranda con el narcotráfico empezó a ser rastreada por la Brigada Central de Estupefacientes de España desde diciembre de 2006. Ese año, las autoridades ya conocían de la existencia de una organización integrada por ciudadanos colombianos y venezolanos, dedicada al tráfico de estupefacientes a gran escala entre América Latina y España, de la cual hacía parte Miranda.

El permanente seguimiento a esta organización delictiva les permitió a las autoridades detectar el envío de un cargamento de cocaína desde Isla Margarita (Venezuela), en un buque llamado Alexandra (de bandera venezolana), hasta  el  sur  de  Cabo  Verde (África),  en  donde  debía  encontrarse  en altamar con otra embarcación llamada Malohay, de pabellón británico, cuya tripulación  estaba encargada de recibir la droga y llevarla hasta Mauritania (África) para luego ser ingresada a España.

Una vez enterados de la operación, el juzgado No. 5 de la Audiencia Nacional autorizó la interceptación del Alexandra, el 9 de abril de 2007. Allí encontraron ocultos, en un depósito de agua, 17 fardos que contenían un total de 503,64 kilogramos netos de cocaína, de pureza 69,61% y valorada en 31 millones de euros (unos 102.000 millones de pesos).

Por estos hechos, en calidad de autor, Miranda fue condenado a dos años, seis meses y tres días de cárcel, y a pagar dos multas de 16 millones de euros cada una (52.800 millones de pesos cada una), con la posibilidad de permanecer dos meses más tras las rejas en caso de no pagar el dinero. También fue condenado a asumir las costas, es decir, los gastos en los que se incurrió durante la investigación para poder probar el caso en el juicio.

Rebaja de pena por colaboración con la justicia

A pesar de la gravedad de los hechos que le fueron  probados en España, Miranda tuvo un juicio rápido y su condena no fue tan severa, a juzgar por otros casos similares. Se presume que esto tiene que ver con la colaboración que realizó con la justicia, según se detalla en la sentencia.

“Ambrosio ha reconocido desde el primer momento su participación en esta operativa de tráfico de drogas, habiendo mostrado asimismo su intención de colaborar con la justicia, al ponerse a disposición del Juzgado Instructor desde su país de origen, desde que supo que el procedimiento se dirigía contra él (pese a que solo podía venir a España mediante una extradición). De igual manera ha reconocido no solamente la participación de las diversas personas que estaban involucradas en este delito, sino que ha aportado el dato del dueño de la sustancia estupefaciente decomisada”.

Dentro de la pena impuesta se le tuvo en cuenta el tiempo que estuvo privado cautelarmente de la libertad por esa causa, es decir, los 19 meses que pasó en la cárcel de Cómbita (Boyacá).

Así las cosas, terminó pagando menos de un año de cárcel en España.  Una vez libre, Miranda regresó a Cúcuta a retomar sus negocios.

La Opinión habló con el empresario para conocer su reacción ante estos hechos, pero negó que hubiera sido condenado y agregó que fue involucrado en ese proceso por una persona malintencionada, sin dar mayores detalles.

Sin aportar pruebas, aseguró también que la justicia española tuvo que pedirle “disculpas” por el inconveniente causado por su pedido en extradición.

“Yo fui absuelto en España. Habría que revisar qué veracidad tiene ese documento al que tuvieron acceso (ustedes), pues ahora hay una serie de chismes y montajes en mi contra. Hubo un tema donde a mí me involucran, pero yo fui totalmente ajeno a ese problema. Cuando llego ante la justicia española, ellos se dan cuenta que yo no tengo nada que ver y yo salgo por la puerta grande, me absuelven. Todo el mundo se dio cuenta que yo voy (sic) y salgo ligero”.

Al solicitársele que entregara documentos que probaran su absolución en España, se comprometió a conseguirlos, pero hasta la fecha no habían sido proporcionados a este diario.

También mencionado en Venezuela

En la investigación que adelantó La Opinión se pudo establecer que Miranda también aparece mencionado en un proceso de Venezuela por los mismos hechos por los que fue condenado en España.

En el expediente No. AA30-P-2012-000197 de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, en el cual se solicita la extradición de ciudadano venezolano Carlos Enrique Sarmiento Sus, miembro de la organización delictiva de la que hacía parte Miranda, se citan apartes del auto de procesamiento dictado por el Juzgado Central de Instrucción No. 5 de la Audiencia Nacional de España.

En esos apartes, se habla de la existencia de un grupo organizado de 12 personas dedicado al tráfico de cocaína a gran escala. A Jensy Miranda,  —a quien identifican con el alias de Ernesto o El Señor— lo definen como el hombre al frente de la organización, y mencionan a quienes estarían bajo sus órdenes, ayudándole en la preparación y ejecución de los transportes de cocaína: Carlos Enrique Sarmiento Sus, alias Carlitos; Edwin Javier Marval Rodríguez, alias Pica; Lizardo Reyes Maldonado, alias El Gordo; Abelardo Alonso Castro, alias Fidel y Mustapha Eddahbi, alias Maluco, entre otros. VER DOCUMENTOS EN www.laopinion.com.co

Con datos tomados del expediente de España, en el documento se detalla de manera extensa y puntual el accionar de la organización y varias de las operaciones que realizaron mientras eran seguidos por miembros de las autoridades de ese país, quienes además utilizaron interceptaciones telefónicas y seguimientos en vivo para poder probar los delitos.

Allí se registra, por ejemplo, cómo en enero de 2007 la organización decidió llevar a cabo otra operación de transporte de 900 kilos de cocaína que fue coordinada directamente por Miranda y Eddahbi. La droga se dividió en dos envíos (400 y 500 kilos, respectivamente) que fueron transportados casi simultáneamente hasta Guinea Conakry (África) y de allí a España.

En el texto se relata cómo se organizaron para transportar la droga y puntualiza la responsabilidad que tenía cada miembro de la banda en el envío y distribución de la droga en Guinea (África) y la posterior gestión para recoger las ganancias.

En este último punto, relatan abiertamente la gestión de Jensy Miranda, así: “El cargamento llegado ascendía a unos 550 kg., que era lo pactado por Sall en Aruba con la organización, repartiéndose entre todos diversas cantidades de droga para obtener cada uno sus beneficios. Por todo ello, hacia el 14 de septiembre de 2007, Jensi Miranda (alias) Ernesto, junto con el tal Pica (Edwin Javier Marjal Rodríguez), por orden de Carlos Sarmiento se desplazaron hasta Barcelona con intención de poder contactar con gente a la que distribuir la droga recién recibida. Así el 19.9.07 ambos se dirigieron al inmueble sitio en la calle Provenza 282 de la capital catalana, domicilio que Marc Requesens prestó para vivir a alias Ernesto (Jensy Miranda) y Pica en donde aquellos se encontraron con Luis Guillermo Vásquez, amigo de Requesens, yéndose a continuación los tres juntos en el vehículo Volkswagen Golf matrícula V -1 093-GS propiedad de Luis Guillermo a reunirse con Marc Requesens y otros terceros interesados en la operación que habitualmente se dedicaban a ello.

En la citada reunión llegaron asimismo al acuerdo de que el último se fuese a Guinea para facilitar el envío de dinero de la operación desde ese país hasta Venezuela. Con esa finalidad Requesens viajó a Guinea el viernes 21.9.07, no logrando sin embargo entrar en el país por falta de visado”. (Vea además El caso de Jensy Miranda: jensy_miranda_1.pdf)

Su hermano, también condenado por narcotráfico

Miranda, sin embargo, no es el único miembro de la familia vinculado con el narcotráfico. Otro documento de la Corte de Apelaciones del circuito judicial del estado Táchira, en Venezuela, da cuenta del proceso y posterior condena a la que fue sentenciado Dusty Miranda Dávila, un hermano suyo ya fallecido, también por narcotráfico.

La sentencia fue dictada el 17 de agosto de 1999 y en esta se condenó a Dusty a pagar 10 años y 9 meses de prisión por los delitos de transporte ilícito de sustancias estupefacientes y psicotrópicas y uso de cédula de identidad falsa.

Al preguntársele por su hermano y la vinculación de este con el tráfico de drogas, Jensy Miranda respondió: “Somos hermanos de sangre pero hace más de 20 años que no nos hablábamos”.

¿Quién es Jensy Miranda?

Es hijo de un oficial retirado de la Armada y excombatiente de la guerra de Corea. Nació en Tarapacá (Amazonas), pero desde muy niño salió de allí con sus padres. Llegaron primero a Arauca y luego se radicaron en Cúcuta. En su juventud pasó un tiempo en Bello (Antioquia), de donde es su documento de identidad, y luego regresó a la ciudad, donde empezó a consolidar sus empresas.

Desde antes de su captura en la capital nortesantandereana, Miranda mantenía relaciones con políticos de la región, e incluso, fue acusado por Jorge Iván Laverde Zapata, alias El Iguano, excomandante del Frente Fronteras de las autodefensas, de sostener reuniones con él para cuadrar la financiación de la campaña del exgobernador Luis Miguel Morelli Navia.

Es propietario de la constructora Vallehermoso S.A., hoy convertida en Construcciones JASAM SAS, la cual ha ganado varios contratos de infraestructura en Cúcuta en distintas administraciones: en la de Morelli (2004–2007) y en la de María Eugenia Riascos (2008-2011) por más de 3.000 millones de pesos. Estos dos mandatarios nombraron en su época a personas cercanas a la constructora de Miranda en la secretaría de infraestructura, cargos claves para obtener este tipo de contratos.

Una de ellas fue Carolina Peñaranda. Ella era gerente de la constructora Vallehermoso cuando fue nombrada por Riascos titular de esa cartera.  

Es también propietario de Norlácteos, empresa que mantiene contratos con la actual administración local, y que en el pasado los tuvo con la alcaldía de Ramiro Suárez Corzo, hoy preso y condenado a 27 años de cárcel por el homicidio de Alfredo Enrique Flórez. Fue accionista del Cúcuta Deportivo y en la época de oro del equipo tuvo palco de honor en el Estadio General Santander.

A Miranda se le conoce por sus negocios como ganadero y como propietarios de varias fincas, entre ellas una en Agua Clara.

Aunque últimamente se la ha relacionado con la campaña del candidato a la Alcaldía Jorge Acevedo, Miranda ha sido tajante al negar dicha vinculación.  Justamente, el hoy candidato Acevedo fue el interventor del contrato de alimentación escolar que Miranda tuvo con la administración municipal en el 2013, época en la que Acevedo se desempeñaba como secretario de Bienestar Social.

En diálogo con La Opinión, el empresario aseguró que es “amigo de todos los políticos”, pero que no financia a ninguno.

“En este momento me siento un empresario y un ciudadano honorable. Soy amigo de todos los políticos, me he sentado y compartido con todos los candidatos a la alcaldía pero no financio a nadie. Soy una persona muy limpia, pero por todo este tema de la política me quieren involucrar en cosas muy oscuras. A Jorge Acevedo lo conocí de pura casualidad porque fue el interventor del programa que manejábamos nosotros cuando él fue director de Bienestar Social”, aseguró.

A pesar de negar que aporta dinero a la campaña de Acevedo, Miranda acepta su gusto por la política, que, según dice, heredó de su padre, quien fue personero en Putumayo. “Creo que ese gusto viene de mi papá. Me gusta ayudar con mis voticos y mis empresas a los políticos,  colaborarle a todo el mundo, pues la política hace ya parte de todo. Por cuenta de estos chismes con los que me vinculan, hoy soy el hombre de moda en la ciudad”, concluyó.

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