La acalorada discusión que José Orlando Contreras Joya sostenía con su pareja sentimental, al parecer, para que no siguiera tomando más cerveza, terminó de la peor forma, con él muerto.

El suceso se presentó en un hospedaje, ubicado en la calle 4 entre avenidas 6 y 7, del barrio El Callejón, el domingo, a las 4:30 de la tarde.

Según testigos, la pareja llevaba alrededor de tres meses viviendo en ese lugar y trabajaban en ‘lo que les saliera’. Por un lado, él hacía mandados o llevaba objetos de un lugar a otro, mientras que su pareja se iba al parque Lineal a buscar dinero, vendiendo chicles o cigarrillos.

“Ellos eran fijos en este hospedaje y normalmente discutían por el trago, es que la víctima desde la mañana que salía ya andaba con una botella guardada en el pantalón, era normal que estuviera alcoholizado, pero eran discusiones verbales, no se pegaban ni nada”, contó uno de los residentes del hospedaje.

Agregó: “por lo general cuando estaban en esas situaciones (peleas), entraba uno de los empleados del lugar para calmarlos, pedirles que le bajaran el volumen a los gritos y ahí acababa todo, pero en esta ocasión no había ningún empleado y justo la persona que escuchó la discusión era un familiar de la mujer”.

Ese hombre (agresor), trabajaba alquilando lavadoras a domicilio en el barrio Carora, y justo en ese momento, uno de los residentes del hospedaje pidió una lavadora y cuando la llevó, se dio cuenta de la discusión, por eso al ver que José Orlando gritaba a su familiar, sacó un cuchillo que llevaba en la pretina del pantalón y tocó la puerta.

Según un testigo, cuando la pareja abrió la puerta, el hombre entró y se comenzó a escuchar que dentro de la habitación había gritos, varios objetos se partieron y minutos después, se oyeron los lamentos de la mujer, porque su marido estaba muerto.

Ante eso, algunas personas llamaron de inmediato a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) y minutos más tarde, el lugar se llenó de patrullas.

“Esa habitación estaba muy desordenada, habían vidrios rotos en la entrada y más allá estaba el cuerpo de la víctima, con una sola puñalada en el pecho y su camisa ensangrentada, pero en el suelo no quedó rastro de sangre. Cuando interrogaron a la mujer ella solo decía ‘mi sobrino Raúl, mi sobrino lo hizo’, por lo que las autoridades fueron a buscar al homicida”, sostuvo uno de los testigos.

Detenido minutos después

La Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brihno) que llegó al lugar, después de hacer las entrevistas a los testigos y la inspección técnica, conocieron que el presunto homicida era Raúl Acevedo Acevedo, quien habría huido con una herida en el rostro que le hicieron durante el enfrentamiento con la víctima.

“El asunto es que Raúl apenas vio al hombre sin vida, se fue de nuevo a su lugar de trabajo y, al parecer, pidió un permiso para ir a un centro asistencial, porque tenía la herida encima del ojo, una vez las autoridades supieron, comenzaron a indagar en cuál centro asistencial estaba”, manifestó el testigo.

Y fue en la Unidad Básica de Comuneros, mientras el presunto homicida era revisado por un médico, que unidades de la Policía confirmaron su identidad y luego de capturarlo fue trasladado a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) para procesarlo por el delito de homicidio.

Al cierre de esta edición, el hombre estaba siendo procesado penalmente ante un juez, quien le definiría su situación jurídica.