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‘Los Pepes’, el ‘mito mafioso’ que se empieza a desintegrar
La red criminal está integrada por varios hermanos, oriundos de Tibú, Norte de Santander.
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Sábado, 9 de Diciembre de 2017

Desde hace más de 15 años en Cúcuta, y otros municipios de Norte de Santander, se habla de ‘Los Pepes’, una organización narcotraficante que tuvo nexos en el pasado con Víctor Ramón Navarro Serrano, alias Megateo, y actualmente delinque con los carteles mexicanos que han llegado a la región a comprar coca directamente, sin necesidad de intermediarios.

Sin embargo, hasta hace seis días ninguna autoridad se atrevía a dar una declaración contundente contra estos narcos de vieja data. Por miedo, respeto o desconocimiento, nadie entregaba información cuando se preguntaba por esta red de mafiosos; las evasivas, siempre afloraban. 

El pasado 4 de diciembre, no obstante, el general Juan Libreros Morales, comandante (e) de la Región 5 de Policía, cambió esa realidad y dejó en claro que esta organización no es un mito y que, por el contrario, tiene un imperio criminal y económico asentado en la capital nortesantandereana y otras ciudades del país desde hace muchos años.

Ese día, el oficial informó que gracias a un trabajo conjunto entre la Policía y la Fiscalía se lograron ocupar 16 bienes que ‘Los Pepes’ adquirieron con dinero producto de la comercialización de cocaína, y que estaban a nombre de testaferros. 

“En total perdieron 36 mil millones de pesos, que es lo que valen los inmuebles que fueron ocupados para el trámite de medidas cautelares de extinción de domino”, indicó el oficial y cuyas declaraciones provocaron revuelo en varios rincones de la ciudad, a tal punto de que quienes aparecen como dueños de esas propiedades ya están buscando abogados que los asesoren.

“Pese a que nadie se atrevía a dar detalles sobre esa organización, tratando de mostrar que solo era un mito, por ‘debajo de la mesa’ muchas personas sabían de estos narcotraficantes y hasta se han prestado para manejarles sus negocios ‘legales’, con los que están lavando el dinero de la venta de cocaína en el exterior”, sostuvo una fuente judicial que ha estado muy cerca de la investigación contra la red, pero que por seguridad no revela su nombre.
 
En una reciente operación las autoridades antidrogas ocuparon 16 bienes de esta organización de narcotraficantes. 

La ley del silencio

¿Por qué hablar de ‘Los Pepes’ es tan misterioso? La fuente judicial manifestó que recopilar información sobre este grupo de ‘narcos’ ha sido muy difícil, “porque uno encuentra personas que hablan de ellos y hasta indican que son dueños de muchas cosas y cargamentos de droga que hemos cogido, pero a la hora de buscar pruebas, no hay. Además, el poder de infiltración que manejan es tan grande, que por eso todo lo que se haga contra ellos toca con el mayor sigilo y con autoridades que no sean de Cúcuta”.

Tal es el poder de esa organización, que solo hasta hace dos años una persona tuvo la valentía de acercarse a las autoridades judiciales, hablar sobre sus integrantes y mostrar pruebas contundentes que hoy son fundamentales en las pesquisas que se llevan. 

“Ese informante llegó solo, sin estar buscándolo, traía documentos muy importantes, por eso de inmediato se solicitó en Bogotá que le brindaran todo el apoyo posible y lo escucharan; lo demás se hizo por medios técnicos e indagaciones”, señaló la fuente.

Salvatore Mancuso, excomandante de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), también ha sostenido en varias audiencias desde Estados Unidos, donde está preso, que ellos fueron quienes los ayudaron a tomarse esta parte del país, manejándoles el negocio de la cocaína que tenían desde el Catatumbo hacia el exterior, haciéndoles ganar 110 mil millones de pesos hasta 2004 cuando se desmovilizaron en Tibú.

Según el exjefe paramilitar, entre 1999 y 2004 este grupo paramilitar produjo y comercializó 119 toneladas de cocaína.

¿Quiénes son?

La única persona que se atrevió a hablarles a las autoridades judiciales sobre estos narcos fue quien les indicó que la red estaba conformada por varios hermanos, todos oriundos de Tibú, y quienes luego de que los paramilitares se desmovilizaran, siguieron en el negocio del narcotráfico, montando sus laboratorios en el corregimiento Campo Dos (Tibú) y aliándose con Megateo para poder producir y comercializar la droga en el exterior.

Entre las revelaciones que ha hecho Mancuso está que Gerson Álvarez Dueñas, ‘Kiko’, es uno de los integrantes de esta red de narcotraficantes y fue quien se convirtió en el hombre de confianza del excomandante de las Auc. De esta persona se sabe que en 2007 fue deportada por autoridades venezolanas a Colombia, y meses después salió de prisión con un documento falso. 

En septiembre de 2009, luego de varios meses de conversaciones con la DEA, decidió entregarse en Aruba, siendo trasladado de inmediato a Estados Unidos, donde se sometió a la justicia. A él también lo señalan de ser uno de los promotores de las Águilas Negras en el Catatumbo.

En la página web del Departamento de Estado de Estados Unidos se puede leer que Gerson Álvarez es miembro fundador y dirigente de ‘Los Pepes’, “una organización que se extiende por el norte de Venezuela y Colombia. Suministrando cargamentos de cocaína de varias toneladas a Los Zetas y opera numerosos laboratorios de producción de cocaína. Investigaciones hasta la fecha (de su captura) han identificado más de $300 millones de dólares en ganancias de drogas lavadas por su organización”.

El Departamento de Estado de Estados Unidos también señala que en 2001 se cree que Álvarez Dueñas ordenó el asesinato de la fiscal colombiana María del Rosario Silva, quien lo investigaba por tráfico de drogas y violación de lavado de dinero. Fue acusado formalmente de cargos relacionados con narcóticos en el 2011.

La foto de Gerson Álvarez Dueñas aparece al lado de la de Megateo y, además, las autoridades estadounidenses ofrecían una recompensa de hasta cinco millones de dólares por información que llevara a su captura.

Orlando Álvarez Dueñas, conocido como ‘Nolo’, es hermano de Gerson y también ha sido sindicado de ser jefe de ‘Los Pepes’. Este hombre también decidió colaborar con las autoridades estadounidenses, pues ofrecían un millón de dólares de recompensa para quien entregara información que llevara a su captura. Luego de un par de años en una prisión norteamericana, recobró la libertad.

“A Orlando lo procesaron por narcotráfico y lavado de activos, tuvo que entregar muchas de sus propiedades y colaborar con la justicia de Estados Unidos”, señaló la fuente judicial.

Las autoridades colombianas también tienen identificado a otro hermano, Omar de Jesús Álvarez Dueñas, quien fue capturado en 2007 en una operación antinarcóticos, la cual llamaron ‘Florero’ y se ejecutó en varias ciudades de Colombia. 

“Esta persona también participó en el negocio del narcotráfico y adquirió muchos bienes, uno de ellos acaba de entrar en proceso de extinción de dominio. Es una finca que está ubicada estratégicamente en la frontera y sería por donde entra y sale contrabando y droga”, manifestó la fuente.

Las autoridades colombianas aseguran que ‘Los Pepes’ cambiaron su forma de delinquir, buscando personas de confianza que se encarguen directamente del negocio del narcotráfico, mientras ellos tratan de despistar a los investigadores. “Sabemos que hay una persona que se la pasa en Puerto Santander, que está a cargo de toda la organización, mientras que ese clan familiar se dedica al blanqueo del dinero con empresas fachadas, casas de cambios y exportadoras, ubicadas en Colombia, Venezuela, Aruba y Panamá, entre otros países”, puntualizó el investigador. 

El negocio

“Las rutas que tienen por ese lado del Catatumbo son Campo Dos-Venezuela-Islas del Caribe-Estados Unidos-Europa o Campo Dos-Puerto Santander-Venezuela-Islas del Caribe-Estados Unidos-Europa. Por los constantes golpes que se les han dado, comenzaron a cambiar de rutas, trazando una que es Campo Dos-Barranquilla-Cartagena- Islas del Caribe-Estados Unidos-Europa; por este lado también les hemos agarrado algunos cargamentos, uno de ellos fue una droga que iba entre unas tejas de barro que compraron en El Zulia”, explicó la fuente judicial.

Agregó: “los golpes que les hemos dado son tan grandes que esta organización también decidió montar laboratorios en zonas rurales de Chinácota, Ragonvalia y Herrán, porque están muy cerca de la frontera y la presión de grupos armados ilegales no es tan fuerte. Sabemos que también tienen ‘cocinas’ en toda la línea fronteriza para evadir los controles. La droga la estarían moviendo en cuatrimotos hacia Venezuela y allá la encaletan para sacarla al exterior”.

Las autoridades antinarcóticos afirmaron que las operaciones contra esta organización y otras cuantas más que están delinquiendo en Cúcuta y Norte de Santander continuarán. “No descansaremos hasta acabar con esas redes que trabajan para los carteles internacionales de narcotráfico”, puntualizó el general Juan Libreros Morales.

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