La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile

Madre de menor muerto por militares venezolanos reclama justicia

“Que este crimen no quede impune, por favor ayúdenme”, repetía la madre.

Los rastros de la muerte del niño Ángel Sebastián Ascanio Quintero aún siguen marcados en el cuerpo de su mamá, quien todavía se recupera de las heridas que le quedaron del accidente, protagonizado por miembros del Ejército venezolano.

Las lesiones físicas de esta madre se convierten en cicatrices mínimas comparadas con el daño emocional que perdurará para siempre en la familia del pequeño, de 8 años de edad.

Sosteniendo en su mano una botella de suero medicinal, María Janeth Quintero Quintero pidió que se haga justicia con los responsables de la muerte de su hijo.

“Que este crimen no quede impune, por favor ayúdenme”, repetía la mujer, quien no cesaba en señalar a los soldados venezolanos, como los culpables de atropellarlos y causar la muerte de su hijo.

¿Cómo fue?

Según contó la mujer, en la noche del 21 de diciembre, cuando se movilizaba en una motocicleta venezolana marca Empire Arsen, con su hijo Ángel Sebastián, en la vía que conduce a la aldea La Mulata del municipio Pedro María Ureña (estado Táchira), de manera repentina, un convoy del Ejército los embistió, causándole la muerte a su pequeño hijo, a quien una llanta de un pesado vehículo le pasó por  encima de su cabeza.

Le puede interesar: Militares venezolanos habrían atropellado a un niño colombiano

En ese momento, los planes de celebrar una Navidad en familia, junto a sus otros dos hijos, que viven en el territorio venezolano, se opacaron por la muerte.

“Eso pasó a 200 metros de donde el Ejército tiene el puesto de control. Luego, de que nos atropellaron, el camión paró en el retén y no me quisieron ayudar”, dijo María Janeth.

                                               María Janeth Quintero, madre del niño

La mujer denunció que estuvo por un lapso de más de una hora y media junto al cadáver de su hijo tendido en la carretera, porque tampoco permitían que los viajeros que pasaban por el lugar los auxiliaran.

“Un señor les pidió que por favor lo dejaran ayudarme y lo que hicieron fue apuntarle con el arma y decirle que siguiera su camino”, dijo Quintero.

Solo hasta que llegó al lugar el alcalde de Ureña, la mujer fue auxiliada y las autoridades venezolanas practicaron el levantamiento del cuerpo. “El alcalde tuvo que identificarse y les exigió que quería ver el convoy, ahí estaba marcada la sangre de mi bebé en las rueda de atrás”, aseveró la acongojada madre.

Antecedentes

Según María Janeth, en meses anteriores ya había tenido problemas con los militares que instalan el puesto de control a pocos metros de la casa de sus otros dos hijos.

“Ellos se metían a la vivienda supuestamente a inspeccionar y una vez me quemaron la tubería del agua. Me tocó decirles que me iba a quejar en el comando”, dijo la mujer.

Image
La opinión
La Opinión
Jueves, 28 de Diciembre de 2017
Premium-home
Patrocinado por:
Logo Empresas
Temas del Día