Sin importar que sea de mañana, tarde o noche, los vendedores ambulantes y empleados de locales comerciales por la avenida 7 con calle 10, del centro de Cúcuta, son testigos de cómo venden y consumen droga en este sector, pero muchos prefieren hacer como si no pasara nada y no comentarles nada a las autoridades por temor a las represalias.

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Es por eso que ayer, doce horas después de que Oliverio Cárdenas hubiera sido apuñalado en esa mismo sector, ninguna de las personas que frecuentan la zona quiso dar información sobre el hecho.

“Acá en las noches pasan muchas cosas, es como otro mundo, y respecto al caso que me preguntó, yo no vi nada de eso”, dijo una persona que prefirió no ser identificada.

El hecho

Según el reporte policial, la víctima estaba a las 10:20 de la noche en ese lugar, cuando un hombre conocido como ‘Uriel’ la apuñaló en la espalda, al parecer, en una riña que tuvieron por la compra de drogas.

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Cuando varios policías llegaron al sitio y se dieron cuenta de lo ocurrido, trasladaron a Oliverio Cárdenas a un centro asistencial cercano.

Algunas personas que deambulan por esa parte del centro de Cúcuta le relevaron a La Opinión que en esas calles solo una o dos personas son las encargadas de distribuir las drogas y los consumidores son en su mayoría habitantes de calle.

“Cuando hay varios habitantes de calle por acá, significa que el expendedor llegó. Todos se juntan unos minutos para comprar sus dosis y vuelven a irse, unos a pedir dinero, otros a hacer manualidades con lo que encuentren para vender, y unos pocos desesperados buscan a quién robar”, sostuvieron las personas.

Así mismo, explicaron que los dos expendedores se turnan para tener la droga, y aunque hay uniformados que patrullan por ahí, por lo general requisan a la persona que no tiene los estupefacientes.

“Es que ellos ven el movimiento de la Policía y mientras uno se esconde, el otro se queda visible como señuelo para que lo requisen, porque ya no tiene nada. La situación es grave, uno no puede denunciar porque le caen encima, por lo general lo que se hace acá es que cuando agarran a una persona robando, lo golpean fuerte antes de que lleguen los policías, así les enseñan a no robar”, manifestó un comerciante informal.

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El último homicidio registrado

Hace un mes y un día, el 17 de mayo, en la avenida 0 entre calles 16 y 17, en el separador que esta entre los barrios Caobos y La Playa, dos hombres asesinaron a puñaladas a Yorden José Hincapié Manrique, alias ‘El Churco’, un habitante de calle que frecuentaba esa zona.

Al parecer, el suceso se dio por un dinero que debía por la compra de drogas. Minutos más tarde la Policía capturó a los presuntos homicidas.

La hipótesis de las autoridades es que, al parecer, ‘El Churco’ además de dedicarse al reciclaje era uno de los vendedores de drogas de los detenidos, quienes, esa noche, fueron a exigirle una suma de dinero por ese negocio, pero como no la tenía, se generó una riña y lo apuñalaron.

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