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Piden todo el peso de la ley contra conductor ebrio de mortal accidente

El hecho en Los Patios le provocó la muerte a Montiel López, de 13 años, y dejó herido a su hemano Sergio, de 10.

Los pasos que este domingo daban los hermanos Jennifer Yulieth y Sergio Montiel López, junto a su abuela Rosa Calvo, para llegar a la parroquia Santa Rita de Casia, ubicada en Los Patios, fueron interrumpidos por un mortal accidente de tránsito que protagonizó un conductor ebrio.

A dos cuadras del templo religioso quedaron tendidos los cuerpos de los hermanos, luego de que una camioneta Hyundai Tucson blanca, en la que se movilizaban ebrios un hombre y su mujer, acabara con la vida de la niña de 13 años e hiriera al menor de 10; la abuela, milagrosamente, se salvó de ser arrollada.   

La trágica historia se inició a las 7:40 de la mañana, cuando Jennifer y Sergio caminaban por el andén de la calle 5B con avenida 10 (vía principal) de Los Patios; detrás iba su abuela Rosa, docente de profesión, cuando de repente, ocurrió el hecho.

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“Los niños no habían terminado de dejar el andén para cruzar la calle, cuando apareció la camioneta y se los llevó. Terminaron en el porche de la casa esquinera. Yo corrí desesperada y de una vi a mi niña muertecita. La vi toda ensangrentada y sin reaccionar. En cambió, mi niño sí se movía. Muchos me ayudaron a sacarlos, porque quedaron debajo del carro”, contó Rosa Calvo, abuela de los niños, visiblemente afectada.

Grado 3 de alcohol

(El esmad de la Policía tuvo que sacar escoltados a Román de Jesús Tamayo Gómez y su pareja, de la escena del hecho.)

Según las autoridades de Tránsito y Transporte de Los Patios, el siniestro se presentó cuando Román de Jesús Tamayo Gómez, conductor de la camioneta de placas DMM433, impactó por la parte de atrás a un Mazda Allegro gris de placas MQJ951, que era conducido por Jorge Oswaldo Jaimes Clavijo, haciéndolo perder el control de su vehículo, que terminó volcándose. Tras el choque, Tamayo Gómez también perdió el control de la camioneta y atropelló a los menores.

La prueba de alcoholemia practicada a Tamayo arrojó grado 3 (que aplica el máximo castigo por las autoridades). En cambio, a Jaimes Clavijo, el otro conductor afectado, las autoridades no le hallaron rastros de alcohol en su cuerpo y se recupera en un centro médico de las heridas.

Tras el choque, Tamayo y su mujer, visiblemente borrachos según los testigos, se escondieron en la casa en la que sucedieron los hechos. Hasta allí llegó la comunidad del barrio San Nicolás II que, enardecida, pedía a gritos que salieran.

“Malditos borrachos asesinos”; “salgan, irresponsables al volante, ¿acaso no tienen hijos? ¿No les duele lo que hicieron?”, eran algunos de los gritos que se oían frente a la vivienda, hasta donde fue necesario que llegara el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía para custodiarlos. 

Hacia las 8:50 de la mañana, el Esmad lanzó gases lacrimógenos para dispersar a la turba que pretendía linchar a Tamayo y a su mujer. Solo así fue posible que la pareja y otros acompañantes que llegaron al lugar para conocer lo que había sucedido, lograra ser evacuada por las autoridades en una tanqueta de la Policía.

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Nelly Delgado, propietaria de la vivienda donde la camioneta que conducía Tamayo acabó con la vida de la niña Jennifer, aclaró que no tiene nada que ver con los implicados en el trágico accidente.

Una de las hijas de Nelly manifestó que Tamayo y su mujer se bajaron por la puerta del pasajero y “se veía que venían totalmente borrachos porque el olor a trago era muy fuerte, tanto, que no podían ni sostenerse en pie. El hombre (Tamayo) se puso pálido del susto al ver lo que había causado”. 

Presagio mortal

Desde el corregimiento La Garita, donde vieron a Tamayo Gómez conduciendo antes de estrellarse en Los Patios y matar con su carro a Jennifer, un ciclista pronosticó que algo malo iba a pasar. 

Yo ando bicicleta y había parado a descansar en La Garita; allí vi cuando la camioneta blanca venía andando de una manera errada, pues al hacer el retorno hacia Cúcuta, lo hizo a alta velocidad y casi se voltea. Ahí de una dije ‘se van a terminar estrellando’, y mire dónde vinieron a parar”, contó el ciclista que llegó a la zona del desastre y se llevó la sorpresa de que su presagio se hizo realidad.

Yair López, tío de las víctimas, recordó en medio del dolor lo que significó para toda la familia su sobrina Jennifer Julieth.

“El amor que ella sentía por toda su familia es lo que más vamos a extrañar”, dijo, mientras rompía en lágrimas.

Jennifer Julieth estudiaba octavo grado en el colegio Fe y Alegría de Los Patios, era dedicada, amorosa y la mayor de dos hermanos. Sergio, al cierre de esta edición, permanecía estable y se recuperaba de una cirugía. 

“No entiendo. Dicen que los que causaron esta tragedia son personas adineradas; entonces cómo no tuvieron para pagarle a un conductor elegido, eso vale $25 mil  nada más. Queremos que les caiga todo el peso de la ley, que paguen como debe ser y no que se salgan con las suyas”, añadió el tío de los niños.

Víctor Lazzo, sacerdote de la parroquia Santa Rita de Casia, habló de la enorme tristeza que embarga a todos los feligreses que conocen a los hermanos y su familia.

“Como parroquia lamentamos inmensamente lo ocurrido, jamás pensamos que nos fuera a suceder algo así; estamos orando por la familia, por la salud y total recuperación del niño Sergio.

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Domingo, 28 de Abril de 2019
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