La única explicación que tienen los parientes de Jesús Antonio Martínez Rojas, asesinado a balazos en la madrugada del pasado miércoles, es que el homicidio de su ser querido se desencadenó por la invasión de un lote en el sector donde perdió la vida.

Aunque llevaba seis días instalando dos tablas en un pedazo de tierra abandonado para adueñarse del lugar, los movimientos extraños de un grupo de hombres armados fueron el presagio de la macabra escena.

“Llegaron a cobrar $4.000 por semana a las personas que estaban en estos lotes”, dijo un allegado a la víctima.

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Sin embargo, Martínez desestimó la acción de este grupo armado y continuó con su objetivo de invadir una porción de terreno para instalar su casa.

“Me dijo que estaba quieto y callado y que nada pasaría”, comentó un doliente, luego de identificarlo en la mañana de ayer, en las instalaciones del Instituto de Medicina Legal.

El familiar de Martínez aseguró que él se fue en 2005 a vivir en el estado Mérida de Venezuela, pero por la crisis económica y social que atraviesa el vecino país, decidió retornar a Cúcuta hace un año.

“Él (Martínez) se rebuscaba trabajando en construcción o arreglando motocicletas. No sabemos de problemas diferentes a lo del lote”, dijo el familiar de la víctima, mientras adelantaba los trámites para reclamar el cadáver.

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La ley de la ilegalidad

Según se conoció, en ese sector, ubicado a un costado del Anillo Vial Occidental, un grupo de hombres armados con pistolas impone temor a los habitantes para extorsionarlos y dominar el territorio.

“Es mejor no ir por allá. Yo le decía a Jesús Antonio que no se quedara a dormir ahí, pero no me hizo caso”, dijo un doliente.

Por ahora, las autoridades avanzan en las pesquisas del homicidio, que ocurrió aproximadamente a las 2:30 de la madrugada, cuando se oyeron las detonaciones de los balazos que acabaron con la vida de Martínez.

Los familiares aseguraron que luego de  algunas horas sin tener noticias de él, decidieron arribar a Medicina Legal, donde identificaron el cadáver de su ser querido, que era papá de una niña.