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Por las conversaciones telefónicas se enteraron de los atentados en Cúcuta

A los 10 capturados por el ataque al presidente y el carro bomba en la Brigada 30 los llevaron a la cárcel La Picota de Bogotá. El juez dio la orden.

Aunque el ministro de Defensa, Diego Molano, y el fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, no quisieron dar mayores detalles de cómo llegaron a los 10 presuntos responsables de los atentados terroristas que se dieron en Cúcuta entre el 15 y el 25 de junio, y que sus objetivos fueron la Brigada 30 del Ejército, varias patrullas de la Policía Metropolitana y hasta el presidente de la República Iván Duque, La Opinión pudo conocer en exclusiva algunos apartes de esta investigación.

Y es que las agencias de inteligencia de la Nación se habrían enterado de lo que estaba orquestando Jhon Velazco, más conocido como ‘Jhon Mechas’ o ‘Jhon Barbas’, máximo jefe de la disidencia del frente 33 de las Farc, desde Venezuela, porque desde el 2019 le tienen una investigación, en la que hay varias líneas telefónicas interceptadas y durante algunas conversaciones, conocieron que este año iban a cometer una serie de atentados en la capital de Norte de Santander.

Pero lo que no tenían claro los investigadores era qué sitios pretendían atacar. Por eso, desde marzo cuando se hicieron más frecuentes las conversaciones entre presuntos integrantes de esta organización criminal, las autoridades conocieron sobre la compra y robo de explosivos, especialmente de pentrita y dinamita, además de movimientos de personas, uniformes, armas y munición.

Aunque ‘Jhon Mechas’, quien fue el comandante de las milicias Resistencia Catatumbo del extinto frente 33 de las Farc, y los más cercanos a él fueron cuidadosos al hablar sobre sus planes terroristas, cambiándoles los nombres a muchas cosas, como por ejemplo a las balas le decían ‘acetaminofén’, los investigadores comenzaron a entrelazar todo.

Fue ahí cuando los ‘sabuesos’ de la Fiscalía y Policía tuvieron que crear varias ‘sábanas telefónicas’ (listado de llamadas), logrando llegar a los hoy capturados por los atentados que se registraron, además, les interceptaron los celulares.

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Lo que oyeron

Entre las cientos de horas de grabaciones de las conversaciones, los investigadores conocieron que la gente de ‘Jhon Mechas’ tenía un pequeño grupo de personas en Cúcuta que se encargaría de ejecutar los planes terroristas y que quien encabezaría todo sería un hombre que lo identificaban como ‘El Capi’, resultando ser el excapitán del Ejército, Andrés Fernando Medina Rodríguez.

Además del robo y compra de los explosivos por parte de la disidencia, las autoridades conocieron que el exmilitar y su papá, Joaquín Medina Duarte, se encargarían de negociar un vehículo para convertirlo en un carro bomba.

Ante eso, las alarmas se prendieron, pero no se hizo nada para evitar el atentado. Por medio de las interceptaciones, los investigadores también pudieron conocer sobre la adquisición de algunas prendas de vestir que irían para ese grupo armado ilegal, de las cuales estarían encargados un desmovilizado de las Farc con el nombre de Aurelio y su pareja sentimental Geraldine Fiayo Torrado.

Presuntamente, Aurelio, también sería uno de los enlaces que el jefe de la disidencia tendría entre Tibú y Cúcuta para organizar esos atentados, así como el movimiento de armas y los explosivos.

A medida que los días pasaban, los funcionarios judiciales iban recopilando más conversaciones telefónicas, por lo que en una de ellas se alcanza a escuchar: “estoy mirando la muestra y el azul me queda muy pequeño… no le cabe ni el c#$%...”.

Como las autoridades consideraron que no tenían nada contundente, decidieron esperar a ver qué más podían recaudar y fue así como el excapitán organizó el plan de los atentados como mejor pudo y luego de ponerse en contacto con la disidencia, les pidió el dinero y otras cosas para llevar a cabo todo, además se comenzó a hablar con varios de los hoy detenidos para que cumplieran un rol en lo que estaba organizando.

Los movimientos del carro bomba quedaron grabados.

El ataque a la Brigada 30

Lo primero que pensó Andrés Medina fue en atacar la Brigada 30 del Ejército con el carro bomba y como él sabía muy bien el movimiento dentro de esa guarnición, porque trabajó muchos años ahí como piloto de helicópteros Black Hawk y hasta se salvó de morir en un atentado de las Farc, en zona rural de Teorama, buscó un vehículo que pudiera entrar sin despertar ninguna sospecha.

Lo primero que vio fue una camioneta Toyota Fortuner, que tiene un grupo de hidrocarburos de la Dirección de Carabineros de la Policía, con oficina dentro de esas instalaciones militares.

Fue así como Joaquín Medina, papá del exmilitar, se dio en la tarea de buscar un automotor que fuera similar a ese, para finales de mayo, luego de contactarse con unos comerciantes de vehículos, logró ubicar la Toyota Fortuner, de placas JGX180 que cumplía con las características propuestas.

La camioneta fue negociada con la dueña que estaba en Bogotá y dos días después la trajeron a Cúcuta, pagando $120 millones por ella, el dinero fue enviado con un domiciliario. El 4 de junio, el vehículo fue dejado en un parqueadero del barrio Torcoroma y Medina Rodríguez se encargó de irlo a recoger.

Un día después, el excapitán, junto con Ciro Alfonso Gutiérrez Ballesteros, quien trabajaba como escolta contratista de la Unidad Nacional de Protección (UNP) y custodiaba al desmovilizado de las Farc Aurelio, habría llevado la camioneta a Tibú, donde fue acondicionada con dos tipos de explosivos (pentrita y TNT) y 2.000 metros de cordón detonante.

Para el 15 de junio, en la madrugada, el exmilitar retornó a Tibú para recoger la camioneta y, en compañía de Ciro Gutiérrez, quien se movilizaba en una moto, se vinieron para Cúcuta, pero sabían que no podían parar hasta llegar a la Brigada 30, por eso a las 12:35 p. m. entró a la guarnición militar y se estacionó frente al dispensario.

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A las 2:45 p. m., Andrés Medina se movió y ubicó la camioneta en inmediaciones de las oficinas de Estructura de Apoyo (EDA) de la Fiscalía, descendió y salió a pie a las 2:50 p. m. A unos metros de la entrada principal de las instalaciones militares, lo esperó el escolta de la UNP y a bordo de una motocicleta, escaparon.

Posteriormente, las explosiones se dieron hacia las 3:01 y 3:05 de la tarde. La Fiscalía aseguró que se quemaron 279 metros de cordón detonante, pero 1.721 metros no se activaron. “Esta situación evitó que la tragedia fuera de mayores proporciones”.

Las autoridades también conocieron que el exmilitar Andrés Medina, una vez sucedió lo de la Brigada 30, se habría escondido en Venezuela, donde contaba con la protección de ‘John Mechas’, pero después de varios días, decidió retornar a Cúcuta para cometer otro atentado.

La entrada del carro bomba a la Brigada 30.

Ataque al presidente

El exmilitar y la disidencia tenían claro que con ese atentado y con otro que tenían planeado, muy seguramente harían venir al presidente de la República a Cúcuta, por eso alistaron todo para atacar una de las aeronaves en las que él se movilizaría.

Fue así como iniciaron la preparación del atentado. Lo primero que el excapitán se ingenió fue dispararle a la aeronave, por eso ‘Jhon Mechas’ comenzó a buscar dos tiradores, ubicándolos en Tibú.

Cuando se conoció que el presidente Duque vendría a Cúcuta para luego ir a Sardinata a una reunión con campesinos, ya tenían todo listo para el ataque.

“Al parecer, alias ‘El Capi’ (Andrés Medina) suministró sus conocimientos aeronáuticos y militares para ubicar los puntos vulnerables del Black Hawk (en el que iba el presidente Duque) durante el aterrizaje, calculó los tiempos y distancia del helicóptero, elaboró un estudio topográfico del aeropuerto Camilo Daza y señaló cómo debían comportarse los tiradores y en qué lugar ubicarse para no ser detectados”, aseguró la Fiscalía.

Una vez estaba todo organizado, un miembro de la disidencia, según las autoridades, se habría contactado con Jhon Freddy Lizarazo Rodríguez, alias Miguel o El Flaco, para que se encargara de almacenar las armas en su vivienda y entregarlas horas antes del ataque.

Freddy Esteban Maldonado, quien sería un líder comunal del barrio El Progreso, al parecer fue contratado para recibir las armas, pues según una fuente judicial, los dos fusiles, la munición y los proveedores que usarían, presuntamente, le habrían sido entregadas ocultas dentro de un montón de chatarra.

Pese a esto que se ha conocido en las audiencias, los familiares de estos dos hombres se mantienen en afirmar que son inocentes y que ellos no tuvieron nada que ver con lo que están siendo acusados

Edison Durán Ascanio habría sido contactado por la disidencia y por Ciro Gutiérrez para que ejecutara el plan, porque sabían que él hizo parte de las extintas Farc y se reincorporó a la vida civil, además, lo acompañaría otro hombre que hoy está siendo buscado por las autoridades.

Y para lograr que los dos hombres estuvieran el día y a la hora precisa que se daría el ataque contra la aeronave que transportaría al mandatario de los colombianos, señaló la Fiscalía, habrían contratado a Yeison Herminio Bernal Rincón, quien es un conductor de taxi, y que, el 24 de junio, tenía que recoger a los dos tiradores en el corregimiento La Gabarra, de Tibú, y Cúcuta.

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El 25 de junio, Bernal Rincón habría llevado a los dos hombres y las armas hasta un lote baldío de La Conquista, desde donde atacaron el helicóptero que transportaba al presidente Duque y una comitiva cuando regresaban de Sardinata e intentaban aterrizar en el aeropuerto internacional Camilo Daza. Una vez cometieron el hecho, los regresó a La Gabarra, abandonando las armas en el mismo punto desde donde se dio el atentado.

“Contra Yeison también hay evidencia técnica que lo ubica horas previas al ataque en el lugar de los hechos. Al parecer, hizo vigilancias e inteligencia para alertar sobre presencia de Fuerza Pública. En esa labor ilícita de logística y acompañamiento a los hombres que dispararon también habría participado Yeferson Román Gamboa”, aseguró la Fiscalía.

Añadió: “De las actividades investigativas se infiere que este mismo grupo armado sería el responsable del atentado ocurrido en el sector de Cerro Pico, en Cúcuta, la noche del 21 de junio de 2021. Dos cargas explosivas que fueron activadas contra integrantes de la Policía. Dos personas que transitaban en un vehículo particular quedaron heridas”.

Así se dio el plan para atacar al presidente Iván Duque.

La operación de captura

Ya con todos esos audios, además de los videos y otro material probatorio que le ayudaron a recopilar los miembros del FBI a las autoridades judiciales colombianas, mediante unos sistemas tecnológicos de última generación, que les indicaban si cada una de estas personas habría estado cerca de los sitios donde se dieron los atentados, los días que ocurrieron, por medio de los GPS de los celulares, los investigadores salieron en busca de ellos.

El pasado sábado 17 de junio se dieron las primeras ocho capturas en Cúcuta, El Zulia y La Gabarra (Tibú). Durante los allanamientos fueron decomisadas dos armas de fuego, 24 cartuchos, $185’620.000, 14 celulares, 3 memorias USB, 2 discos duros de almacenamiento, 1 tableta, 1 minigrabadora, 5 computadores, 5 vehículos (2 camionetas, 2 automóviles y 1 motocicleta) e información de relevancia.

“Producto de la investigación por las explosiones en la sede militar fueron detenidos siete hombres y una mujer; mientras que por el proceso que se sigue por el plan criminal contra el jefe de Estado fueron capturados dos hombres. Sin embargo, los indicios dan cuenta de que algunas de estas personas tendrían responsabilidad en los dos eventos”, explicó la Fiscalía.

Entre eso que encontraron durante las diligencias judiciales, las autoridades pudieron encontrar en el celular del excapitán Andrés Medina Rodríguez un video que el habría hecho el pasado 27 de mayo, en el que va contando sobre unos puntos dentro de las instalaciones de la Brigada 30, así como muestra algunos soldados estadounidenses, como también una reunión entre tres altos mandos de esa unidad militar, además, señala dónde estacionaría el carro bomba.

Al exmilitar también le hallaron unos documentos en los que se puede ver cómo organizó el ataque al helicóptero presidencial, mostrando con fotos por donde entraría la aeronave y cómo se podían ubicar los que dispararían.

Las autoridades sostuvieron que Andrés Fernando Medina Rodríguez es un capitán pensionado del Ejército, quien hace algunos años fue licenciado por sanidad. Mientras que Ciro Alfonso Gutiérrez Ballesteros, el escolta de la UNP, sería uno de los articuladores de múltiples acciones terroristas de las disidencias del frente 33 de las Farc en el Catatumbo y Cúcuta. “Es considerado como una persona cercana a alias ‘Jhon Mechas’”.

A todos los capturados les dieron medida de aseguramiento y fueron enviados a la cárcel La Picota en Bogotá, donde tendrán que esperar a que se inicie el juicio. La próxima audiencia podría darse en 400 días.

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Viernes, 23 de Julio de 2021
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