Siete meses después del asesinato del docente Édgar Rodríguez Corredor, en medio de un intento de atraco, en el barrio Torcoroma ll, las autoridades unieron esfuerzos y así lograron capturar a los presuntos responsables de este hecho violento.
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Los rostros de Elkin Gabriel Martínez Blanco y de Roquelina Martínez Munive fueron revelados recientemente por la Policía Metropolitana de Cúcuta y la Fiscalía, en el cartel de los homicidas más buscados en la capital de Norte de Santander, por lo que públicamente eran rastreados con una orden de captura en su contra por homicidio.
Por eso, cuando la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) conoció que los sospechosos se trasladaron hacia Villanueva (Casanare), empezaron a seguirle los pasos en esta zona del país para capturarlos, por lo que hace dos días se dio el operativo que permitió ponerlos tras las rejas.
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Una fuente cercana a la investigación contó que gracias a unas fotos que el hombre y la mujer publicaron en redes sociales, comenzaron a rastrearlos, hasta ver que se habían ido de Cúcuta, pues sabían que los estaban buscando para que pagaran penalmente por el homicidio del docente.
Según se conoció, los uniformados llegaron hasta el lugar donde la pareja trabajaba en costura, simulando tener una vida normal.
Los detenidos quedaron a disposición de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía y luego de ser presentados en audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento, un juez decidió enviarlos a la cárcel, mientras continúa el proceso judicial en su contra.
La identificación
Después del lamentable hecho en el que perdió la vida el docente, las autoridades empezaron a tener algunas pistas de los sospechosos y con ayuda de algunos testigos del crimen, identificaron a Elkin Gabriel y Roquelina Martínez.
Según se conoció, la pareja, al parecer, tiene nexos de amistad con Diego Arley Peñaloza Escalante, alias Perico, un reconocido homicida y atracador que está detenido en la Penitenciaría de Cúcuta.
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A través de unas publicaciones en redes sociales, las autoridades se percataron de que los sospechosos se habían radicado en Villanueva (Casanare) y por eso empezaron a conocer más detalles de cada movimiento que hacían hasta ubicarlos y capturarlos.
Un arma
El mismo 10 de febrero del año pasado, horas después de la muerte del profesor Rodríguez, se dio otro hecho violento en medio de un intento de robo a un expolicía, en el barrio Carora, donde terminó muerto Jesús Johan Camacho Casadiego, uno de los atracadores que llegó a cometer el hecho.
En ese momento se conoció que cuando Camacho llegó junto con dos asaltantes, que iban en moto, este se le acercó a la víctima que estaba en su camioneta y luego de exigirle sus pertenencias, se desencadenó un intercambio de disparos, tras la reacción del policía pensionado.
En el hecho el presunto asaltante murió de manera inmediata y, junto con él, quedó un revólver que las autoridades se incautaron en medio de las pesquisas en la escena del hecho.
Días después, tras los estudios de balística, la Fiscalía estableció que dicho revólver fue el mismo que la pareja utilizó para asesinar al profesor Édgar Rodríguez.
Por esto, los investigadores judiciales no descartan que los detenidos por el crimen del docente pertenezcan a una banda de atracadores.
Almuerzo terminó en muerte
El mediodía del 10 de agosto de 2022, cuando el docente Rodríguez estaba almorzando junto con su familia, se percató de que una pareja ingresó hasta la sala de la casa, y al darse cuenta de que el agresor le apuntó con un revólver, decidió lanzarle el plato y se abalanzó contra él, para forcejear y tratar de frustrar el robo, por lo que el pistolero le disparó.
“El presunto ladrón le dijo que no hiciera bulla, pero el señor de una vez reaccionó queriendo forcejear. Cuando le dispararon, los delincuentes trataron de salir de la vivienda y la víctima agarró un cuchillo y corrió detrás de ellos, pero en ese momento hubo otro forcejeo y le volvieron a disparar”, aseguró una fuente judicial.
Édgar Rodríguez cayó gravemente herido al piso, mientras que la pareja, al parecer, junto con un cómplice que los esperaba afuera, huyeron de la escena del hecho.
La víctima, de 54 años, trabajaba en el colegio Técnico Guaimaral y tenía 30 años de trayectoria como docente, por lo que estaba próximo a pensionarse. Dejó dos hijos. Además, Rodríguez también era reconocido por ser propietario de un establecimiento de venta de carne a la llanera, en la quebrada La Honda, de Los Patios, en la vía que conduce a Pamplona.
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