Entre los recuerdos de un viajero quedará para siempre guardada la nostalgia que sintió al intentar rescatar a una de las víctimas del mortal accidente de tránsito registrado en la mañana del lunes, en la vía Cúcuta-Sardinata.

La historia que vivió este conductor se dividió en dos momentos. El primero, al luchar por salvar a un hombre que suplicaba ayuda en medio de las latas retorcidas y el segundo, cuando desafortunadamente murió, pese a sus esfuerzos y los de un grupo de voluntarios. 

“Él tenía un brazo por fuera y nos hablaba, pero al poco tiempo no aguantó y se murió frente a nosotros”, comentó.

Bajo la lluvia y entre la neblina que cayó en el kilómetro 13 del sector La Rugosa, a 15 minutos del casco urbano de Sardinata, retumbó, durante más de tres horas, el sonido de las motosierras con las que los miembros del Instituto Nacional de Vías (Invías) cortaron el gigantesco árbol que cayó sobre dos vehículos y que dejó un saldo de cinco muertos y cuatro heridos.

“Parece increíble que se encuentran dos vehículos en el camino (en direcciones contrarias) y en ese preciso instante les caiga el árbol encima”, dijo uno de los familiares de las víctimas.

Primero los pasajeros

El conductor de la buseta de transporte público, de placa THZ-001, involucrada en el accidente, aseguró que al sobrevivir le pidió a la comunidad que primero auxiliara a sus nueve pasajeros. Sin embargo, dos de ellos no contaron con suerte y murieron en el vehículo aplastado por el árbol.

“Yo no pude frenar para evitar el accidente. Cuando intenté parar ya tenía el árbol encima”, explicó el chofer, mientras recibía atención médica en el hospital de Sardinata, tras sufrir lesiones en la cabeza.

En la buseta viajaban Keila Armirola Urbina con su esposo Antonio Silva. La mujer murió en el lugar del accidente, mientras que al cierre de esta edición, Silva era atendido por los médicos.

“Ellos vivían en Cimitarra (Santander), pero viajaban para Cúcuta a visitar a sus familiares”, dijo un allegado a la pareja.

Miguel Antonio Gómez, de 59 años, fue la otra víctima que iba en la buseta. Sus parientes aseguraron que se dirigía hacia Cúcuta para someterse a un control médico. Dejó tres hijos.

Entre las demás personas heridas está Dairi Lizeth Luna Sánchez, de 13 años; María Isabel Sánchez, y Griseldina Rivera Remolina.

Murieron mineros

Entre tanto, en la camioneta Grand Vitara azul, KAU-34Z, tres hombres perdieron la vida, dos de ellos, al parecer, eran familiares.

Jhon Jairo Peñaranda Peñaloza, de 30 años, Hernando Velandia Boada y Einer Damián Santos Monterrosa, fueron las víctimas que se movilizaban en la camioneta.

Peñaranda era el administrador de la mina de carbón La Popa, ubicada en la vereda San Roque. La víctima dejó un hijo de seis días de nacido.

“Mi hermano (Pablo Peñaloza, conductor del vehículo) le ofreció a Jhon Jairo que manejara la camioneta en tres oportunidades y él se negó, porque no tenía la licencia”, dijo uno de los familiares del chofer, quien salió herido.

Los tres hombres viajaban en sentido Cúcuta-Sardinata, con rumbo hacia la mina, donde iniciarían las labores de la semana. Una de las víctimas era mecánico, conocido como Chistoso.

Las autoridades de la Seccional de Tránsito y Transporte adelantaron la inspección y el levantamiento de los cadáveres en la escena del hecho.

Entre tanto, los heridos fueron atendidos en centros médicos de Sardinata y Cúcuta.