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Un día de terror en el aeropuerto de Cúcuta

¿Qué buscaban con las dos maletas bombas que explotaron cerca de la pista de aterrizaje?

Ayer, el reloj no había terminado de marcar que eran las 5:15 de la mañana, cuando un estruendo estremeció a Cúcuta. De inmediato los grupos de WhatsApp y las redes sociales colapsaron con dos interrogantes: ¿Qué pasó? ¿Se trataba de una explosión accidental o de un atentado? El pánico fue total.

Solo hasta después de un cuarto de hora, se conoció que muy cerca del sitio de donde se estacionan las aeronaves en el Aeropuerto Internacional Camilo Daza explotó una bomba. La terminal aérea de la capital de Norte de Santander de inmediato se llenó de militares, policías, personal de la Aeronáutica Civil y vigilantes, al tiempo que los primeros vuelos que salían y entraban a la ciudad eran cancelados.


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Los pasajeros que se encontraban en el aeropuerto esperando para abordar dos de los vuelos que estaban próximos a despegar –entre  ellos el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez–,  quedaron estupefactos al escuchar y sentir la fuerte explosión. La angustia se aumentó cuando comenzaron a ver que el lugar se llenaba de uniformados, que afanosamente se movían en sus vehículos cerca de una de las pistas de aterrizaje. Nadie comprendía qué pasaba.

Pero la incertidumbre más fuerte fue para las familias que viven a pocos metros de la malla que rodea la terminal aérea, por las calles 1, 2, 3, 4 y 5 con avenida 5, del barrio Aeropuerto, pues justo al frente de sus residencias fue donde se dio la detonación que acabó con gran parte de los vidrios de sus ventanas y puertas, así como con algunos espejos, además de provocar terror entre en el vecindario.

“Estaba durmiendo, y mi cama está al lado de la ventana, cuando sentí fue que se estalló el vidrio y me cayó encima, de no ser por la cortina, me hubiera cortado muy seguramente”, sostuvo una habitante de este sector.

Otra de las vecinas del lugar también contó que, “ya estaba despierta en el segundo piso, cuando de un momento a otro todo el cuarto se iluminó, no sé si fue la candela y después se dio un estallido, yo sentía que era una explosión tras otra, fue espantoso”.

Durante varias horas las autoridades estuvieron revisando la zona donde se dio la explosión.

Primera detonación de maleta con explosivos

Hacia las 5:30 de la mañana, ese punto del barrio Aeropuerto, se llenó de cientos de curiosos y periodistas. Todos trataban de saber qué estaba pasando y cómo se había dado el hecho. A medida que los minutos pasaban se fueron conociendo detalles de lo sucedido.

Lo primero que lograron establecer las autoridades fue que dos hombres burlaron la seguridad del aeropuerto, logrando pasar la malla y, que a pesar de que a menos de 50 metros hay una garita de vigilancia y también se encontraba un grupo de soldados custodiando algunas aeronaves, entraron con dos maletas, camuflándose entre la enorme maleza que hay en ese sector.


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Pero no habían pasado cinco minutos desde que los hombres entraron, cuando a uno de ellos se le activó uno de los artefactos, quedando totalmente destrozado, por lo que su acompañante, al ver lo sucedido y quedar aturdido, decidió tirar la maleta que llevaba y huir por donde ingresó, que sería por un hueco que tendría la malla.

El estruendo de inmediato alertó a vigilantes y militares, que salieron corriendo a ver qué había pasado, encontrándose con los restos de una persona esparcidos y un hueco en la tierra. En un video que circuló por redes sociales, un soldado le informa a uno de sus superiores lo sucedido.

“Para solicitarle mi sargento, estamos acá donde sucedieron los hechos de la detonación. No sé si pueda ver mi sargento, la pierna del man que se nos metió. En todo el alrededor, venía era atentar contra nosotros (SIC). Gracias a Dios no pasó nada…”, fue lo que manifestó el militar, mientras mostraba las fuertes imágenes de cómo quedó la persona que llevaba el explosivo.

Una de las hipótesis que tienen las autoridades que estaban al frente de la investigación, tiene que ver con el error que habrían cometido los sujetos, al comenzar a correr sin prever que el explosivo que llevaban era muy delicado y con un movimiento brusco se activaría. “Por eso uno de ellos ‘voló’. Se cree que en cada maleta llevarían entre 15 o 20 kilos de pentolita, pero aún no hemos podido confirmarlo completamente”, indicó la fuente judicial.

Las autoridades revisaron palmo a palmo la malla del aeropuerto.

Algunos habitantes de esa zona también le contaron a La Opinión que en la madrugada alcanzaron a observar a cuatro hombres por el lugar, pero por la oscuridad no se percataron de que tenían alguna maleta. Además, otras personas les indicaron a las autoridades que los desconocidos tenían tres motos estacionadas cerca de ahí y que los vieron tomándose unas cervezas.

Luego de la detonación, las dos personas que se quedaron afuera, prendieron las motos y huyeron. Al parecer, el hombre que se salvó de morir, al salir por el mismo hueco de la malla por el que entró, también se subió al vehículo y se marchó rápidamente.

Segunda explosión

A las 6:00 de la mañana, ese sector del Camilo Daza ya estaba totalmente tomado por las autoridades y en las salas de espera no quedaba ni un solo pasajero, sin embargo, a un costado de donde se encontraba un avión estacionado, se podía observar una ‘montaña’ de equipaje listo para ser subido a la aeronave y alrededor un grupo de empleados de la terminal aérea.

A pesar de tener la zona asegurada, ningún uniformado se atrevía a entrar al lugar, pues estaban esperando que los expertos en explosivos de la Policía de Norte de Santander llegaran para que se apersonaran del hecho.

Un cuarto de hora más tarde, llegó la camioneta de antiexplosivos, en la que venían los intendentes Willian Fernando Bareño Ardila y David Reyes Jiménez, quienes eran muy conocidos por su experticia con esta clase de artefactos. Una vez ellos se alistaron, ingresaron con un perro que les ayudaría a evitar caer en alguna trampa.


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Pero lastimosamente, hacia las 6:45 de la mañana, se detonó otra carga explosiva, estremeciéndose nuevamente el lugar y ocasionando más daños. Se trataba de la maleta que había abandonado el hombre que alcanzó a huir. Los suboficiales fallecieron.

Según una fuente judicial, Bareño Ardila y Reyes Jiménez se acercaron confiados a la maleta, porque el perro la olfateó y no les dio la señal de peligro. “Lo que se cree es que uno de ellos se arrodilló e intentó manipularla, pero en ese momento se le activó. Tristemente quedaron desintegrados”.

Un experto en explosivos explicó que el perro no detectó la bomba porque cuando se registró la primera detonación, los elementos usados en el artefacto quedaron esparcidos por el lugar, lo que provocaría que el animal se confundiera y evitara dar la señal de alerta.

Alrededor de 30 casas resultaron con daños.

El hecho volvió a generar momentos de terror en el lugar, pues después de la explosión, la gente comenzó a correr de un lado para otro gritando: “¡los mataron, los mataron! Estaban desactivando la bomba y eso estalló”.

Las imágenes que quedaron de ese momento fueron muy fuertes para los vecinos y periodistas que se encontraban en el sitio, porque además de presenciar la explosión justo al frente de los policías, en techos, árboles y en la vía se podían ver los restos humanos de los dos uniformados.

Además, algunos habitantes sostuvieron que, “si esa explosión hubiera sido pegada a la malla, quién sabe qué más habría pasado, nos da tristeza con los dos héroes muertos, por supuesto, pero agradezco que mi familia esté completa, después de ese estruendo, sinceramente uno ya no está seguro en ningún lado”.

Después de eso nadie pudo recobrar la tranquilidad. Algunos vecinos del lugar señalaron que los nervios se apoderaron de ellos. “Estamos más nerviosos que el carajo”. “No puedo dejar de tensionarme, tenemos hasta un CAI, pero no se ve, tiran granadas de aturdimiento, roban, matan y hasta hacen atentados, Dios mío”; “Eso es un descuido de las personas del aeropuerto, nadie vigila esas mallas, aquí vienen personas todos los días”, “tener a la Policía cerca es un problema para nosotros”.

Jesús Ortiz, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio Aeropuerto, manifestó que desde hace varios meses han solicitado más refuerzos de las autoridades en esta zona, pues la inseguridad cada vez es mayor.

“Este es un gran ejemplo de lo que sucede en este lugar, tenemos un CAI, pero de los 12 uniformados que trabajan en ese lugar, la mayoría tiene que cuidar a los internos, que son tantos, que ya se han escapado. Me llegaron varios mensajes de las familias afectadas, no sabemos la cifra exacta de cuántas son, pero calculamos que son unas 30 viviendas perjudicadas”, manifestó el líder comunal.


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Momentos de tristeza y tensión

Luego de la explosión que mató a los intendentes expertos en explosivos, la Policía y el Ejército les dieron la orden a sus hombres que se desplegaran por la zona, pero sin manipular algún paquete, bolsa, bulto u objeto extraño, pues no querían perder más uniformados.

Minutos después llegaron miembros del Grupo de Explosivos y Demoliciones de la Brigada 30 del Ejército y unidades del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) para acordonar la zona y seguir con la inspección, pero desde Bogotá, tanto el Ministerio de Defensa como de la dirección nacional de la Policía, dieron la orden de esperar que un equipo especializado de la Dijín llegara a Cúcuta para encabezar las pesquisas. Y así fue, hacia las 10:30 de la mañana aterrizó la avioneta que traía a los uniformados.

Alrededor de 30 investigadores se desplegaron por el lugar donde ocurrieron las dos explosiones y por varias calles aledañas a la malla de la terminal aérea, pues la idea era recopilar todo lo posible para identificar la clase de explosivos, así como recuperar los restos de los dos policías.

Hacia la 1:00 de la tarde, terminó la diligencia judicial y de inmediato los investigadores se reunieron con el general Jorge Luis Vargas, director de la Policía Nacional, quien acababa de llegar a Cúcuta y le informaron en detalle lo que habían podido recopilar.

Los vuelos que salían y llegaban al aeropuerto fueron cancelados.

Consejo de seguridad y recompensa de 100 millones

A las 3:00 de la tarde, a la capital de Norte de Santander arribaron el ministro de Defensa, Diego Molano; el comandante del Ejército Nacional, Eduardo Enrique Zapateiro, y el comandante de las Fuerzas Militares, Luis Fernando Navarro, quienes junto con el director de la Policía Nacional, los altos mandos de la Mecuc, el alcalde Jairo Yáñez y el gobernador Silvano Serrano, entre otras autoridades civiles, llevaron a cabo un consejo de seguridad.

Dos horas después, Molano y el resto de autoridades dieron una rueda de prensa en la que anunciaron una recompensa de hasta $100 millones para quien entregue información que lleve a la captura de los responsables del atentado y, además, para evitar que se sigan presentando estos hechos, la Campaña Militar y Policial Esparta se encargará de ejecutar una estrategia contra el terrorismo.

Lo primero que harán es crear una ‘burbuja’ de inteligencia contra la disidencia del Frente 33 de las Farc, que dirige alias ‘Jhon Mechas’, y el Eln.

Además, llegarán 100 policías a reforzar la seguridad en barrios complejos de Cúcuta y diferentes puntos de la frontera. También se contará con un helicóptero Bell 206 de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) para prestar seguridad.

El personal de la Mecuc recibirá 100 motocicletas nuevas en enero y un pelotón de 36 militares serán los encargados de prestarle seguridad al Aeropuerto Internacional Camilo Daza.

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Miércoles, 15 de Diciembre de 2021
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