En el celular de Ángela Isabel López Espitia, el cual fue recolectado como evidencia por las autoridades, aparece la última llamada recibida por la joven, de 18 años, que la condujo directo a la muerte.
Ángela Isabel fue asesinada el sábado, a las 9:10 de la noche, en la esquina de la Manzana E lote 17 del barrio Minuto de Dios.
De acuerdo al reporte de las autoridades de policía, un sujeto cometió el asesinato y según testigos escapó en una motocicleta roja. Los vecinos dijeron haber escuchado 4 tiros, de cuales uno la impactó en la cabeza y dos más en el abdomen.
El crimen fue cometido frente a la casa donde residía la joven con una de sus nueve hermanas, su cuñado y sobrinos.
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“El sábado, ella compartió todo el día con nosotros, escuchó música y jugó con los niños. En la tarde, estuvimos visitando a otra hermana que vive cerca. También, salió a verse con unas amigas y regresó a las 5:00 de la tarde”, señaló la hermana.
Según se conoció, Ángela Isabel estuvo el resto de tiempo en la casa, hasta que recibió la misteriosa llamada.
“Con mi esposo nos fuimos para el supermercado y ella se quedó escuchando música. Me preguntó si me demoraba y me sonrió. Esa fue la última vez que la vi con vida (…)”, agregó.
La muerte
Cuando la hermana llegó de hacer las compras pasó directo para la cocina, mientras que Ángela Isabel estaba en el baño.
Al rato, -dice- recordó que debía comprar algo más y fue a buscarla para que le hiciera el mandado, pero su esposo le informó que Ángela salió corriendo luego de hablar por teléfono.
“Cuando estábamos acomodando el DVD en la sala para ver unas películas escuchamos los disparos. Entonces, nos retiramos hacia un cuarto donde estaban los niños y al mirar por la ventana nos dimos cuenta que mataron a Isabel”, agregó la hermana.
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En un desesperado intento por salvarle la vida, los familiares la levantaron del suelo y la llevaron en un vehículo particular al Policlínico de la ciudadela Juan Atalaya, donde no logró llegar con vida.
¿Amenazas?
Los parientes de la víctima indicaron que la joven abandonó sus estudios y hasta septiembre del año pasado trabajó en la recepción de un hotel en Bucaramanga.
Luego, regresó a la casa de su hermana en Cúcuta y se dedicaba a buscar empleo. “Desde los 12 años Ángela vivió conmigo. Ella no tenía amenazas. El celular lo tiene la Fiscalía y esperamos que su muerte no quede impune”, agregó ayer la hermana, mientras adelantaba las diligencias para reclamar el cadáver ante el Instituto de Medicina Legal.
Ángela Isabel, nacida en Cúcuta, quien tenía además cuatro hermanos hombres, no dejó hijos.
Miembros de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) de la Policía Metropolitana practicaron el levantamiento en el centro asistencial y asumieron las averiguaciones.
En el sitio, de los hechos recolectaron algunos de los cartuchos disparados e indagan sobre el recorrido que tomó el asesino en la huida. Además, buscan pistas en cámaras de seguridad del barrio.
