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Judicial
Volvió la muerte a Cuatro Esquinas
14 balazos le propinaron al venezolano. Su cadáver fue recogido hasta la mañana del sábado por una funeraria.
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Domingo, 7 de Junio de 2020

La tarde del pasado viernes, la detonación de varios disparos  alertó a los pobladores de la zona rural del corregimiento Agua Clara, zona rural de Cúcuta, donde la violencia se volvió a pasear entre la polvorienta carretera y las zonas boscosas que llevan hacia Guaramito, en  límites con Venezuela.

Alrededor del sector conocido como Cuatro Esquinas y en sentido hacia la finca El Paraíso, donde constantemente se cometen crímenes, quedó tendido el cadáver de un ciudadano venezolano.

La Opinión pudo confirmar que se trata de Jerson Daniel Velásquez Herrera, quien fue asesinado de unos 14 balazos, y que solo hasta en la mañana de ayer, por razones de seguridad, fue recogido por una funeraria que lo trasladó al Instituto de Medicina Legal, en Cúcuta.

El hombre, de aspecto joven, vestía un bluyín, franela blanca y tenía cubierta la cara con un tapabocas, por los cuidados de bioseguridad en el marco de la pandemia de la COVID-19, y en uno de los brazos se le veía un tatuaje.

Aunque a la escena del crimen no arribaron familiares, se estableció que al cierre de esta edición uno de sus dolientes estaba tramitando las diligencias judiciales para reclamar el cadáver.

Extraoficialmente se conoció que el viernes se registraron fuertes enfrentamientos entre Los Rastrojos y el Eln, en territorio venezolano, en la frontera con Puerto Santander.

Los raspachines

José Gregorio Pino Pushaina, de 30 años, fue asesinado de al menos cuarenta balazos la semana pasada en la vereda Vigilancia, zona rural del corregimiento Banco de Arena, también en cercanías con Puerto Santander, cuando dos hombres desconocidos y encapuchados, llegaron hasta donde él estaba arreglando una motocicleta y lo atacaron.

“Los hombres preguntaron por el mecánico y él respondió que no era, que solo arreglaba su propia moto. Pero la reacción de uno de los hombres fue lanzarle un cachazo y aunque se paró de inmediato y alcanzó a reclamarles, le metieron muchos tiros. Eran ráfagas y ráfagas”, relató uno de los familiar de la víctima en ese momento.

Vigilancia, que hace parte del área rural de Cúcuta, es una zona controlada por la banda criminal de Los Rastrojos y también por guerrilleros del Eln, que se disputan el paso ilegal hacia el vecino país.

Cabe recordar que el miércoles 27 de mayo, cuando Wilson Serrano Gómez estaba en compañía de otros raspachines, fueron abordados por hombres de negro que les advirtieron que en esa zona no debían estar. Serrano murió luego de no poder esquivar el ataque a bala.

Al otro día, cuando varios miembros de una comisión de la Policía Metropolitana de Cúcuta fueron a verificar el sitio del asesinato de Serrano, luego de pasar varios cultivos de coca, cayeron en un campo minado en el que murieron un suboficial de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) y un patrullero del Grupo de Operaciones Especiales (Goes).

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