Vestidos con trajes y corbatas oscuros sobre camisas blancas, los siete reyes del K-pop hicieron unas declaraciones escuetas a los periodistas antes de reunirse con el presidente Joe Biden.
El grupo surcoreano de K-pop BTS aprovechó este martes una visita a la Casa Blanca, invitado por el presidente Joe Biden, para denunciar el racismo contra personas de origen asiático en Estados Unidos.
Desde el estrado de una abarrotada sala de prensa de la Casa Blanca, el cantante Park Ji-min, más conocido como Jimin, dijo que el grupo está "devastado por la reciente oleada de delitos de odio" contra personas asiáticas, según un traductor.
"No hay nada de malo en ser diferente. Creo que la igualdad comienza cuando nos abrimos y aceptamos nuestras diferencias", afirmó otro de los integrantes del grupo, Suga, haciendo un llamamiento a la tolerancia.
Detrás de las rejas del edificio se agolparon muchos de sus fans, que la banda llama su "ejército" de admiradores y admiradoras, con la esperanza de verlos.
Su presencia revolucionó las redes sociales. Más de 200.000 personas estaban conectadas antes del comienzo de la rueda de prensa. En cuanto se fueron y llegó un asesor económico del presidente el número se desplomó.
Joe Biden invitó al grupo como parte de una serie de actos para homenajear a la comunidad asiática en Estados Unidos y denunciar el racismo que sufre.
Quería hablar con ellos "de la inclusión y la representación" de las personas asiáticas, así como de los delitos racistas y la discriminación contra esa comunidad, según un comunicado de la Casa Blanca difundido la semana pasada.
Según el gobierno estadounidense, el grupo grabó un vídeo con el equipo de comunicación de la Casa Blanca y visitó el edificio.