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60 millones de personas podrían caer en pobreza extrema en 2020: Banco Mundial
Las personas vulnerables en todo el mundo son las más afectadas por la pandemia.
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Colprensa
Colprensa
Martes, 2 de Junio de 2020

Construir una infraestructura productiva será uno de los mayores retos que enfrentarán los gobiernos de todo el mundo en el proceso de reconstrucción que vendrá después del paso de la pandemia del coronavirus.

Así lo señala el informe Perspectivas económicas mundiales, del Grupo Banco Mundial, cuyos capítulos analíticos se publicaron este martes.

Según el informe, las medidas de respuesta a corto plazo para abordar la emergencia sanitaria deben ir acompañadas de políticas integrales para promover el crecimiento a largo plazo.

Estas políticas deben incluir medidas para fortalecer los entornos empresariales, ampliar y mejorar las inversiones en educación y salud pública e impulsar nuevos tipos de empleos, acordes con las realidades de la pospandemia.

El análisis se ha dado a conocer antes de la publicación del informe completo, el 8 de junio, que incluirá las previsiones más recientes del Grupo del Banco para la economía mundial.

“El alcance y la velocidad de los efectos devastadores de la pandemia de COVID-19 y los confinamientos económicos en los habitantes pobres de todo el mundo no tienen precedentes en los tiempos modernos. Las estimaciones actuales indican que 60 millones de personas podrían caer en la pobreza extrema en 2020. Es probable que estas estimaciones aumenten aún más, lo que dependerá, primordialmente, de la reapertura de las economías avanzadas”, señaló el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass.

Vea También: Seis millones de latinoamericanos caerán en la pobreza extrema en 2019, según Cepal

“Las políticas que se elijan hoy —incluido el aumento de la transparencia de la deuda para propiciar nuevas inversiones, los avances más veloces en materia de conectividad digital y una enorme expansión de las redes de protección social en efectivo para las personas pobres— contribuirán a limitar los daños y a lograr una recuperación más sólida.

El financiamiento y la construcción de infraestructura productiva serán, entre otros, los desafíos de desarrollo más difíciles de resolver en el período de recuperación posterior a la pandemia. Es necesario establecer medidas para acelerar los procesos judiciales y la resolución de las quiebras, y reformar los costosos subsidios, monopolios y empresas estatales protegidas que han lentificado el desarrollo”, añadió.

La recesión provocada por la pandemia muy probablemente acentuará los problemas de desigualdad que existen. Las personas pobres y vulnerables son las más afectadas por la pandemia. Además, las medidas necesarias para proteger la salud pública han debilitado la economía mundial, ya frágil.

En el largo plazo, la pandemia dejará daños perdurables a través de múltiples vías, incluida la disminución de las inversiones; la erosión del capital físico y humano a raíz del cierre de empresas y la pérdida de escolaridad y empleos, y el repliegue del comercio internacional y las relaciones de suministro.

“Cuando comenzó la pandemia, muchas economías emergentes y en desarrollo ya se encontraban en una situación vulnerable debido a los niveles récord de deuda y al crecimiento mucho más débil. En combinación con los cuellos de botella estructurales, esto acrecentará los daños a largo plazo causados por las recesiones profundas asociadas con la pandemia”, señaló Ceyla Pazarbasioglu, vicepresidenta de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Grupo Banco Mundial. “Se necesitan medidas urgentes para limitar los daños, reconstruir la economía y lograr que el crecimiento sea más sólido, resiliente y sostenible”.

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