Decenas de miles de niños en el noreste de Nigeria podrían morir por la hambruna generada por la revuelta islamista del grupo Boko Haram, si la comida no empieza a llegarles pronto, advirtieron cooperantes.
La crisis humanitaria en Nigeria es una de las más graves del mundo por su intensidad y el elevado número de niños en riesgo de muerte, denunció Arjan de Wagt, nutricionista de la agencia de Naciones Unidas para la Infancia, Unicef. Los niños fallecen porque los donantes no responden a las peticiones de ayuda, agregó.
Unos 75.000 niños podrían morir en el próximo año si no reciben comida y atención especializada, según estimaciones de la ONU.
Los niños más malnutridos fallecen por enfermedades secundarias como diarrea o infecciones respiratorias, explicó De Wagt añadiendo que el noreste de Nigeria los menores mueren, literalmente, de hambre.
Lagos | AP