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Cadena perpetua para una pareja por matar a su niñera, en Londres

21 años tenía la mujer cuyo cadáver carbonizado fue hallado en un jardín.

Los franceses Sabrina Kouider y Ouissem Medouni fueron condenados a cadena perpetua, acompañada de una pena por seguridad de 30 años, por el asesinato en Londres de su niñera, también francesa, Sophie Lionnet.

Las penas fueron pronunciadas por la corte criminal de Old Bailey que, el 24 de mayo, los había declarado culpables del asesinato, en septiembre de 2017, de la chica de 21 años cuyo cadáver carbonizado fue hallado en su jardín.

Por muy dura que sea, esta sentencia no puede “reflejar el valor de la vida” de Sophie Lionnet, declaró el juez Nicholas Hilliard, subrayando que su familia “no se recuperará jamás” de la muerte de la joven.

Kouider y Medouni también fueron condenados a cinco años y medio de cárcel por obstrucción a la justicia, por haber intentado hacer desaparecer el cadáver de Sophie quemándolo.

Antes de pronunciarse, el magistrado tomó en cuenta los informes siquiátricos de la pareja: los médicos concluyeron que Sabrina Kouider sufría trastornos metales y obsesiones. “Volverá inmediatamente al hospital”, declaró el juez.

Durante el juicio, Medouni y Kouider se habían declarado inocentes del cargo de asesinato, afirmando que se trató de un accidente y echándose la responsabilidad mutuamente, pero reconocieron haber quemado el cuerpo de la joven originaria de Troyes, al sureste de París.

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Según la acusación, la pareja estaba convencida de un complot fomentado por Sophie Lionnet con Mark Walton, uno de los fundadores del grupo de música irlandés Boyzone y padre de uno de los hijos de Sabrina Kouider, para drogar y abusar sexualmente de los miembros de la familia. Era una fantasía sin fundamento en la que ambos se habían encerrado, afirmó el juez.

El caso puso sobre la mesa la vulnerabilidad de las niñeras (‘au pair’), generalmente mujeres jóvenes que, en el caso de Reino Unido, llegan para aprender inglés mientras cuidan a niños a cambio de comida y una habitación, aunque muchas veces acaban convirtiéndose en criadas susceptibles de abusos.

Sophie Lionnet ya había expresado a su madre su deseo de volver a Francia un año antes de ser asesinada. “Si tuviera los medios para comprarme un billete y tomar un taxi, ya lo hubiera hecho”, le dijo en un mensaje.

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AFP
AFP
Martes, 26 de Junio de 2018
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