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Ecuador: qué somos y hacia dónde vamos

El economista Francisco Briones dijo sobre la situación de Ecuador que: somos nuestro propio enemigo, sufrimos por falta de conocimiento.

El paro en Ecuador fue protagonizado por gremios de trabajadores, de transportistas, movimientos estudiantiles y, por supuesto, el movimiento indígena, quienes mostraron un enfático y no negociable rechazo hacia las medidas económicas tomadas por el gobierno ecuatoriano con la finalidad de sostener las finanzas públicas, en detrimento de impactar el costo de vida de las familias ecuatorianas.

El primero de octubre de este año, el presidente, Lenín Moreno Garcés, anunció una serie de medidas económicas de carácter urgente, entre las que se encontraba la eliminación del subsidio a la gasolina. Esta decisión generó un descontento generalizado en sectores clave de la población ecuatoriana.

Transportistas cerraron las principales vías interprovinciales e interregionales y el movimiento indígena convocó a manifestaciones masivas a lo largo y ancho del país. A este llamado se sumaron activistas de distintos frentes y con distintos objetivos, que convergían en la creencia de que las medidas económicas debían ser derogadas lo antes posible, y que era necesaria una reforma a nivel institucional para alcanzar la justicia social.

Las manifestaciones se disiparon con la derogatoria del decreto 883 la noche del 13 de octubre. El Paro Nacional dejó como resultado cinco muertos, según cifras oficiales, 1.192 detenidos, donde un 72 por ciento son jóvenes de entre 15 y 29 años, y más de 1.600 millones de dólares en pérdidas, siendo los comerciantes de todos los niveles quienes percibieron con más fuerza las repercusiones de lo sucedido.

Las motivaciones para participar en las protestas son muchas y muy variadas: los jóvenes, el grupo etario con más participación durante el paro nacional, aprovecharon la intensa situación política nacional para expresar su descontento con los políticos que históricamente nos han gobernado, y contra el mal manejo económico de este y el último gobierno, que ha generado que miles de jóvenes no logren acceder al sistema de educación superior ni obtener un empleo formal por largos periodos de tiempo. Sus planes de vida fueron destrozados, desarrollando un profundo resentimiento contra la clase política y los hacedores de política económica.

Manifestaciones de indígenas y de campesinos. FOTO: AFP.

Por otro lado, la cara más visible de las manifestaciones: el movimiento indígena, una agrupación cívica formada por representantes de los distintos pueblos y nacionalidades que sostienen la calidad multiétnica y pluricultural de nuestro país.

Esta agrupación expresa un sentimiento de alienación permanente y, particularmente en este escenario, un rechazo absoluto a las medidas económicas. Los líderes del movimiento expresaron con firmeza que el paro no se detendría hasta que el decreto 883 fuese derogado, y así fue.

Sin embargo, esta agrupación cívica se encuentra en permanente militancia desde su activación a causa de las manifestaciones, permitiendo perfilar a sus principales líderes, Jaime Vargas y Leonidas Iza, como potenciales participantes en las contiendas electorales de 2021.

El gobierno ecuatoriano había tomado una de las decisiones más complicadas en la historia económica de nuestro país: la eliminación de los subsidios a los combustibles.

Complicada por su alto nivel de riesgo político, el cual vemos materializado hoy en día por la inestabilidad social y política por la que hemos venido atravesando en los últimos meses. Complicada porque es una medida de alto impacto que requería ser ejecutada de golpe para ver los primeros resultados antes del final de este año. Justificada por la falta de capacidad de hacer política monetaria a causa de la dolarización, y que gracias a los resultados beneficiosos que ha traído para nuestra nación, han decidido no tocarla.

Sin embargo, el gobierno se equivocó en su estrategia: no informó de forma apropiada y pertinente a la ciudadanía sobre las medidas. Permitió que se posicione el miedo, la histeria colectiva y las noticias falsas. De hecho, es justamente esto último sobre lo que realmente recae la inestabilidad de precios de las últimas semanas: especulación causada por los propios ciudadanos, escasez por el bloqueo de vías que impide el abastecimiento de productos y genera que se dispare la canasta básica.

El economista Francisco Briones dijo sobre la situación: “somos nuestro propio enemigo, sufrimos por falta de conocimiento”. La eliminación de los subsidios libera una gran cantidad de recursos para que el Estado pueda focalizarlos en programas sociales y nuevas inversiones.

El presidente, Lenín Moreno, aseguró en declaraciones recientes que la democracia ecuatoriana estaba en juego durante las protestas. Que las manifestaciones y la violencia tenían como finalidad suprema la desestabilización del gobierno, la ruptura del Estado de Derecho y la democracia.

 El presidente de Ecuadro, Lenin Moreno. FOTO: AFP.

El presidente definió a la democracia como ese “lugar ideal donde cabemos todos, donde se protege a los más vulnerables e impera la justicia, y donde la verdad es el cauce que nos permite avanzar sin impunidad”. Sin embargo, es importante tener en consideración que los sistemas democráticos requieren de un sólido sistema institucional para poder ser sostenible.

Según diversos analistas, el punto de quiebre sobre la gobernabilidad en Ecuador se dio en el momento en que el Poder Ejecutivo decidió ceder ante las peticiones de los manifestantes. Esto, debido a que se generó un ambiente de poca a nula credibilidad hacia las declaraciones del gobierno, y causó un ambiente de preocupación con respecto al respeto por las instituciones democráticas.

En términos simples, una de las frases más comentadas fue “si ellos hacen relajo y les dan lo que quieren, ¿por qué no lo hacemos nosotros?”. Esto ha marcado un precedente que podría servir como justificativo para que, en futuras ocasiones, estas mismas agrupaciones decidan manifestarse por cualquier otra causa o sentir, volviendo a dejar la puerta abierta para el caos, el desorden, la muerte y la delincuencia. 

En un contexto como este es importante recordar una frase de Humberto Maturana y hacer un llamado a la reflexión sobre el país que queremos construir: “la democracia no está en la rotación, en la elección de representantes sino en una convivencia en la cual todos los ciudadanos tienen acceso a la cosa pública”.

Necesitamos de instituciones sólidas, respetables y creíbles. Necesitamos de gobernantes firmes y decididos. La riqueza de nuestra nación se presenta en su forma más lírica y romántica a través de la pluralidad ideológica que nos constituye. La diversidad étnica, cultural e histórica de nuestro país se ve reflejada en lo profundo de nuestras pasiones colectivas y aspiraciones populares, las cuales se cristalizan a través del ejercicio de nuestros derechos democráticos.

La situación nos invita a reflexionar sobre qué es lo que nos une como ecuatorianos. A pensar en el Ecuador como un conjunto de sueños discordantes y metas difusas, que no consiguen claridad en el norte. A pensar en lo que estamos viviendo hoy, y en dónde queremos estar mañana. Entre ecuatorianos no podemos hacernos más daño; ya hemos perdido demasiado. Mientras nuestros políticos hablan de fuerza, seguridad y represión, empezamos a hablar sobre unión, tolerancia y paz. No dejemos que sean otros los que definan lo que somos. 

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Lunes, 30 de Diciembre de 2019
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