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Familias rotas, el precio del veto de Trump a inmigrantes
La prohibición de entrada a EEUU a viajeros de 7 países de mayoría musulmana, ha trastocado las vidas de muchos.
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AFP
AFP
Sábado, 4 de Febrero de 2017

Un médico que salvó vidas en Siria y un hombre que preparó miles de comidas para soldados estadounidenses en Irak, son algunos de los que vieron sus vidas arrojadas a un limbo cuando la orden ejecutiva del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prohibió la entrada en el país a los viajeros de siete países de mayoría musulmana.

El decreto dejó varadas en países de todo el mundo a personas con visas válidas y, en algunos casos, separó a madres de sus hijos pequeños y a maridos de sus esposas.

“Me quedé en shock. Ella tiene un visado y le dicen que no puede ir”, dijo Ahmed Ali, hablando por teléfono desde un hotel en el país africano de Yibuti, después de que las autoridades se negaran a permitir que su hija de 12 años, Eman, subiera con él a un avión a Estados Unidos.

Ali, su esposa y sus dos hijos mayores, son ciudadanos de Estados Unidos, viven en Los Banos, California, pero Eman nació en Yemen y ha vivido allí con sus abuelos. “Es racista”, dijo de la orden de Trump. “Nos persiguen por nuestra nacionalidad y religión”.

Separado de su esposa embarazada
 
Otro que tampoco pudo regresar fue Khaled Almilaji, un médico sirio que asistía a clases en la Universidad de Brown en Providence, Rhode Island, con una beca para estudiar cómo reconstruir el sistema sanitario de su país. Su esposa embarazada sigue en EEUU, mientras que él está en Turquía.

“Es muy triste la dirección que está tomando el mundo”, dijo Almilaji, que arriesgó su vida para proporcionar asistencia médica durante la guerra civil siria y coordinó una campaña que vacunó a 1,4 millones de niños sirios.
 
Con estatus de refugiado

Otro caso es el de Luey Rabban, quien trabaja 16 horas al día como cocinero en un restaurante de Bagdad y recibió estatus de refugiado en Estados Unidos hace ocho meses. Estaba esperando a que llegara su turno para emigrar, pero dijo no estar seguro de que ese día vaya a llegar ahora.

“Solo quiero ir y ver a mi familia”, dijo Rabban, de 47 años, en una llamada telefónica desde Bagdad, a través de un traductor árabe que estaba en la casa de su hermano en El Cajón, California, un suburbio al este de San Diego en el que se han instalado muchos cristianos iraquíes que huyen de la violencia y, más recientemente, refugiados sirios.

Rabban, que sirvió comidas a las tropas estadounidenses en el aeropuerto de Bagdad entre 2003 y 2011, dijo que un oficial del Ejército de los Estados Unidos le ayudó a iniciar su solicitud de asilo hace seis años.

Hermanos lucharon 13 años para reunirse

Los hermanos sirios Bassam y Hassan Abouasali esperaron 13 años para que se aprobaran sus visas y poder reunirse con su hermano, ciudadano estadounidense, en Allentown, Pennsylvania, donde tiene una casa esperándoles.

Finalmente consiguieron las visas el año pasado, pero decidieron pasar una última Navidad en Damasco antes de marcharse. Cuando llegaron el sábado pasado al aeropuerto internacional de Filadelfia con sus esposas e hijos, supieron que sus visas habían sido canceladas y los enviaron de regreso.

Son innumerables los dramas familiares que se están presentando por la medida del nuevo presidente de EE.UU., pues así como los anteriores casos, está el de un hogar en el que el padre, la madre y una hija son ya ciudadanos estadounidenses y su otro hijo de tres años, que está aplicando a la visa, tiene el pasaporte confiscado en la embajada americana en Yibuti.

También el drama de una anciana que planificaba reunirse con su hijo y su familia, y de un niño de tres años, cuyos padres son residentes permanentes.

El decreto de Trump

 

 

El presidente Trump congeló durante 90 días la entrada de viajeros de Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen. También suspendió la admisión de cualquier refugiado durante 120 días e impuso un veto indefinido a refugiados de Siria.

Aunque miles de personas protestaron contra la medida en aeropuertos de todo el país y grupos de derechos civiles y algunos congresistas la criticaron, los partidarios de Trump afirman que es una protección necesaria.

Por otra parte, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, pidió al presidente estadounidense que retire su decreto sobre migración.

“Esas medidas violan nuestros principios básicos y creo que no son efectivas si el objetivo es realmente impedir que terroristas entren a Estados Unidos”, afirmó.

Las mentiras de Trump en Twitter

Trump: En un tuit del pasado lunes, escribió: “Sólo 109 personas de 325.000 fueron detenidas y retenidas para su interrogatorio. Los grandes problemas en los aeropuertos los provocó un fallo informático de Delta”.
Los hechos: Según un funcionario federal de seguridad informado sobre la aplicación de la orden ejecutiva, en realidad casi 400 titulares de tarjetas de residencia permanente para inmigrantes fueron detenidos a su llegada a aeropuertos de Estados Unidos después de la firma de la medida. Delta Airlines informó de un problema informático el domingo 29 de enero que provocó la cancelación de más de 150 vuelos. El caos y las protestas en aeropuertos de todo el país comenzaron antes de que eso ocurriera.
 
Trump: En un comunicado de la Casa Blanca, dijo: “Mi política es similar a lo que hizo en 2011 el presidente Obama cuando prohibió las visas para refugiados iraquíes durante seis meses”.
Los hechos: Eso no es exactamente lo que ocurrió. Según datos del Departamento de Estado, durante el año fiscal 2011 fueron admitidos en Estados Unidos 9.388 refugiados iraquíes. Los datos también indican que se admitieron refugiados iraquíes todos los meses del año natural 2011.
 
Trump: En el mismo comunicado, dijo: “Los siete países mencionados en la Orden Ejecutiva son los mismos países que identificó antes el gobierno de Obama como fuentes de terrorismo”.
Los hechos: Eso resulta engañoso. El Congreso, liderado por republicanos, votó en 2015 a favor de exigir visas y comprobaciones adicionales de seguridad a ciudadanos extranjeros que normalmente no necesitarían visas, como los británicos, si habían visitado esos siete países: Irak, Irán, Siria, Sudán, Libia, Somalia y Yemen. El gobierno de Obama anunció que periodistas, trabajadores humanitarios y otras personas que viajaran por motivos de trabajo a los países de la lista podrían pedir excepciones. No había restricciones especiales sobre los viajeros de esos siete países.
 
Trump: También en el comunicado: “Para ser claros, esto no es un veto a los musulmanes, como informa falsamente la prensa. Esto no trata sobre religión, esto trata sobre terrorismo y mantener a nuestro país a salvo. Hay unos 40 países diferentes en todo el mundo que son de mayoría musulmana y no están afectados por esta orden”.

Los hechos: Trump tiene razón al señalar que muchos países de mayoría musulmana no están incluidos en las restricciones. Pero también está desinformando. El decreto que firmó no dice de forma específica que los musulmanes no pueden visitar Estados Unidos, pero sí prohíbe de forma temporal la entrada a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana. También veta la entrada de sirios de forma indefinida. El exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, dijo hace poco a Fox News que Trump le pidió que creara un plan para prohibir la entrada a musulmanes que no pudiese ser cuestionado en los tribunales. Giuliani dijo que su recomendación final fue centrar la norma en la seguridad y en qué países planteaban amenazas de seguridad.
 
Trump: El presidente también tuiteó: “Si se hubiera anunciado la prohibición con una semana de adelanto, los ‘malos’ se habrían apresurado a venir a nuestro país durante esa semana. ¡Hay muchos ‘tipos’ malos ahí fuera!”.
Los hechos: El sistema migratorio no permite la oleada de llegadas que describe Trump. Hay 38 países, en su mayoría europeos, cuyos ciudadanos pueden visitar Estados Unidos sin visa. Pero deben pedir autorización por adelantado para su viaje proporcionando información al gobierno de Estados Unidos. Cualquier otro extranjero que quiera visitar o mudarse a Estados Unidos, para trabajar o recibir educación, tiene que esperar a obtener un visado y está sujeto a una serie de comprobaciones de antecedentes, lo que incluye evaluaciones de agencias federales de seguridad e inteligencia.

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