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Indígenas de Bolivia se sienten huérfanos sin Evo Morales como presidente

“Era nuestro papá”, dijo una aborigen, quien pidió a gritos la renuncia de Jeanine Áñez.

En su campamento de repliegue, levantado sobre una vía, indígenas cocaleros que protestan en el centro de Bolivia acusan el golpe de orfandad. Evo Morales se exilió en México sin dejar sucesores. 

“Era nuestro papá, nuestro papá”. Sonia Peña, de 51 años, gimotea apenas toma la palabra en medio de una multitud que pide a gritos la renuncia de Jeanine Áñez, la senadora que con Biblia en mano asumió el poder provisional tras la renuncia de Morales el 10 de noviembre.

Venidos de la región cocalera de Chapare, cuna política del líder indígena, cientos de campesinos acampan a lo largo de un tramo de la carretera bloqueada que conecta el municipio de Sacaba con Cochabamba, la cuarta ciudad de Bolivia. Ninguno aquí acepta ser llamado líder porque, aseguran, los están “cazando”.

El 15 de noviembre nueve campesinos murieron por heridas de bala en los enfrentamientos con la fuerza pública. Al día siguiente el gobierno transitorio blindó jurídicamente a los uniformados que actúan para imponer el orden, lo que encendió aún más los ánimos en Sacaba. 

En total son 32 los fallecidos en un mes de crisis en torno a la figura del dirigente cocalero, el aymara de izquierda que después de casi 14 años en el poder fue reelegido el 20 de octubre en un proceso cuestionado internamente por fraudulento y en el que la OEA aseguró haber detectado irregularidades. 

La oposición, con el apoyo de la clase media urbana que no le perdonó a Morales sus ambiciones de poder, se volcó a las calles y forzó su dimisión. Él viajó a México alegando ser víctima de un golpe de Estado luego de perder el respaldo del alto mando militar y de policía.

Pero entre los de Chapare prima otra sensación. “Nos sentimos huérfanos”, sostiene Virgina Muñoz, una jubilada mestiza de 63 años, y añade: “Queremos que vuelva Evo. Nos ha devuelto nuestra identidad cultural, aquí estamos quechuas, aymaras, gente de abajo”.

Una Bolivia fracturada socialmente dio el primer paso hacia un futuro sin Morales (60 años), con la anulación del proceso de octubre y la aprobación legislativa de nuevas elecciones. 

Primeras elecciones sin Morales

Bolivia emprendió ayer el camino hacia sus primeras elecciones sin la opción presidencial de Evo Morales en 18 años, tras la promulgación de una ley que lo excluye como candidato luego de un mes de protestas con 32 muertos. 

La presidenta interina Jeanine Áñez firmó la norma que permitirá el llamado a nuevos comicios generales, en una fecha aún por determinar, tras su aprobación unánime en el Congreso bicameral el sábado. 

“Llegamos a este día con la satisfacción del deber cumplido porque este es el principal objeto de mi gobierno: nuevas elecciones en el menor tiempo posible”, dijo Áñez durante la ceremonia.

Comienza así un difícil camino para los once millones de bolivianos en búsqueda de una salida a su peor emergencia política en dos décadas, esta vez sin Morales como alternativa. 

La norma anula los comicios del 20 de octubre en los que Morales fue reelecto y que fueron rechazados por fraudulentos en masivas protestas que encabezó la oposición. La Organización de Estados Americanos (OEA) avaló las sospechas al detectar irregularidades en el proceso.

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AFP
AFP
Domingo, 24 de Noviembre de 2019
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