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Isla griega de Lesbos teme una llegada masiva de refugiados
Trece embarcaciones de migrantes llegaron el jueves por la noche a Lesbos con 540 personas a bordo.
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AFP
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Domingo, 1 de Septiembre de 2019

En Skala Sykamineas, una localidad de pescadores en la isla griega de Lesbos, donde 500 migrantes llegaron el jueves por la noche, los habitantes temen un aumento explosivo de la llegada de refugiados, que reproduzca la crisis migratoria de 2015.

"Nunca podré olvidar a los miles de personas que llegaron a las playas durante el verano de 2015. Eran niños, familias, todas ellas traumatizadas por un viaje difícil", recuerda Elpiniki Laoumi, que regenta un restaurante en una playa en el norte de esta isla griega, cercana a las costas de Turquía.

En plena crisis migratoria de 2015, llegaban a Lesbos unos 1.000 refugiados cada día, tras haber abandonado el litoral turco con barcas hinchables.

Aún pueden encontrarse en las playas de Lesbos algunos chalecos salvavidas y barcas desinfladas que pertenecieron a los migrantes, pero el panorama no tiene nada que ver, de momento, con el del verano de 2015.

Sus habitantes no desean para nada volver a vivir la misma situación que durante el verano de hace tres años, que les marcó profundamente.

Trece embarcaciones de migrantes llegaron el jueves por la noche a Lesbos con 540 personas a bordo, entre ellas 240 niños. Se trata de "un aumento sin precedentes", indicó una fuente diplomática griega.

"Las 13 barcas llegaron justo delante de mi restaurante. ¡No quiero volver a vivir las mismas imágenes que en 2015!", afirma Laoumi.

"Siempre me entristece ver a jóvenes que abandonan su país y vienen sin nada a un nuevo país porque no tienen otra opción", lamenta Stella, una mujer jubilada griega que emigró a Australia cuando era joven y que regresa cada año a su isla natal durante las vacaciones.

"Muchos habitantes se quejan de los refugiados y piensan que viene porque quieren. Pero yo sé qué significa ser una refugiada y no es nada fácil", añade.

El número de llegadas a Lesbos aumentó de forma significativa en julio y se convirtió en el más elevado desde marzo de 2016, cuando entró en vigor un polémico acuerdo migratorio entre la Unión Europea y Turquía.

Pero en agosto "ya hemos superado las cifras de julio con más de 3.000 llegadas", explicó el viernes a la AFP Astrid Castelein, responsable de la delegación en Lesbos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).

El desbordado campamento de Moria

El ministro de Asuntos Exteriores griego, Nikos Dendias, también convocó el viernes al embajador turco en Atenas para recordarle las obligaciones de Ankara respecto al acuerdo UE-Turquía de 2016.

El incremento de inmigrantes ha despertado incertidumbre entre los locales puesto que en el 2015 vivieron un éxodo sin precedentes el cual desbordo la capacidad de atención de esta ciudad griega.

El gobierno griego, reunido de forma urgente este sábado, decidió el traslado de los menores no acompañados y los migrantes más vulnerables de las islas hacia la Grecia continental. Además, suprimió los recursos de apelación para las solicitudes de asilo denegadas, con el objetivo de favorecer la extradición de refugiados a Turquía.

Los 546 migrantes que llegaron el jueves a la playa de Skala Sykamineas, la mayoría de ellos afganos, según Acnur, fueron acogidos en un campamento de tránsito cerca de esta localidad, antes de ser enviados al "hotspot" (centros de recepción y registro) de Moria en Lesbos, donde deberán dejar sus huellas dactilares para efectuar su petición de asilo.

Este sábado todos los refugiados que llegaron el jueves debían instalarse en el insalubre campamento de Moria, donde más de 10.000 migrantes ya se encuentran en este centro, es decir, cuatro veces más que su capacidad, según Acnur.

Las condiciones de higiene resultan precarias y los nuevos migrantes ni siquiera disponen de una tienda.

Wasek, de 25 años, llegó hace una semana al centro de Moria junto con diez miembros de su familia. Ellos duermen en el exterior del campamento cubriéndose solo con mantas grises, entre los llantos de un bebé de ocho meses.

"Tenemos un bebé, mi madre está muy enferma. No podemos seguir en estas condiciones durante mucho tiempo, las temperaturas empezarán a bajar pronto", se lamenta este joven afgano.

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