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Kerala, en medio de olores fétidos y de inundaciones
El olor lo atribuyen a los contenedores con basura podrida y otros a la degración de los cadáveres de los animales muertos ahogados.
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AFP
AFP
Lunes, 20 de Agosto de 2018
En Aluva (India), el olor se percibe por todas partes, es omnipresente e imposible de ocultar. En esta pequeña ciudad de Kerala, estado afectado por inundaciones mortíferas, con la bajada de las aguas no se puede ocultar el alcance de la devastación visible entre las aguas de color marrón. 
 
El olor lo atribuyen a los contenedores con basura podrida y otros a la degración de los cadáveres de los animales muertos ahogados. Sin embargo, también “puede ser de origen humano”, reconoce un sobreviviente de las lluvias del monzón, refiriéndose a las más de 400 personas muertas en esta región del sur del país.
 
Al entrar a la Union Christian College de Aluva, una localidad en los suburbios de Cochin, la gran metrópoli de Kerala, un olor nauseabundo impregna las fosas nasales. En el interior, unos 2.000 sobrevivientes se encuentran hacinados.  
 
“Este olor es la consecuencia de cinco días sin poder bañarse”, afirma Savita Saha, damnificada por las lluvias e inundaciones mortales que han devastado a Aluva y al resto del estado, acostada junto a su marido sobre una estera de yute en un pasillo.
 
En esta escuela se forman largas colas frente a los pocos baños disponibles. El edificio no cuenta con un lugar apropiado donde poder lavarse.
 
Afuera, la lluvia acaba de parar. Los coches, muebles y colchones abandonados flotan en las calles de Aluva. El agua sucia y negra alcanza hasta las rodillas.
 
En un salón de clases, Rasitha Sojith no alcanza a contener sus lágrimas al recordar su fuga entre las aguas que le llegaban hasta el pecho donde mantenía apretado a su bebé de dos meses.
 
Todo está perdido    
 
“En tanto el nivel del agua subía rápidamente, tomamos apenas un poco de ropa para el bebé y nos refugiamos en la terraza del primer piso de la casa de un vecino”, relata.
 
“Todo está perdido. ¡Todo! No tenemos dinero siquiera para volver a nuestro barrio”, se lamenta Rasitha. 
 
Al igual que esta mujer, unas 725.000 personas están albergadas en refugios improvisados en Kerala.
 
Las autoridades estiman que los daños materiales ascienden a 3.000 millones de dólares, cantidad que probablemente aumentará según se determine la magnitud de la destrucción.
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