Amanece en la cárcel romana de Rebibbia y un grupo de presos se prepara a pasar un día feliz al aire libre para limpiar y recuperar los deteriorados jardines públicos de la Ciudad Eterna.
"Si se escapan, no voy a correr tras ellos", bromea Claudio Iacobelli, jefe de la policía judicial, encargado de este proyecto piloto, lanzado por la alcaldía de Roma y el ministerio de Justicia.
"Se sienten útiles y disfrutan cada minuto que pasan fuera de las rejas", comenta Lacobelli.
Escoltado por la policía, el minibús que conduce a los presos circula a toda velocidad gracias a las sirenas.
Cerca de un centenar de voluntarios participa en la limpieza de varios parques de Roma después de un corto entrenamiento en la Escuela de Jardinería de la ciudad.
"A lo mejor uno de nosotros descubre en estos días su verdadero oficio", comenta Umberto, el más joven, a punto de podar ramas y plantas con unas tenazas.
"Lo que en principio era solo una salida se ha convertido en un momento especial, porque regresamos agotados y nos olvidamos de los barrotes durante unas horas", confiesa.
Un "pacto"
"Trabajamos de forma colectiva, nosotros mismos nos organizamos. Cuando volvemos a la cárcel, nos miramos y nos sentimos satisfechos. Al día siguiente retomamos nuestra labor para completarla", cuenta Umberto mientras fuma un cigarrillo.
Bajo el calor sofocante del verano romano, 15 presos se mueven "libremente" dentro del jardín municipal Elsa Morante, en el suroeste de la capital, bajo la atenta mirada de los guardias.
"Es una cuestión de confianza. Tenemos un pacto, saben que a la más mínima desviación, el proyecto se acaba", advierte Lacobelli.
Recuperar los jardines de la ciudad para su uso es beneficioso porque Roma es una de las capitales más verdes de Europa, con alrededor de 43.000 hectáreas de espacio verde, pero con graves problemas de mantenimiento.
Los recortes de presupuesto, la corrupción, la burocracia o la negligencia han reducido el personal encargado de mantener los jardines, que en 20 años pasó de 1.500 empleados a un centenar.
"La iniciativa es positiva desde todos los puntos de vista. Los presos están contentos y la gente también", resume Pinuccia Montanari, asesora del ayuntamiento para el Medio Ambiente.
"Es una iniciativa importante para la ciudad, la ciudad la necesita realmente, ya que tiene pocos recursos", comenta la asesora, de la formación antisistema Movimiento 5 Estrellas que se hizo con la alcaldía en junio del 2016.
El proyecto podría extenderse a los huecos o baches que hay por toda la capital y que en los últimos años han causado numerosos accidentes.
"¿Por qué no?", se pregunta Lacobelli, y reconoce que tras el éxito del proyecto en Roma ciudades como Milán, Palermo o Nápoles quieren seguir el ejemplo.
