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Raúl Castro, el fin de una dinastía
El líder cubano dejará el 24 de febrero la Presidencia, cargo que asumió en 2006 cuando enfermó su hermano Fidel Castro.
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AFP
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Domingo, 6 de Agosto de 2017

Nadie en Cuba reúne este lunes más poder, autoridad y secretos que Raúl Castro. El anciano general, que sorprendió al mundo al tender su mano a Estados Unidos, flexibilizó el único sistema comunista de Occidente.

El mandato de Castro entró en cuenta regresiva. El miércoles pasado asistió por última vez como presidente a los actos del 26 de julio, Día de la Rebeldía Nacional, que conmemora el ataque al Cuartel Moncada en 1953.

El 24 de febrero dejará la presidencia que ejerció desde 2006, cuando cayó enfermo su hermano Fidel, pero seguirá al frente del Partido Comunista, el único legal en Cuba. 

Leal a Fidel Castro hasta después de su muerte, hombre de familia, fumador arrepentido; tan discreto como pragmático, Raúl Castro emergió de la sombra de su hermano para llevar a Cuba por una senda de cautos cambios económicos.

De discursos breves y voz enérgica, el implacable líder de 86 años combina la administración del poder con la reserva sobre su salud. 
  
Temible 

“No podría aparecer ante el enemigo como un hombre de alma caritativa”. Así justificó el apodo de temible en una entrevista excepcional que le concedió al diario Sol de México en 1993. 

Castro, que comandó por 50 años las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), transformó un ejército de rebeldes idealistas en un eficiente aparato militar que llegó a contar con 300.000 efectivos. Las FAR ejercen un férreo control interno y dirigen el turismo, la agricultura y las telecomunicaciones. 

Castro ha sido implacable. Estuvo detrás del juicio de 1989 que llevó al paredón al general Arnaldo Ochoa, fusilado junto con otros tres oficiales por narcotráfico, y en 2009 expulsó del círculo de poder a dos protegidos por Fidel, el vicepresidente Carlos Lage y el excanciller Felipe Pérez, por “ambiciones desleales”.

Al tiempo que excarceló a decenas de opositores por mediación de la Iglesia católica, bajo su mandato se han multiplicado los arrestos temporales y el enjuiciamiento de disidentes por delitos comunes, según sus líderes.

Es “una represión de baja intensidad, contramediática para que no tenga impacto (...) y totalmente ilegal, con el propósito no tanto de destruir a la oposición, como de neutralizar sus acciones, desmoralizarla”, dijo Manuel Cuesta, un opositor moderado.
  
Práctico 

“Cambiar todo lo que deba ser cambiado”. Castro pregonó su apertura a las reformas siempre que no tocaran el régimen de partido único.

En plena tensión con Estados Unidos, preparó a la población para responder con tácticas de guerrilla a una eventual invasión. “El suelo ardería bajo sus pies”, advirtió a Estados Unidos.

Pero a finales de 2014 dio un giro al anunciar el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Washington, rotas por más de medio siglo.

En 2016 fue el anfitrión de Barack Obama y ese año ayudó a firmar la paz con la guerrilla más antigua de Colombia, a la que la Cuba apoyó en sus inicios. 

De la mano de Castro, Cuba entró en una etapa de flexibilización. Con Venezuela -fuente de petróleo barato- en crisis, el embargo de Estados Unidos vigente y el recuerdo aún fresco del colapso del protector soviético, amplió el trabajo privado, y autorizó la compra y venta de viviendas y vehículos. 

Además, eliminó las restricciones de viajes para los cubanos e impulsó la inversión extranjera.

Raúl ha sido “flexible en cambios de políticas pero no de la arquitectura del sistema. En lo político, nunca ha cuestionado el unipartidismo y en lo económico, la adopción de mecanismos de mercado ha sido parcial”, señala Arturo López-Levy, autor del libro “Raul Castro and the New Cuba: a Close-up view of change”.
  
Reservado 

Raúl Modesto Castro Ruz nunca le disputó el protagonismo a su hermano. “Fidel y Raúl funcionaron como un equipo complementario de carisma y administración”, señaló López-Levy.

En noviembre anunció al mundo la muerte de Fidel. Años antes, fue testigo de excepción de la agonía de Hugo Chávez. 

Raúl guarda los detalles de ambos decesos. “Es hombre de poder porque es hombre de secretos”, dijo el empresario mexicano Mario Vásquez Raña, que lo entrevistó en 1993. 

Los Castro ocultaron por años el enfriamiento de relaciones con la ex Unión Soviética, que llegó a retirarles el apoyo militar frente a Estados Unidos. “Sufrimos en silencio la amargura”, confesó Raúl.

Solo él y sus más cercanos conocen quién será su sucesor. El vicepresidente Miguel Díaz-Canel (57 años) parece contar con su bendición.

El exagente de Moscú Nicolás Leonov, autor del libro “Raúl Castro, un hombre en Revolución”, destaca su amor por los árboles, el gusto por la natación y las caminatas, además de su chispa bromista. 

Castro estuvo casado 48 años con Vilma Espín, su compañera de armas fallecida en 2007. Tiene tres hijas y un varón, nueve nietos y una bisnieta. 

Su hijo Alejandro es un oficial muy influyente, pero ni él ni los héroes revolucionarios que aún viven podrían jamás tener su autoridad. Previsor, Castro ya dispuso el sitio donde será enterrado: un nicho de piedra en una montaña de Santiago (oriente) junto a los restos de su esposa.

Los nueve cambios de Raúl Castro a la revolución cubana
 

Hoy, un cubano puede viajar al exterior con menos restricciones, tener su negocio y ver flameando la bandera oficial de Estados Unidos en La Habana. En once años, Raúl Castro logró una transformación silenciosa de la Cuba que recibió de su hermano Fidel.
  
Deshielo 

El capítulo más espectacular de la era de Raúl se escribió el 17 de diciembre de 2014. Entonces anunció por televisión a los cubanos -mientras Barack Obama lo hacía a los estadounidenses- el acercamiento con el enemigo de la Guerra Fría. El 20 de julio de 2015, tras más de medio siglo, los dos países reanudaron relaciones diplomáticas, y en marzo de 2016 Raúl recibió a Obama en el Palacio de la Revolución. 

Migración 

En 2013 Raúl Castro eliminó costosos y enrevesados requisitos de viaje, y autorizó a los cubanos a permanecer fuera de la isla hasta por dos años -siempre que lo hagan de forma legal-, sin perder sus bienes o residencia. De enero de 2013 a diciembre de 2016, más de 670.000 cubanos hicieron más de un millón de viajes particulares a otros países.
  
Trabajo privado 

Castro amplió y flexibilizó el trabajo privado. Más de medio millón de cubanos se desempeña actualmente por cuenta propia, el 10% de una fuerza laboral de cinco millones. 
  
Límites del mandato 

Tras 48 años de gobierno de Fidel, Raúl y el Partido Comunista de Cuba (PCC) limitaron a diez años (dos mandatos de cinco) la permanencia en un cargo. Raúl ya anunció que dejará el poder en  2018.
  
Inversión extranjera 

El gobierno de Castro reformó una ley para dar más incentivos a los inversionistas e inauguró el megapuerto del Mariel (45 km al oeste de La Habana), una zona franca llamada a convertirse en el principal polo industrial de Cuba.

Deuda externa

A finales de 2015, Cuba logró renegociar su deuda con 14 países del Club de París, congelada desde los 1980, con una condonación de 8.500 millones de dólares. La isla, que a cambio se comprometió a pagar 2.600 millones de dólares en 18 años, espera con eso acceder a créditos frescos.   

Compraventas 

Raúl autorizó la compraventa de autos y viviendas. Hasta 2014 se registraron compraventas de 80.000 vehículos y de 40.000 viviendas, según autoridades.
  
Internet

El gobierno permitió, aunque restringido, el acceso a internet. Hasta junio operaban en el país 370 zonas wifi, 630 salas de navegación y más de tres millones de líneas celulares.
 

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