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Tapabocas desata batallas políticas en EEUU
Florida es el nuevo epicentro de la COVID-19, con más de 11.000 casos y 128 muertes solo el viernes.
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AFP
AFP
Viernes, 17 de Julio de 2020

La epidemia de COVID-19 en Estados Unidos se agrava a un ritmo exponencial,  pese a lo cual los gobernantes de algunos de los estados más afectados se resisten a las medidas de uso obligatorio de mascarilla para detener la propagación.

Las autoridades de la salud del país reportaron 78.000 nuevos casos el jueves, según la base de datos administrada por la Universidad Johns Hopkins, centro de referencia en el tema.

La cantidad de pacientes hospitalizados por el virus está en su nivel más alto desde el 23 de abril, según el Proyecto de Seguimiento COVID.

La tasa de mortalidad, que cayó en mayo y junio, ha aumentado desde la semana pasada. Florida, es el nuevo epicentro y registró más de 11.000 nuevos casos y 128 muertes solamente este viernes.

Mientras tanto, la epidemia se está extendiendo a nuevas partes del país: avanza por los estados de Idaho, Tennessee, Mississippi.

Las simpatías por el presidente republicano Donald Trump se han desplomado desde el comienzo de la pandemia: solo el 38% de los estadounidenses aprueba su manejo de la crisis de salud, frente al 51% en marzo, según una encuesta publicada por el diario The Washington Post.

La asistente de Trump, Kellyanne Conway, dijo el viernes que la causa del declive fue que el presidente ya no informaba al público sobre el virus a diario, y sugirió que esto podría retomarse.

“Los números [de aprobación] del presidente eran mucho más altos cuando estaba allí informando a todos día a día sobre el coronavirus”, señaló, y agregó: “Creo que el presidente debería estar haciendo eso” .

Las sesiones informativas casi diarias del grupo de trabajo de Trump se detuvieron a fines de abril en medio de las crecientes críticas sobre sus afirmaciones exageradas e inexactas sobre la respuesta de la salud pública y su inclinación a recomendar tratamientos sin aval científico.

“Realmente tenemos que reorganizarnos, hacer una pausa”, dijo Anthony Fauci, el principal especialista en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, a Mark Zuckerberg, líder de Facebook, en una videoconferencia.

“No necesariamente se apelará nuevamente al confinamiento, pero digamos que ‘tenemos que hacer esto de una manera más mesurada’”, agregó.

“No seas una oveja”

Los estados se confinaron por áreas y varios de ellos omitieron importantes puntos de control epidemiológicos antes de emitir y difundir sus órdenes de quedarse en casa, dijo Fauci.

Posteriormente, muchos se han visto obligados a dar marcha atrás en sus planes de volver a abrir las actividades, cerrando bares, gimnasios, cines, lugares de culto religioso y tiendas.

Los alcaldes han reaccionado imponiendo órdenes de uso obligatorio de máscaras faciales. Sin embargo, en Georgia, en el sur, el gobernador republicano del estado, Brian Kemp, demandó al alcalde de la capital, Atlanta, por emitir una directiva de cobertura facial.

“Si bien todos estamos de acuerdo en que usar una mascarilla es efectivo, estoy seguro de que los georgianos no necesitan una orden para hacer lo correcto”, dijo Kemp.

Su reclamo busca revocar no solo la orden de uso obligatorio de tapabocas, sino también el regreso impuesto por la alcaldesa Keisha Lance Bottoms a un confinamiento más estricto.

Bottoms, una demócrata que compite por convertirse en compañera de fórmula del ex vicepresidente Joe Biden para aspirar a la Casa Blanca en noviembre, cree que la decisión de Kemp fue una represalia política.

“No creo que haya sido casualidad que esta demanda fuera presentada el día después de que Donald Trump visitó Atlanta, y que señalé que no tenía una mascarilla en el Aeropuerto Internacional Hartsfield Jackson de Atlanta y que eso violaba la ley estatal”, le dijo a la cadena CNN el viernes.

Conflictos similares abundan en otras partes del país. En el ultraconservador Texas, el gobernador Greg Abbott finalmente ordenó el uso de la mascarilla en todo el estado después de ver un alza de los casos, pero los comités republicanos locales han adoptado mociones de censura contra él.

Lo acusan de violar los principios del partido de separación de poderes, libre empresa y responsabilidad personal, según The Texas Tribune.

Los líderes demócratas de Houston, la ciudad más grande del estado, quieren volver al encierro, pero el gobernador se niega a aceptar el confinamiento forzado.

“No seas una oveja”, dijo un sheriff en el estado de Washington a fines de junio. La epidemia de Estados Unidos comenzó en el estado occidental y las cifras de casos han comenzado a subir allí una vez más.

Nuevo brote de coronavirus descubierto en China

China informó ayer de, al menos, cinco nuevos casos de covid-19 en Xinjiang, una vasta región del noroeste del país, donde vive en particular la minoría musulmana uigur, lo que hace temer un resurgimiento de las contaminaciones.

El primer país afectado por el virus a finales de 2019, ha conseguido desde entonces frenar considerablemente el contagio, que en las últimas semanas ha descendido a un puñado de nuevos casos cada día. 

Xinjiang es un territorio semidesértico que limita con Asia central, donde viven 25 millones de personas. Poco menos de la mitad de ellos pertenecen a la minoría uigur, que es predominantemente musulmana y habla un idioma similar al turco. La primera infección fue detectada el miércoles. Como resultado, la metrópolis de 3,5 millones de habitantes cerró su metro, mientras que las conexiones aéreas se redujeron drásticamente el viernes. Algunos usuarios de la red social Weibo afirman que varios barrios residenciales fueron aislados.

Para desalentar probablemente compras de pánico, los medios oficiales afirman que los supermercados tienen suficientes reservas de alimentos.

Washington, junto con expertos y organizaciones de derechos humanos, acusan a Pekín de haber internado en Xinjiang a un millón de musulmanes, principalmente de etnia uigur, en nombre de la lucha antiterrorista.

China desmiente esta cifra y afirma que estas personas son llevadas a centros de formación profesional, destinados a ayudarlas a encontrar un empleo para alejarlas de la tentación del extremismo. 

Al comienzo de la epidemia, las organizaciones partidarias de los uigures estaban preocupadas por las posibles consecuencias de un contagio dentro de estos centros.

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