Al menos 23 personas, 14 de ellas empleados de seguridad nepalíes, murieron el lunes en tres atentados casi simultáneos en Kabul y en el noreste de Afganistán, los primeros ataques desde que Estados Unidos anunció refuerzos en la lucha contra los insurgentes.
El primer atentado fue perpetrado por un suicida que iba a pie contra un minibús en la carretera de Jalabad, dejando 14 muertos, todos nepalíes, indicó el ministerio del Interior.
También hubo nueve heridos (cinco nepalíes y cuatro afganos), precisó el ministerio en un comunicado en el que condenó este “acto terrorista contra un autobús transportando a extranjeros”.
Poco después, tuvo lugar otra explosión de otra bomba al paso de un convoy que transportaba a un representante provincial, según el ministerio del Interior, y que mató a una persona e hirió a otras 4, entre ellas el responsable político.
Poco después, una moto bomba explotó en la pequeña ciudad de Keshim, en la provincia afgana de Badajshán, anunciaron las autoridades locales, dejando al menos 8 muertos.
Kabul | AFP