"Un partido en el trabajo, uno en el metro y el tercero en casa": para volver a su hogar, Vladislav recorre casi de punta a punta la línea "violeta" del metro de Moscú, pero por estos días lo hace entretenido, mirando los duelos del Mundial-2018 difundidos en directo en los vagones, a 80 metros de profundidad.
"Vi el primer partido en el trabajo con los auriculares puestos, he mirado el segundo en el metro y voy a observar el tercero en casa", explica el funcionario del ministerio de Energía, de 29 años, "amante del juego bonito".
Al igual que Vladislav, tres cuartos de los pasajeros amantes del fútbol se juntan alrededor de cada uno de las pantallas instaladas cada diez o quince metros, cerca de cada puerta de los vagones de esta línea de metro que atraviesa Moscú de noreste a sudeste.
Desde el debut del Mundial, el metro moscovita difunde en directo cada partido del torneo. "Esto sucede por primera vez en el mundo, por lo que tengo entendido", asegura Roman Latypov, el primer vicepresidente del metro de Moscú.
Si bien la transmisión en directo no ocurre en todas las líneas de metro moscovita, "las pantallas que difunden los partidos del Mundial en directo se colocaron en 1.600 vagones del metro", es decir casi el 20% del parque de formaciones que recorren las entrañas de la capital, añade el responsable, aclarando que "garantizar una difusión en directo a una profundad de entre 50 y 80 metros no es fácil".
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Wifi, disponible desde 2014
La difusión de partidos en directo es posible gracias a la red wifi, disponible desde 2014 para los pasajeros del metro. Más de un millón de personas se conecta cada día a este servicio sin igual en el planeta a esta escala (12 líneas, 660 kilómetros).
Sitio obligado para los visitantes de la capital rusa, junto al Kremlin y la Plaza Roja, el metro moscovita forma parte de los raros sistemas de transporte del planeta que es una atracción turística en sí misma, por su belleza irrefutable.
Fundado en 1935, el medio de transporte favorito de los habitantes moscovitas es un poco el metro de todos los superlativos. Además de ser uno de los más profundos del mundo, detrás de las líneas que circulan por la ucraniana Kiev y la de San Petersburgo, es el más utilizado de Europa. Más de nueve millones de personas lo toman cada día y transitan por sus monumentales estaciones, donde las estatuas de bronce junto a las cristaleras y los mosaicos artísticos celebran el suceso de la URSS.
