La alegría se contagió en el público con los grupos de técnica vocal, coro, teatro, ritmos latinos y ballet.
Como en un juego, en sala de baile y música para enaltecer los talentos de los 470 niños del ciclo de talleres libres se convirtió la tarima de presentación de clausura de la Escuela Bellas Artes de Ocaña.
Dentro del programa de estimulación temprana se escenificaron las capacidades de los niños entre 3 a 5 años, en el dominio de batería, acordeón, piano, violín y guitarra popular.
La alegría se contagió en el público con los grupos de técnica vocal, coro, teatro, ritmos latinos y ballet.
“Dentro de la dinámica cultural de la Universidad Francisco de Paula Santander Ocaña, se desarrollan actividades de impacto social como eje de formación integral de valores éticos y morales para la reconstrucción del tejido social.
“En su mayoría son niños de escasos recursos económicos, que desean surgir a través del arte”, expresó la coordinadora de los programas profesionales universitarios Sheyla Cardona.
Por eso se representaron con trajes de pollitos amarillos, con ganas de volar y mostrar el talento que los caracteriza.
Estos espacios buscan estimular los aspectos sensoriales de los niños con expresiones artísticas.