Estudiantes de comunicación social de la universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña, coordinan con la oficina de discapacidad una campaña para salvar el hogar de ancianos en ese municipio.

La actividad consiste en la recolección de insumos, alimentos perecederos y no perecederos, para garantizar la manutención de los internos en el ancianato de Ocaña.

De acuerdo con Elizabeth Cáceres Romano, coordinadora de la oficina de discapacidad, la campaña comienza en la calle del Dulce Nombre. La invitación es para que todos los ocañeros donen y de esta manera se contribuya a mantenerles la calidad de vida a los abuelos.

El hogar de ancianos Nuestra Señora de Torcoroma, ubicado en el barrio San Antonio, atraviesa por una crisis económica debido a la reducción de los recursos que ingresan por estampilla pro ancianos (el cuatro por ciento de los contratos de obras y suministros de la Alcaldía).

De no mejorar la situación en el hogar, podrían quedar en la calle 35 adultos mayores.

La hermana Cleotilde Ovalle hace un llamado para garantizar la alimentación y estadía a los abuelitos desamparados. “La situación es bastante difícil y sólo recibimos $1,8 millones durante los primeros tres meses del año. Necesitamos entre 12 y 13 millones de pesos anuales para sostener el hogar”, recalcó.

De acuerdo con la religiosa, si en junio no se ha logrado el equilibrio financiero, tendrán que cerrar el hogar.

La Alcaldía de Ocaña busca alternativas para salvar el hogar. La alcaldesa, Miriam Prado Carrascal, coordina con los secretarios de Hacienda, Jesús Emiro Velásquez Carrascal y Desarrollo Social, Olger Santos Maldonado, mecanismos que eviten el cierre del hogar de ancianos Nuestra Señora de Torcoroma.

Mientras se solucionan los problemas financieros las hermanas seguirán prestando los servicios a los 35 adultos mayores que habitan en el hogar.

La Opinión