La fiestas carnestolendas hacen que este sea uno de los municipios de Norte de Santander más visitados por esta época.
Máscaras, disfraces, reinas, carrozas, zanqueros, botafuegos, concurridos conciertos, espuma y la alegría de los ocañeros; hicieron parte de los carnavales en Ocaña que esta semana llegaron a su fin.
Los Carnavales hacen que Ocaña sea el municipio más visitado de Norte de Santander a comienzos de año y por cinco días las calles se convierten en ríos humanos para apreciar desfiles y el ingenio de quienes habitan en esta tierra.
Este año, las fiestas se caracterizaron por el buen comportamiento de los cientos de turistas que arribaron a Ocaña, que siguieron la disposición de no desperdiciar agua en los desfiles.
Además, los carnavales se convirtieron en una válvula de escape para los ocañeros, que se integraron en torno a las tradiciones. Las familias compartieron sanamente y los grandes enseñaron a los más chicos la importancia de avivar lo cultural.