Luis Eduardo Solano, estudiante de derecho de la Universidad Francisco de Paula Santander Sede Ocaña, ganó una tutela en contra del alma mater para la habilitación de zonas que favorecieran el desplazamiento de personas en situación de discapacidad.

La acción legal fue interpuesta cuando estaba en primer semestre, y aunque en cinco años ha habido adecuaciones, faltan varias según señaló el joven.

Actualmente, solo hay un baño acondicionado y un ascensor en el edificio conocido como el búnker, donde tiene programadas algunas clases. Igualmente, cuenta con rampas para acceder al área de la biblioteca.

Sin embargo, están pendientes los demás elevadores en el resto de la planta física y más accesos.

Al respecto, Solano confirmó que tiene un sanitario para él, con llave, y que cuando se cuando las clases se desarrollan en un lugar distinto al búnker, estas se hacen en los salones del primer piso para facilitar el desplazamiento.

Lo que dice la institución

Hebert Augusto Páez, subdirector de la sede, afirmó que este semestre se iniciarán las obras y aseguró que la institución cuenta con los recursos para ello, que alcanzan los 300 millones de pesos.

La universidad, dijo, tiene en trámite una licitación para ubicar dos ascensores: uno, en el edificio de aulas, y el otro en la sede de Bellas Artes.

De otro lado, manifestó que la universidad cumplió con el fallo de la tutela, al construir las rampas de acceso en los escenarios administrativos.

Pese a ello, aún faltan algunos requisitos para que la institución integre toda la normatividad de acceso para personas con discapacidad.

En este sentido, Paéz declaró que poco a poco la institución cumplirá con los lineamientos exigidos por la ley, y reconoció que todas las infraestructuras de la Universidad serán ajustadas a las necesidades de esta población.