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Ocaña
El fugaz progreso desde las alturas del cable aéreo
Aporte significativo al transporte del siglo XX
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Javier Sarabia Ascanio
Javier Sarabia
Viernes, 11 de Febrero de 2022

Cien años después de la gestación de uno de los proyectos más trascendentales para el municipio de Ocaña, historiadores analizan el aporte significativo del cable aéreo en el transporte del siglo pasado.


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El objetivo fundamental era facilitar el intercambio comercial desde Gamarra sur del Cesar, Ocaña y la capital de Norte de Santander. Sin embargo, por cuestiones presupuestales y rencillas entre dirigentes de la región, el trayecto hasta la ciudad de Cúcuta no se ejecutó, según indicó el escritor Wilson Enrique Ramírez.

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El presidente de la Academia de Historia de Ocaña, Luis Eduardo Páez García explica que funcionó durante 20 años, pero con la apertura de la carretera se ordenó el desmonte y la estructura férrea se vendió como chatarra. Lamenta que no se haya conservado para impulsar proyectos turísticos como ocurre en otras regiones del país
 

El hierro desmontado fue vendido como chatarra.
 
La transformación del país

A principios del siglo pasado Colombia comenzaba una transformación desde el punto de vista económico, social, financiero, administrativo y en infraestructura para el intercambio comercial.

Ese viraje por allá en la década de 1920 trajo consigo la proyección en los sistemas de transportes, para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de las provincias.

“Coincide con el pago del gobierno norteamericano al colombiano como una especie de indemnización por la separación de Panamá para construir el canal. Ese dinero fue invertido fundamentalmente en obras públicas y se creó la Comisión de Cables en Colombia, se levantaron en regiones como Mariquita, Manizales, Ocaña y Gamarra”, dijo el historiador Luis Eduardo Páez García.

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 Aseguró que en el año de 1.924 una ley de la República ordenó la construcción de la estructura desde Gamarra hasta Cúcuta. “Por documentos históricos sabemos que solo se pudo hacer hasta Ocaña”, agregó. 
 

El cable aéreo se constituyó en el avance más significativo del siglo pasado.
 
Conexión con el río Magdalena 
 
La importancia fue vital para el desarrollo económico, político, cultural y social porque en aquel momento el sistema vial de la región era pésimo, las salidas hacia el río Magdalena o la capital del departamento era dispendiosa.

“El cable vino a suplir esta falta de recursos viales, logrando que todo lo que se producía en la provincia pudiera salir con mayor presteza, a través del puerto de Gamarra, hacia la costa norte colombiana”, mencionó. 

Significó un desarrollo vertiginoso de la economía a partir de la inauguración en el año de 1929. “La vida fue muy corta porque no duró 20 años debido al avance de los sistemas viales, de las carreteras y los vehículos de carga. Logró desembotellar la región y fue una de las obras de alta ingeniería más importantes ejecutadas en Colombia porque permitió un salto cuantitativo y cualitativo desde el punto de vista de la modernización de las comunicaciones”, sostiene Páez.

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Para los habitantes de la provincia fue muy importante la construcción del cable. “No hay un dato exacto que testifique por qué no llegó hasta Cúcuta, es posible que el dinero no haya alcanzado o también algún tipo de problema de índole político y eso limitó que llegara hasta la ciudad capital”.
 

El cable aéreo permanece en la memoria de los veteranos.
 
Epílogo triste 

El presidente de la Academia de Historia de Ocaña califica como triste la historia del desmonte durante la decadencia, pues, así como se creó por Ley de la República, otra lo terminó y el Gobierno Nacional determinó entregar todos los bienes a los municipios por donde pasaba el cable, es decir, Ocaña, Río de Oro, Aguachica y Gamarra.

“Las administraciones municipales no tuvieron la visión de haber dejado el cable como un atractivo turístico, sino que lo desmontaron y se vendió todo el material como chatarra, una parte y los gruesos cables que movían el funicular fueron desentorchados, con ello se hizo una especie de entramado sobre el empedrado de las calles y en el mismo se echó el asfalto para la pavimentación de estas ciudades”, dijo. 

Hoy día este lugar podría haber sido un atractivo turístico muy importante y de las cosas más bonitas que tendría Ocaña en estos momentos si no hubiese existido esa miopía de los mandatarios y políticos de esa época.

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“Imagínese usted un cable aéreo atravesando parte de la cordillera oriental, el paisaje y sobre todo la posibilidad de tomar fotografías desde esas alturas, todo el cañón que forman las montañas en el alto de Sanín Villa”, puntualizó Páez García.
 

El cable aéreo unió a dos regiones para el progreso y bienestar de las comunidades.
La historia 

La construcción, iniciada en la administración del presidente Pedro Nel Ospina y terminado en el de Miguel Abadía Méndez, fue un importante medio de transporte de pasajeros y carga. 

La obra fue emprendida por los Ferrocarriles Nacionales de Colombia a finales de 1925 y concluida en 1929, permaneciendo oficialmente al servicio hasta 1945 (para pasajeros) y su paralización en 1947 (hasta este año se movilizó carga) al darse plenamente el tránsito vehicular entre Aguachica y Ocaña, cuya carretera se inauguró el 15 de julio de 1947. 

Una vez desmontada la estructura de El Cable, la sección perteneciente a Aguachica fue vendida a Julio Z. Álvarez por la suma de $70. 000.oo, siendo alcalde del municipio Juan Romano Marún. Así como se reconoce que esta obra fue la más importante y visionaria, su desmonte y posterior venta, hoy después de 75 años, sin lugar a equívocos, ha sido el más grande desacierto administrativo, por no decir que atentado, contra los municipios que de él se beneficiaron en el corto tiempo que estuvo al servicio, manifiestan los historiadores.

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 En las paredes de la memoria de Manuel Rodríguez, Sara María Sarabia Guerrero o Carlos Julio Rincón Garzón, veteranos de mil batallas, permanecen perennes recuerdos de la experiencia de montar en el cable aéreo.

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