En la escuela José Antonio Galán de la Ciudadela Norte de Ocaña, se forman diariamente 600 niños.
La imperceptible filtración de aguas residuales ocasionó el desplome de un piso en la escuela José Antonio Galán de la Ciudadela Norte de Ocaña.
De manera silenciosa y durante meses se fue socavando la estructura, causando la remoción del terreno en donde está construido el establecimiento educativo.
Una llamada sobre una posible fuga de agua alertó a la coordinadora de la escuela, Dogny Pallares Trigos, quien informó a los fontaneros de la Empresa de Servicios Públicos de Ocaña. Ellos, al inspeccionar, descubrieron una ‘piscina’ debajo de las placas del patio de recreo.
“Los niños están en vacaciones y el colapso del piso pudo ocasionar una tragedia”, indicó Pallares, quien hizo un llamado para que la Gobernación de Norte de Santander intervenga y se inicien las acciones para recuperar la sede antes de que vuelvan los estudiantes.
A nivel local la Empresa de Servicios Públicos de Ocaña, Gestión del Riesgo, la Secretaría de Infraestructura y Planeación se unieron para hacer un diagnóstico de las afectaciones.
En ese espacio se forman diariamente 600 niños y de acuerdo con el rector del colegio La Salle, Emilio Vergel Bayona, si los trabajos no se cumplen antes del regreso a clases (8 de julio), los estudiantes deberán ser reubicados en la jornada de la tarde para no atrasar el calendario académico.
“La filtración afectó a toda la institución y se requiere identificar el origen de la falla. Hay paredes y techos con grietas y en las viviendas cercanas hay una situación similar”, argumentó el rector Vergel.
El coordinador de Gestión del Riesgo de Ocaña, William Alonso Pacheco Ortiz, dijo que están evaluando el riesgo que genera la sede educativa para los menores, por tanto las paredes quedaron prácticamente en el aire.
