A menos de un mes de que los católicos celebren la Semana Santa, la Hermandad de Jesús Nazareno de Ocaña atraviesa por una profunda crisis económica, que se ha convertido en su calvario y penitencia.
Leonardo Rafael Gentil Quintero, presidente de la junta directiva de la congregación de nazarenos, indicó que la deuda que tienen con el municipio por el pago del impuesto predial de la casa donde almacenan, las imágenes y los ornamentos para las procesiones, se ha convertido en su mayor dolor de cabeza.
Este año en vez de hacer los preparativos para su participación en la Semana Mayor, la hermandad está buscando alternativas para solventar los $15 millones que le adeudan al municipio por el pago de impuesto de los últimos cinco años.
“En reiteradas ocasiones le hemos solicitado a los mandatarios de turno y concejales exonerar a la entidad sin ánimo de lucro dedicada a promover los valores culturales y religiosos, pero ha sido imposible”, agregó Gentil.
Asegura que la declaratoria como patrimonio cultural nada le cuesta a la corporación y tampoco tiene erogaciones al municipio. “Falta mucha voluntad ya que el departamento hizo el reconocimiento y el ente territorial como Ocaña no lo hace irónicamente. Esa figura ayuda a canalizar los dineros necesarios para solventar gastos”, reiteró.
Manifiesta que el año pasado la Gobernación prometió 20 millones de pesos, pero todo el tiempo se esfumó en trámites y nunca hicieron el desembolso.
Mantener la tradición cuesta
Los nazarenos de Ocaña están rogando a todos los santos para conseguir los recursos y no desfallecer en una tradición que lleva más de 300 años.
Leonardo Gentil indicó que la misión es altruista y cada integrante lo hace por fe y cumpliendo una promesa, saca de su bolsillo la plata para garantizar la realización de las procesiones.
“Somos entre 350 a 370 miembros y cada uno aporta $ 2.000 mensuales que solo alcanza para pagar los servicios públicos y mantenimiento de la casa del nazareno. Se requiere el apoyo de los entes gubernamentales y la ciudadanía en general”, agregó.
La hermandad recalcó que seguir con esta tradición este año les costará unos $60 millones para comprar flores, contratar bandas musicales, instalaciones eléctricas, arreglo de andas, restauración de algunas imágenes que datan de más de 200 años y que están deterioradas, entre otros.
“Es difícil, pero no damos el brazo a torcer, estamos haciendo la gestión con la Gobernación del Norte de Santander y la Alcaldía de Ocaña. Tenemos un bono solidario de $15.000 donde los feligreses pueden ganarse 5 millones de pesos”, reiteró.
Sobre una sentencia de la Corte Constitucional donde se prohíbe al Gobierno Nacional entregar recursos para la Semana Santa manifiesta que existe una mala interpretación.
“Es totalmente falso, el fallo se dio con respecto a Popayán donde el Estado aporta recursos significativos, entonces representantes de otras congregaciones religiosas solicitan el derecho a la igualdad. En el caso nuestro no se está apoyando a la iglesia católica como tal, sino a una tradición de más de 300 años promovida por una organización sin ánimo de lucro, entonces la sentencia no debe servir como excusa para no apoyar a la hermandad”.
“La misión es de carácter altruista, lo hacemos de corazón ya que el señor nos paga con muchas bendiciones”, exclama Gentil Quintero.
Por su parte, Ciro Alfonso Areniz Guerrero, quien lleva 60 años revistiéndose como nazareno, hace un llamado a la gente para que sigan apoyando esa manifestación cultural.
“No dejen acabar la Semana Santa, ya que es una tradición cultural de muchos años.
No tiene nada que envidiar a otras celebraciones del país, aquí vienen muchos turistas a pasar momentos agradables de reflexión y religiosidad”, recalcó.
