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La única mujer mecánica en Ocaña es especialista en motores

María Bermúdez Alvear tiene 30 años en el oficio y con su excelente trabajo se ha ganado el respeto de los clientes.

En su niñez salía de la casa a llevarle el almuerzo a su papá en el taller de mecánica, el negocio de la familia. Disfrutaba jugar con herramientas y metiéndose debajo de los carros, que le despertaron más gusto que las muñecas.

Las visitas al taller con el paso de los años se hicieron frecuentes para María Constanza Bermúdez Alvear, quien ponía atención a todo lo que su papá hacía y aprendió los secretos de un buen mecánico.

“Cuando cursaba noveno grado en el colegio Nuestra Señora de Fátima decidí estudiar en la nocturna para trabajar de día en el taller. Mi papá se puso furioso y me dijo que no era un oficio para una mujer, que los hombres me iban a irrespetar”, dijo Bermúdez.

(En Ocaña es conocida por su buen oído para detectar las fallas de los automotores.)

Con la venía de su mamá empezó de ayudante y desde entonces han pasado 30 años. Bermúdez es la única mujer mecánica en Ocaña y con excelente trabajo se ha ganado el respeto de los clientes.

“En mi juventud tuve novios, pero no se quisieron casar conmigo porque pasaba metida debajo de los carros, llena de grasa y oliendo a gasolina. El matrimonio no fue para mí, disfruto de la soltería y me ahorro dinero porque no uso ni zapatillas ni maquillaje para ir al trabajo”.

Cuando el papá de Bermúdez murió, ella asumió toda la responsabilidad del taller y su cuñado, Enrique Epalza, la asiste. Él, la define como una mujer trabajadora, emprendedora, sencilla y dedicada a las labores mecánicas con profesionalismo.

La rutina de Bermúdez se inicia antes de las 6 de la mañana y tras alistarse para el trabajo, se encomienda a Dios pidiéndole sabiduría para desvarar a los clientes.

En la Provincia es conocida por su excelente trabajo y la consideran una especialista para reparar motores y revisar el sistema de frenos, caja de cambios, lubricantes y pistones.

“Mi papá montó este taller hace 50 años en el sector La Rotina, es uno de los más antiguos y siempre me he esmerado por mantener vivo su legado”.

En el gremio es conocida como ‘Tita’ y es buscada porque es observadora y tiene buen oído para detectar con facilidad las fallas de los automotores.

“Cuando llegan conductores novatos se cruzan miradas, sienten desconfianza y ella sonríe. Al terminar el trabajo y ver que los vehículos quedan en perfectas condiciones, quitan la barrera y vuelven”, dijo Bermúdez.

En el oficio solo ha sufrido un accidente que la marcó para siempre. “Estaba soltando los resortes de una culata, la tijera se abrió y me fracturó la mandíbula. Fue un golpe duro y a mi papá casi le da un mal, me mandó para el hospital y me fui para la casa. Al otro día fui odontólogo”, dijo. “Disfruto de lo que hago y en los carros encontré un proyecto de vida”.

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Lunes, 4 de Febrero de 2019
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