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A los 74 años conserva el arte de tejer con mimbre

En los tejidos, José Manuel Muñoz encontró un proyecto de vida.

José Manuel Muñoz Jaime, de niño, aprendió los secretos para tejer sillas de mimbre y el arte se convirtió en la forma de ganarse el sustento diario.

A los 74 años, se monta en bicicleta y recorre las calles de Ocaña y de la Provincia en búsqueda de clientes. Él, es natural de Ábrego y tras la muerte de su padre, siendo aún adolescente, encontró en los tejidos un proyecto de vida.

“Es un arte fascinante, he querido enseñarlo a los jóvenes, pero andan distraídos con la tecnología. Cobro dependiendo del tamaño de las sillas y la principal recomendación que les hago a los clientes es que no las expongan al sol. Garantizo el trabajo durante ocho años”, recalca.

José Manuel es un trabajador incansable y afirma que así llueva, siempre sale a las calles al rebusque diario. Cuando tiene abundante trabajo, se trasnocha y tiene un pequeño taller en su vivienda ubicada en el barrio Nueva España.

Con una dedicación única descarga el material, inspecciona la pieza, pone las cuñitas en los orificios y con una sonrisa a flor de labio, comienza la faena cotidiana. 

“Mi madre me enseñó que las cosas hay que hacerlas con amor y arreglo las sillas con mucho cariño. Me gano la confianza de la gente que me llama a menudo”, recalcó José Manuel.

“El trabajo es salud, la persona sin plata la cama lo mata. Si me acuesto, entonces vienen los dolores de cintura. Yo les digo a los jóvenes que le pongan el rostro al sol y el pecho a la brisa, pero no hacen caso”, exclama el consejero.

José Manuel sólo cursó hasta tercero de primaria e hizo un curso de Radio y Televisión. Alcanzó a montar varias antenas al lado del Antonio Arévalo. Pero definitivamente lo suyo fue la artesanía y sigue de esa manera dejando huella en el municipio de Ocaña y en la Provincia.

En su larga existencia ha tenido dos accidentes, factores que no han incidido para  que continúen con sus labores. En varias ocasiones fue arrollado por vehículos, pero le han incrustado platinos para seguir con la misma energía.

A futuro, quiere mantenerse como uno de los pocos ocañeros en conservar la tradición de tejer sillas de mimbre, esas que se ven en las entradas de las casas y han sido testigos silenciosas de un sinnúmero de tertulias y reuniones.

José Manuel es uno de los personajes del pueblo y montado en su bicicleta saluda a todos a su paso.

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Miércoles, 25 de Enero de 2017
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