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Ocaña
Los Estoraques, un litigio jurídico de nunca acabar
Lugareños llevan más de 30 años defendiendo la propiedad.
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Javier Sarabia Ascanio
Javier Sarabia
Jueves, 10 de Febrero de 2022

Uno de los atractivos de mayor trascendencia de la provincia de Ocaña es el Área Natural Única de Los Estoraques ubicado en la Playa de Belén, municipio declarado como Patrimonio Cultural de Interés Nacional, sin embargo, hace 34 años los propietarios de esos predios mantienen un litigio lo que dificulta el normal desarrollo de los programas turísticos.


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El administrador del sendero ‘El Tamaco’ y promotor turístico, Campo Elías Pacheco Rueda manifiesta que el avalúo catastral adelantado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) es ‘irrisorio’, por lo que solicita replantear la situación para vender los predios.

“Por 118 hectáreas de 16 propietarios, Parques Naturales ofrece 240 millones de pesos ya que el IGAC señala que son tierras improductivas, semidesérticas y sin agua, pero desconocen la riqueza paisajística y la gran biodiversidad existente en la zona”, mencionó Pacheco. 

Solicitan un nuevo avalúo catastral justo para el traspaso de las fincas a Parques Nacionales con el fin de adecuar los senderos.

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Insisten ante la Asociación de Municipios de la provincia de Ocaña, sur del Cesar y zona del Catatumbo, convertido en gestor catastral, para agilizar el proceso a nivel nacional y recibir el dinero real por la venta de los terrenos.
 

Miles de turistas llegan a la zona para apreciar las formaciones rocosas.
 
Un paraíso terrenal 

Visitantes nacionales y extranjeros no dudan en calificarlo como un paraíso terrenal por los paisajes llenos de coloridos naturales. 
El año pasado, la representante comercial de la embajada de Taiwán, Francisca Yu Tsz Chan, al inaugurar la señalética resaltó las características del bosque semiseco para la práctica del ecoturismo.

En la película de fantasía musical animada y producida por Walt Disney, ‘El Encanto’, el cuarto de Bruno compartido con Mirabel está inspirado en la cueva El Oasis de Los Estoraques.

“Es una joya natural que tenemos en nuestras parcelas y durante años nos han querido despojar. Incluso muchos de los propietarios de esos terrenos ya murieron esperando un arreglo justo”, señaló Pacheco.

Antes de la pandemia un promedio de 11 mil visitantes anuales procedentes de los cinco continentes llegaban al lugar que estuvo cerrado por diez años, mientras se solventaban unas fallas geológicas y se dirimía el conflicto con los propietarios.

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“Una vez superada la crisis sanitaria desde noviembre del año pasado hasta enero del presente se ha reportado la llegada de 4.500 turistas, entonces es una fuente de ingresos para las familias agrupadas en una Asociación que vela por los intereses ambientales, económicos y sociales de la región”, reiteró. 
 

Los propietarios quieren conciliar una salida para promocionar los senderos.
 
Una declaratoria inconsulta 

En la década de los 80 los agricultores de las parcelas aledañas al sistema rocoso cultivaban productos de pan coger, sin inconveniente alguno, según manifiestan los herederos.

Pero a raíz de las riquezas, el Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Medio Ambiente, (Inderena), autoridad ambiental antes de la creación del ministerio declaró como reserva a Los Estoraques.  

Allí comenzaron los problemas para los campesinos quienes califican como un despojo de sus fincas por parte del Gobierno Nacional en el año 1988. “Supuestamente eran terrenos baldíos y el Estado podía disponer de esos predios, pero luego de una lucha titánica se logró demostrar la propiedad mediante certificados de 1.842 que correspondía a los prados de los Seborucos de don Secundino Carrascal y cinco familias más”, recalcó. 

Posteriormente, la Agencia Nacional de Tierras certificó que esos predios pertenecían a 16 familias, por lo que el Ministerio del Medio Ambiente debe negociar con ellos. “El IGAC hace un avalúo irrisorio y nosotros pedimos hacer uno nuevo donde se determine un arreglo justo y equitativo”, dijo Campo Elías Pacheco.

Manifiesta que su suegro Euclides Bayona murió esperanzado en una conciliación que nunca se dio y ahora él administra esos senderos turísticos para sostener a la familia con los ingresos.

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“Llevamos más de 30 años en esta lucha, ellos han puesto todas las talanqueras, pero nosotros reclamamos un tratamiento justo”, precisó.
 

Desde distintos rincones del mundo llegan turistas a los Estoraques.
 
El fantasma de la expropiación 

Los familiares del historiador de La Playa de Belén, Álvaro Antonio Claro, también hacen las reclamaciones de sus tierras y esperan una pronta negociación.

“El Inderena en ese entonces tomó posesión de toda el área y se ha generado un litigio sin resolver. Supuestamente se habían declarado como terrenos baldíos, pero se logró demostrar la propiedad. El avalúo catastral no llena las expectativas ya que se determina que son tierras improductivas, sin importar el potencial turístico”, expresó. 

Incluso se habló de la aplicación de la figura de la expropiación, pero ellos indican que ese mecanismo no es viable en este caso.

“Compraron un área de mostrar que no pasan de dos hectáreas, las otras 600 han seguido en expectativas que resuelva la situación. Algunos por necesidad han vendido, pero nosotros estamos firmes. A comienzos del año pasado el Ministerio del Medio Ambiente presenta una propuesta de avalúo con el concepto que son tierras improductivas, cosas que no son ciertas porque existen algunas parcelas cultivadas o utilizadas para la cría de ganado o vocación turística. No ha habido posibilidad de acuerdos”, destacó. 

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Mientras el fantasma de la expropiación merodea esos predios, los propietarios adelantan las diligencias, destacando que  han movido cielo y tierra para defender la propiedad privada. “Se han enviado cartas al Congreso de la República, al Ministerio de Medio Ambiente e incluso al mismo Instituto Geográfico Agustín Codazzi para replantear la situación y que se pague lo justo por las tierras”, indicó Álvaro Antonio Claro, historiador de La Plata de Belén. Mientras tanto, turistas de los diferentes rincones del mundo siguen disfrutando del atractivo natural enclavado en La Playa de Belén. 

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