Integrantes del Consejo Municipal de Prevención del Riesgo y Atención de Desastres se reúnen en el municipio de Ocaña con el fin de adoptar medidas encaminadas a evitar la propagación del Coronavirus en esta zona del país.

El alcalde de Ocaña, Samir Fernando Casadiego Sanjuán, mediante el decreto 028 del 16 de marzo de 2020 declara la calamidad pública para activar el plan de contingencia y contar con los recursos suficientes para mitigar la situación.

Recomienda el aislamiento social y en los próximos días se repartirán tapabocas, gel anti-bacterial y jabón líquido  para evitar el contagio.

Se restringe aglomeración de más de 50 personas en lugares cerrados y ordena suspender los servicios en la Unidad de Víctimas, oficinas de Familias en Acción, Adulto Mayor y el Sisbén.   

La empresa de Servicios Públicos de Ocaña hará reconexiones a todos los usuarios que no estén al día para garantizar el lavado de manos.

Fueron prohibidos espectáculos públicos, conciertos, reuniones y conferencias en esta zona del país.

Siguiendo lineamientos los hogares comunitarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar no podrán funcionar y los niños deberán permanecer en sus casas hasta nueva orden.

Prevenir antes que curar 

El mandatario señala que desde un comienzo activan todos los protocolos de salubridad convocando a las entidades prestadoras del servicio y el Comité Epidemiológico del hospital regional Emiro Quintero Cañizares para habilitar una línea de respuesta rápida y así atender casos sospechosos.

Fue enfático al afirmar que se suspenden todo tipo de actividades para evitar que se propague el virus que mantiene en máxima alerta a la humanidad.

“No es un juego, los padres de familias deben entender que estamos en un aislamiento social a manera de prevención, se suspenden clases, pero no son vacaciones y a los universitarios que no viajen que se queden en las ciudades para que el ejercicio sea efectivo”, agrega.

Desmintió las versiones relacionadas que la administración municipal había alquilado la clínica Divino Niño para atender a las personas afectadas con cuadros virales para evitar la congestión en el hospital de Ocaña.

Con el gerente del centro asistencial, Jairo Pinzón López, venimos trabajando para atender de manera efectiva a los pacientes con los síntomas, pero no pretendemos generar pánico entre la gente, sino responsabilidad individual y conciencia colectiva para tomar las precauciones, recalcó Casadiego Sanjuán.

Explica que son comportamientos sencillos como lavarse las manos, no saludar con besos, hacer una venia y usar tapabocas para evitar el contagio.

Resaltó que en Ocaña hasta la fecha no se ha presentado ningún caso sospechoso y espera mantener esa condición para evitar problemas mayores.

Asegura que la declaratoria de la calamidad pública está encaminada a la adopción de medidas administrativas y disponer de recursos para todos los protocolos de seguridad sanitaria.

“La decisión está en tus manos para evitar el contagio y la propagación. El compromiso es de todos y el autocuidado es fundamental”, recalcó.

Sobre los indígenas Yukpas asentados en la Ciudadela Norte y ubicados en los semáforos anunció medidas para ofrecer la atención necesaria conjuntamente con la secretaría de gobierno. 

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Aunque la frontera está cerrada se avanza en procedimientos similares con migrantes venezolanos. 

Samir Casadiegos se reunirá con el obispo saliente de Ocaña, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos y los sacerdotes para coordinar acciones encaminadas a brindar garantías a propios y visitantes durante los actos masivos de la semana santa.

El gerente de la Terminal de Transportes de Ocaña, José Isaac Mendoza Lozano, instó el acompañamiento para regular la entrada y salida de los viajeros.

“Se debe establecer un punto de control sanitario  ya que todos los días arriban pasajeros y se requiere el control necesario para evitar la propagación”, reiteró.

El alcalde de Ocaña, señaló que para mitigar esos riesgos se declara la calamidad pública con el fin de apropiar recursos y hacer frente a esa situación.