La catástrofe ocurrida en la vereda El Tarrita, zona rural de Ábrego, despertó la solidaridad de las entidades con la activación de un cordón humanitario. El censo preliminar determinó una cifra de 130 familias, asentadas en la ribera del río Tarra, afectadas y 14 viviendas destruidas.
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La magnitud del desastre fue contundente pues la avalancha se llevó viviendas, escuelas, vehículos, puentes y todo a su paso entre las fincas de las veredas Puerto Rico y El Molino de Villa Caro; El Tarrita, Paramillo, Brisas del Tarra y Remolino de Ábrego. La Cruz Roja Colombiana coordinó el traslado de alimentos.
Según se conoció, hay familias con niños que requieren pañales, vestuario y leche. Las casas fueron sepultadas por el lodo y únicamente tienen una muda de ropa.
Pocas viviendas están en pie, pero llenas de barro y necesitan comida, medicamentos para la tensión y el azúcar, algunos abuelos requieren de nutrientes y la mayoría carecen de agua potable ya que están aislados debido al taponamiento de las arterias viales. El Ejército adelanta una campaña de recolección de productos no perecederos, colchonetas, frazadas y medicamentos para mitigar en parte la tragedia de los campesinos de la zona.
La situación se torna difícil ya que sigue lloviendo en la región y muchos labriegos no han sido evacuados.
Los líderes sociales indicaron que desde el año pasado se registra negligencia por parte de los gobernantes de turno en una tragedia que se pudo evitar.
La Procuraduría General de la Nación, luego de recibir los llamados de la oficina de Gestión del Riesgo de Desastres de la Gobernación de Norte de Santander por la dimensión de la emergencia, a causa de una avalancha, en los municipios de Ábrego y Villa Caro, solicitó ayer de manera urgente, evacuar en helicóptero a los más de 130 afectados, quienes sufren por la temporada invernal.
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“No se ha recibido respuesta del Ministerio de Defensa ni de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) para rescatar a los damnificados”, señaló la entidad en un comunicado.
Puesto de Mando Unificado
El gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano Guerrero, lideró la reunión de seguimiento que se adelantó con integrantes de la Consejería departamental y el representante de la Ungrd, para analizar las acciones implementadas. El mandatario indicó que están activados todos los protocolos para el monitoreo constante sobre la cuenca hidrográfica.
“Desde las primeras horas se han articulado la institucionalidad atendiendo la catástrofe con el Puesto de Mando Unificado, el apoyo del Ejército, Policía, organismos de socorro y coordinaciones de Gestión del Riesgo de los distintos municipios”, agregó.
A través de Invías se dispuso de maquinaria de los tramos viales críticos y se adelantan labores de remoción de los escombros y limpieza de la carretera para habilitar el paso de vehículos. Se ha hecho la valoración de los tres puntos afectados especialmente el puente en El Tarrita, ya que su estructura sufrió avería.
“La Ungrd coordina con los ministerios del Interior y Defensa la habilitación de aeronaves para entrar a la zona. Se logró evacuar a un niño que requería de una atención urgente y se encuentra en el hospital de Ocaña. Es todo un proceso llegar a la zona con dos helicópteros y la evacuación de los moradores hasta el puesto de salud de El Tarrita”, indicó el gobernador.
Ayer se entregaban las ayudas humanitarias como mercados a 100 familias, utensilios de cocinas, implementos de primeros auxilios y el apoyo sicosocial. Se han adecuado dos albergues en Ábrego, para atender a las personas.
“La prioridad es rescatar a los damnificados y la limpieza de la vía para habilitar el tráfico vehicular hacia la región”, recalcó Serrano.
El coronel retirado Fernando Sandoval Sánchez, director de la Defensa Civil en Norte de Santander, señaló que participan directamente desde el primer instante de la emergencia en Villa Caro, con los voluntarios que se encuentran destacados en esos municipios.
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Juan Carlos Torres Daza, director ejecutivo de la Cruz Roja seccional Norte de Santander, manifestó que se entrega en zona de emergencia equipos de respuestas a las necesidades humanitarias como mercados, elementos de aseo, hamacas, vajillas y batas. Asimismo, la Unidad Móvil de Salud para la atención de los pacientes.
Impacto socioeconómico y ambiental
Grandes repercusiones ambientales y socioeconómicas generan el fenómeno natural presentado en los municipios de Ábrego y Villa Caro. Analistas califican como la mayor catástrofe de los últimos 50 años en la provincia de Ocaña y se requiere en concurso del gobierno Nacional para resarcir las pérdidas.
Líderes sociales reclaman un salvavidas declarando la urgencia manifiesta para mitigar los efectos de la ola invernal.
El analista Emiro Cañizares Plata, exdirector de la Asociación de Municipios de la provincia de Ocaña, Sur del Cesar y zona del Catatumbo, indicó que el Gobierno debe declarar la urgencia manifiesta para atender la emergencia de gran magnitud.
Lo que más tiene decepcionada a las comunidades es que esta era una tragedia anunciada. El primer campanazo fue el 10 de noviembre en El Molino de Villa Caro donde quedó sepultada una familia. A pesar del llamado insistente de las comunidades a la ribera del río por el material de arrastre represado, el desastre no se ejecutaron las acciones para evitarlo.
Con apoyo de Invías ya se dio inicio a las labores de remoción de derrumbes y se evalúan las condiciones de los puentes y la infraestructura vial.
En las últimas horas también se activó la alerta para poblaciones aledañas al río Tarra porque las lluvias continúan y pueden seguir generando graves emergencias.
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Ante la crisis que viven los habitantes de la vereda El Tarrita el representante a la Cámara, Wilmer Guerrero, sostuvo una reunión con el director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo donde expuso la magnitud de la tragedia ocurrida y solicitó la intervención urgente como entidad para ayudar a mitigar la situación.
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