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Ocaña
Reviven la arriería en Ocaña
Ante la falta de vías para sacar las cosechas, se implementó un proyecto para dotar de 18 mulas y dos yeguas a 87 campesinos.
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Martes, 12 de Septiembre de 2017

De niño, Cleofe Javier Pérez Pabón observaba como los arrieros con alpargatas y machetes se alistaban para viajar entre montañas y partiendo de Ocaña llegar a El Carmen y al sur de Cesar

Al crecer, acompañó a sus hermanos en las jornadas y disfrutaba alimentándose con bollos de mazorca, huevos criollos cocidos y atún. 

Al mediodía, como en un ritual, paraban cerca de una quebrada para que los animales descansaran y se refrescaran. 

“Íbamos por la cordillera desde El Palmar y Santa Bárbara para llegar a Aguachica (Cesar). Vendíamos las cargas de café y con ese dinero comprábamos pescado, panela, arroz y azúcar. Además del bolegancho (aguardiente artesanal), infaltable al regresar a la finca.

La añoranza del pasado y la necesidad de sacar las cosechas a los centros urbanos ante la falta de vías, hicieron que en pleno siglo XXI los campesinos de Ocaña liderados por Pérez, revivieran la arriería. 

Él, es el presidente de la Junta Comunal de la vereda Cerro de Montenegro y representante legal de la Asociación campesina Aropal, que agrupa también a los residentes en Las Casas, sectores rurales del corregimiento Otaré de Ocaña.

El proyecto lo diseñaron los campesinos y lo presentaron a la Secretaría de Desarrollo Humano de Ocaña y a la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ).

El aval se dio al considerar que los habitantes no tienen acceso vehicular y los caminos son de herradura.

La idea de llegar hasta estas apartadas regiones a través de la arriería tiene un costo de 60 millones de pesos

Se compraron 18 mulas y dos yeguas y se hizo la entrega para beneficiar a 87 personas.

“Los campesinos bregaban para sacar los productos, por cuanto no tienen acceso vehicular. Los animales cuentan con los respectivos aparejos, monturas, angarillas para las cargas. Además, se tienen las yeguas para el cruce con los asnos y facilitar la reproducción”, indicó el zootecnista José Luis Amaya Pérez, secretario de Desarrollo Humano de Ocaña.

(Jóvenes y adultos recorren las montañas para llevar a los centros urbanos los alimentos y mantener abastecidos mercados y supermercados.)

De acuerdo con Amaya, el mejor animal para transportar cargas en pendiente es la mula y el proyecto se concretó gracias a los excelentes resultados en el cultivo de frijol rosado en esa zona.

Los beneficiarios de los animales son en su mayoría víctimas de la guerra que regresaron a sus fincas sin acompañamiento del Estado. 

La Alcaldía hará el acompañamiento médico veterinario y contrató una consultoría para la adecuación de potreros, praderas, suministro de medicamentos y la adaptación de los animales, traídos de Aguachica y El Banco (Magdalena). 

Las zonas veredales beneficiadas son aptas para el cultivo de cebolla, maíz, fríjol, tomate y café.  

El que mejores resultados ha dado es el fríjol del tipo zaragoza, para el que se tienen 700 hectáreas. El Ministerio de Agricultura aportó el dinero para la puesta en marcha del proyecto productivo.

Los predios de los campesinos beneficiarios están a 4 horas de camino, todos de herradura, y por ellos deben sacar no solo las cosechas, sino a los enfermos y transportar mercancías para los hogares.

Los campesinos liderados por Pérez esperan que al revivir la arriería, recuperen sus tradiciones, pero también despierten interés en el Gobierno Nacional para que les mejoren las condiciones de vida y las vías que por décadas solo han existido en sueños.

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