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Un camino difícil
Es necesario mencionar la  doble moral del gobierno nacional.
Jueves, 17 de Diciembre de 2015

El proceso de negociación entre el gobierno y las Farc es un tema central de la agenda pública y las discusiones cotidianas entre los ciudadanos que navegan en las líneas del odio, la aceptación y escepticismo. 

Pero más allá de esa tragicomedia los retos  que debe trasegar este proceso esta mediado por muchos aspectos que refuerzan o limitan no solo el acuerdo mismo, sino los alcances reales; lo anterior en el realismo de que la paz no va llegar con el acuerdo, lo que se discute en La Habana es un insumo para los cambios estructurales que el país necesita y que deben hacerse con o sin acuerdo.

Uno de los retos para el 2016 son los recursos para responder a esa tarea titánica, pero el escenario no es el mejor, la caída de los precios del petróleo y los commodities golpearon fuertemente la economía colombiana y por ende la reducción del presupuesto nacional es evidente en el marco fiscal de mediano plazo, en especial en áreas relacionadas con el campo, y los recursos de cooperación internacional no serán suficiente; por otro lado la inflación cerrará alta (caída precios petróleo, revaluación dólar, encarecimiento importaciones alimento y fenómeno del niño) y seguramente el Banco de la República siguiendo el manual ortodoxo de la economía seguirá  aumentando la tasas de interés y esto afectará el consumo, la inversión y por tanto la misma economía. 

Los recursos son necesarios, según José Antonio Ocampo director de Misión Rural; salvar al campo costará 13 billones de ahora al 2030 cerca del 1,2% del PIB, sin agregar todo el gasto en el proceso de desmovilización y reinserción de las Farc.

Por otra parte en el terreno político el proceso tiene adversarios de quilates, una oposición acérrima y visceral desde las orillas del uribismo, con capacidad de movilización en un escenario político caliginoso por una ciudadanía amorfa y emocional.  

Por otro lado  se  avizoran dos situaciones: la primera la geopolítica en Suramérica y el posicionamiento de la derecha, esto puede jugar a  favor o en contra dependiendo de la diplomacia y la correlación de fuerzas entre países; y una segunda la candidatura presidencial de Vargas Lleras, que no está a favor del proceso  y  salió fortalecido después de las elecciones regionales.

También es necesario mencionar la  doble moral del gobierno nacional, por un lado habla de un desarrollo rural integral, y promueve la Misión Rural y el censo agropecuario, además de la ley 1448; y por otra parte busca profundizar un modelo de desarrollo rural excluyente y sin campesinos, que se refleja en el proyecto de las ZIDRES hechas a imagen y semejanza del gran capital nacional y extranjero, esta falta de coherencia puede agitar nuevamente los conflictos agrarios y las movilizaciones por parte de los sectores sociales afectados, campesinos, indígenas y comunidades afrocolombianas. 

Y otro obstáculo es  que las Farc no son el único actor armado, es necesario dialogar con  el Eln, abordar seriamente el tema del narcotráfico y las bacrim,  y consolidar territorialmente grandes inversiones en programas y proyectos sociales. 

Tener recursos, sortear los enemigos políticos y coherencia es la gran tarea del gobierno nacional, puede ser el insumo para los cambios necesarios o un gran fracaso para seguir disfrutando el infierno dantesco que vivimos.

*Mario Zambrano | Columnista La Opinión

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