Dos perras criollas callejeras fueron heridas por un puercoespín en hocico, nariz, labios, lengua y paladar.

Ambas quedaron llenas de púas y no podían comer.

A medida que pasaban las horas, la situación de los animales se complicaba; estaban desesperados y botando baba rojiza. Los vecinos del barrio Cristo Rey solicitaron ayuda a través de las redes sociales.

El caso sucedió en la noche del lunes, cuando las perras detectaron la presencia del puercoespín en uno de los solares, y al intentar morderlo resultaron lesionadas.

Los estudiantes de medicina veterinaria e integrantes del Semillero de Bienestar Animal de la Universidad de Pamplona, Nicolás Leyva Garzón y Linda García Galán, se enteraron y buscaron a los animales heridos.

“La gente nos llamó porque las perras estaban plagadas de púas”, sostuvo Leyva. “Acudimos a auxiliarlas, cumpliendo con nuestra misión”.

Después de hacerles una valoración, con pinzas les retiraron una por una las espinas, previa desinfección de las áreas afectadas. Personas se acercaron voluntariamente a sostener las perras.

Los animales no opusieron resistencia, dejando que los futuros veterinarios extrajeran las púas.

A los estudiantes les llamó la atención el estado de inflamación que presentaban las dos perras, que habían perdido sensibilidad en la cara.

De acuerdo con Leyva, a medida que pasaba el tiempo, la vida de los animales corría peligro, porque podrían ser atacados por una bacteria y generar una posible septicemia y morir.

Por eso, hicieron la labor en el menor tiempo posible, teniendo en cuenta que uno de los animales tenía incrustadas cerca de 500 púas y el otro unas 200.

También se corría el peligro de que al momento de la extracción se tragaran una púa y se infectara la garganta o el estómago.  

“Le sugerimos a la comunidad que si había más perros en esta situación nos informaran para extraerles las espinas”, dijo Leyva.

Sin amo

Se estableció por parte de moradores de la zona en donde frecuentan estos animales, que hace más de un año falleció la persona que las tenía a cargo y solo lo identificaban como Capulina. 

Al quedar sin amo los animales, algunos vecinos les dan comida.