Dos docentes de la Universidad de Pamplona idearon un método para la maduración lenta del tomate una vez es cosechado, facilitándose la comercialización y el consumo en los hogares.
La Superintendencia de Industria y Comercio a través de la Resolución 15890 del 22 de mayo, otorgó la patente de invención al método de retardo de maduración del tomate milano, mediante ácido giberélico, inventado por los académicos Yanine Trujillo Navarro y Daniel Salvador Duran Osorio.
La investigación permite retardar la maduración y el proceso de envejecimiento del tomate milano, con el fin de conservar la calidad y extender la vida útil.
Para adelantar el proceso se emplearon tomates en dos estados de madurez (verde y pintón) y se les aplicó un retardante natural en condiciones atmosféricas, empleándose la ingeniería de matrices e involucrándose el manejo de temperaturas.
El efecto de la aplicación del procedimiento fue evaluado a partir de los cambios que se produjeron en las propiedades físicas, químicas, fisiológicas y enzimáticas.
Como resultado se obtuvo un tratamiento orgánico con el cual se puede retardar las modificaciones que se desarrollan en la maduración del tomate, principalmente las relacionadas con color y firmeza, permitiendo mantener las características y así se logra un mayor margen durante la cadena de comercialización, distribución y consumo.
De acuerdo con Durán, profesor de Ingeniería de Alimentos, la investigación se sustentó en la necesidad de conservar la calidad del fruto desde que se cosecha en el campo hasta que llega al consumidor, ofreciendo consistencia en el suministro y en los atributos del producto.
La investigadora Trujillo dijo que todos los factores asociados a la maduración van de la mano con factores externos, lo que conlleva a pérdidas en la poscosecha que pueden alcanzar el 50 por ciento.
El trabajo de investigación permitió considerar la utilización del retardante en el tomate, lo cual beneficiaría la conservación del estado verde y la calidad que se degenera por los procesos naturales en la etapa de maduración, permitiendo así un margen de ganancias en la comercialización del producto a bajo costo.
Segunda patente
La Universidad de Pamplona en el último año ha registrado dos patentes. La primera fue por el dispositivo de olfato electrónico para el diagnóstico precoz de cáncer gástrico.
Ese hecho está soportado en la Resolución 44094, firmada por el superintendente Pablo Felipe Robledo del Castillo. El rector, Ivaldo Torres Chávez, dijo que las patentes posicionan a la Unipamplona.
