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Madres comunitarias de Pamplona se unieron al paro nacional

824 niños se ven afectados con esta medida.

Las madres comunitarias de Pamplona para solidarizarse con el paro nacional, dejaron sin atención a 824 niños de 69 hogares del Bienestar Familiar.

Para dar a conocer la situación el grupo conformado por las madres tradicionales y Fami se reúnen en el parque Águeda Gallardo, en donde esperan que las negociaciones que se cumplen en Bogotá, sean satisfactorias.

La presidenta de la subdirectiva del Sindicato de Madres Comunitarias (Sindimaco), Nelly Gélvez Contreras, sostuvo que en el país hay mujeres que trabajan bajo esta modalidad y están enfermas.

Señaló que los menores de edad, entre los seis meses y los cuatro años de nacidos, que ellas manejan son seres humanos en estado de vulnerabilidad y que a muchos de ellos los padres de familia no tienen como darles una buena alimentación.

Dijo que les preparan diariamente alimentos y que por la decisión que tomó la base del sindicato en búsqueda de mejorar la atención, los niños no están recibiendo la atención.

“Esperamos que se tome la mejor decisión para que no se siga afectado a esta población al igual que los padres de familia que al irse a trabajar no tienen con quien dejar a sus hijos”, afirmó.

La presidenta del gremio de las madres comunitarias, aclaró que antes de tomar esta decisión, en el caso de Pamplona, hablaron con los usuarios en donde les explicaron el alcance del paro nacional y el por qué de tales acciones.

Señaló que en esta zona hay madres que han dedicado la mayor parte de la vida a atender niños y al llegar a la mayoría de edad deben estar descansando y disfrutando de una pensión digna y no con un bono como el que el gobierno les quiere otorgar.

En Pamplona prestan los servicios a través de cinco asociaciones de las cuales hay una Fami compuesta por 22 madres comunitarias y las restantes cuatro lo hacen a través de la modalidad tradicional.

También como una forma de acompañar al grupo de madres de las diferentes modalidades que presentan el servicio al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, llegó al parque principal la usuaria María Hernández, con su hija agarrada de la mano.

No la dejó en la casa, porque no tienen quien se la cuide y quería solidarizarse con el gremio de mujeres que luchan por mejorar las condiciones de vida de ellas y de la población infantil.

“Si nosotros como padres usuarios no las apoyamos, seguramente no  lograrán que el gobierno les cumpla   con las exigencias que hace el sindicato”, sostuvo.

*La Opinión

Martes, 12 de Abril de 2016
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