La investigación ha resultado en que la mayoría de las personas empezaron a trabajar desde los 8 años y no pudieron estudiar.
La estudiante de terapia ocupacional Yesenia Melisa Latorre investiga el impacto del analfabetismo en dos veredas de Pamplona, con 35 personas como población objeto. La recolección de información se adelanta con mujeres y hombres mayores de 28 años, en las veredas Chíchira y Monteadentro.
La población que no sabe leer ni escribir se tomó del Sisbén, teniendo como referencia que en esas dos áreas se concentra el mayor número de analfabetas del municipio (232).
En los primeros contactos con la población objeto la estudiante identificó que el común denominador en estas zonas es que las personas han empezado a trabajar desde los 8 años, quedando sin posibilidad de estudiar.
En el caso de las mujeres que están unidas al matrimonio desde los 15 años, desempeñan doble labor como amas de casa y agricultoras.
Los hogares están compuestos por tres, cinco y hasta ocho hijos, que tampoco estudiarán siguiendo el patrón familiar.
También se determinó que estas personas no tienen proyectos a futuro que les permita mejorar las condiciones de vida.
Latorre explicó que a cada persona se le aplicó un perfil sociodemográfico, en donde se identifica el grado de escolaridad, si sabe leer o escribir, a qué edad empezó a convivir con la pareja y si practican actividades recreativas en los ratos libres.
La estudiante de décimo semestre de la Universidad de Pamplona dijo que la idea de ejecutar el trabajo surgió en su municipio de nacimiento (Mutiscua), cuando se enteró que a una señora por no saber escribir y leer, la hicieron firmar un papel y la despojaron de la parcela y las reses que tenía.
