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Los 'Superministros', una fallida reforma a la estructura de la presidencia

Algunos cambios hechos para impulsar el ingreso de Colombia a la Ocde, han mostrado falta de unidad en el gabinete de Santos.

Aunque la transformación de la estructura de la Presidencia de la República fue una recomendación que siguió el presidente Juan Manuel Santos para impulsar el ingreso de Colombia a la OCDE, en el panorama nacional algunos de esos cambios han mostrado falta de unidad en su gabinete.

No en vano el gobierno denota inestabilidad, pues fue apenas el pasado 2 de septiembre cuando a través de dos decretos, se estableció cómo funcionaría la Casa de Nariño.

En uno se le asignó al vicepresidente Germán Vargas Lleras la coordinación interinstitucional de proyectos de vivienda e infraestructura. En el otro se cambió al ‘secretario general’ por el ‘ministro de la Presidencia’, y se crearon despachos para tres ministros consejeros.

Los viceministros de Vargas Lleras

Una de las mayores críticas viene de sectores que aseguran que en la segunda era Santos no son dieciséis las carteras del gobierno sino catorce, pues el vicepresidente Germán Vargas Lleras, ha tomado la batuta de los proyectos de los ministerios de Vivienda, Infraestructura y Transporte.

El liderazgo de Vargas estaba cantado, pues Santos le designó una función muy distinta a la de sus antecesores; pero en el terreno de juego eclipsa a otros ministros que han redefinido y limitado su poder alrededor de esta figura.

Además en los corrillos políticos se repite el comentario de que Vargas construye su camino a la presidencia de la República, llevándose a título personal proyectos de infraestructura que iniciaron antes de que fuera elegido vicepresidente.

En opinión del senador Armando Benedetti, del Partido de la U, “ese tipo de situaciones provocan una desinstitucionalización del país" pues "dejar a la libre administración de un solo y encumbrado funcionario, el mismo que desde el primer día ofició como candidato a la Presidencia de la República para el próximo período constitucional, tan omnímodos poderes, ofende toda noción de equilibrio e igualdad”.

Dos cabezas en la Presidencia

De otro lado, la renuncia de Néstor Humberto Martínez como ministro de la Presidencia, un cargo que se justificó como un paso necesario hacia el modelo de gobierno británico, dejó en veremos su misión de coordinar las fuerzas políticas del Congreso y los ministerios, así como asesorar al presidente y coadyuvar con las demás ramas del poder público.

Quien llegó a reemplazarlo es María Lorena Gutiérrez, la misma que ocupaba uno de los despachos creados en la sonada reforma de Santos. También era un secreto a voces que al interior de la Presidencia, había diferencias por el poder que ella debía manejar junto al ‘Súperministro’ Martínez.

De acuerdo con el senador del Centro Democrático, Iván Duque, si bien era necesaria una estructura administrativa encargada de hacer un seguimiento a la ejecución de las políticas públicas, ésta no podía tener dos cabezas pues se buscaba un mando unificado que no existía entre Gutiérrez y Martínez.

“A eso se suman los temas de las altas consejerías en este gobierno, que han sido lamentables pues se creó un alto consejero por cada problema que hay en el país, o altos consejeros sectoriales que en su momento se convertían en aspirantes a ministerios, generando tensiones con los titulares de la cartera”, señaló Duque.

Por esta razón el jefe de Estado ordenó fusionar algunas entidades medias buscando reforzar la imagen de que su segundo mandato estaría caracterizado por la austeridad y no por la democracia. Quien lideró la tarea fue la ahora ministra de la Presidencia.

Además, queda la duda de si el papel de María Lorena en el congreso, será tan protagónico como el que tuvo Martínez durante su corto paso por el cargo, donde parecía eclipsar al ministro del Interior Juan Fernando Cristo, a la hora de defender los proyectos del Gobierno.

Según explica el senador Carlos Fernando Motoa, de Cambio Radical, en ningún otro periodo legislativo se habían vivido diferencias internas del gobierno en la defensa de los proyectos de ley del Estado.

“Se nota la falta de comunicación al interior de los altos funcionarios y eso se dio en trámites de proyectos muy importantes en el periodo. No hay coordinación, estrategia, plan de acción en la defensa”, dice el senador.

Además Motoa agrega que, sin dudar de sus capacidades en la coordinación política, no tendrá mayor capacidad de gestión la presencia de la nueva ministra de la Presidencia, pues ésta se dedicaba a asuntos más ligados al sector privado.

Con este panorama será Juan Fernando Cristo quien retomará el protagonismo que tenía en el congreso de la República, donde ya se conocen sus dotes de conciliador entre los partidos tanto de la Unidad Nacional, como en algunos sectores de la oposición.

Naranjo y el Ministerio del Postconflicto

Aunque no se ha hecho oficial, la versión de que el general Óscar Naranjo abandonará la dirección del ministerio del Postconflicto ha tomado fuerza y con ella las dudas de quién llegará a reemplazarlo.

Si bien el general seguiría siendo plenipotenciario en la mesa de negociaciones, su eventual salida es una mala señal de un gobierno que ha reiterado en repetidos escenarios que el país ya inició su periodo de postconflicto, sin firmar aún un acuerdo de paz.

Así las cosas se mantiene la expectativa por el nuevo aire que pueda tomar el gobierno Santos con el nombramiento de María Lorena Gutiérrez, quien más que ser una ‘súperfuncionaria’, tendrá en sus manos el reto de poner en orden la Casa de Nariño y conciliar las batallas políticas que se avecinan en el próximo periodo legislativo. 

*Bogotá | Colprensa

Lunes, 29 de Junio de 2015
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