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Alejandro Carlos Chacón asegura que quisiera ser alcalde de Cúcuta

En entrevista con La Opinión, el representante del departamento en la Cámara habló de su futuro político.

En los últimos meses, el nombre de Alejandro Carlos Chacón, el representante nortesantandereano que ya cumple su segundo periodo en la Cámara, se volvió noticia en el país.

El mano a mano que lideró con su colega santandereano Miguel Ángel Pinto, por la Presidencia de la corporación, propició un amago de división al interior de la tolda roja que, según se conoció, requirió la intervención del mismo presidente Juan Manuel Santos.

Al final, la paz ese selló con un acuerdo que, aunque Chacón evita reconocer, lo dejó como el gran ganador, puesto que no solo recibiría la presidencia de la Cámara a partir del 16 de diciembre, sino que tendrá a su cargo la codirección del liberalismo.

En diálogo con La Opinión, el dirigente cucuteño se refirió a su protagonismo en el Congreso, el panorama del Partido Liberal, las relaciones con la bancada del departamento y sus futuros proyectos políticos, entre los que se incluye una eventual aspiración a la Alcaldía de Cúcuta.

¿La idea de llegar a la Presidencia de la Cámara fue propia o sugerida por sus compañeros?

Todo congresista quiere ser presidente de su corporación. En este caso fue una aspiración legítima, al considerar que podía liderar un proceso en la Cámara proactivo, en donde a las iniciativas se les diera un mayor estudio, una mayor discusión; en donde el trabajo legislativo no se quedara solo en la discusión de leyes, sino que hubiera un efectivo control político, como lo he hecho desde la Comisión Tercera. A eso quería apostarle.

Sin embargo, la ganancia fue mayor y hoy no solo tiene en frente la posibilidad de dirigir su corporación sino también el Partido Liberal, ¿qué representa esto para usted y para Norte de Santander?

Si llegara a darse la posibilidad de ser presidente del partido, junto con el senador Horacio Serpa, eso representa manejar la institucionalidad de uno de los partidos más grandes de Colombia. Representa tener la interlocución del partido con el presidente de la República; representa poder ir, casi que semanalmente, al Palacio a dialogar los grandes temas del país con el jefe de Estado y los demás partidos. Esta es una gran oportunidad para pedirle al presidente que nos acompañe en los grandes proyectos para Norte de Santander, para tenerlo al tanto de la problemática de nuestra ciudad.

¿Siente que fue el gran ganador de todo este proceso que se vivió en los últimos meses en el liberalismo?

Pienso que en la política uno gana o pierde. En este proceso creo que no gané ni perdí y el doctor Pinto (Miguel Ángel) debe pensar lo mismo. Creo que ganó el país, pues uno de los pedidos que nos hizo el Gobierno para lograr sentarnos a conciliar entre nuestros equipos, es que la paz y este proceso del plebiscito requería mostrar un año legislativo de unidad.

¿De qué forma consiguió el reconocimiento de sus  compañeros y el protagonismo en medio de esta disputa por la Presidencia de la Cámara?

Primero, con un trabajo arduo legislativo. Desde la presidencia de la Comisión Tercera demostramos una efectividad de más del 64% para pasar proyectos de ley no solo del Gobierno sino de los compañeros. Fui autor de más de 24 proyectos de ley y es ese trabajo, los debates, la confrontación en defensa de los ciudadanos, que me ha permitido un reconocimiento a nivel nacional. Las posiciones que he asumido en el Congreso, sin importar si le gustan o no al Gobierno, es lo que creo que han tenido a bien los congresistas considerar para asumir, o bien la presidencia del partido o la de la Cámara de Representantes.

Usted lleva apenas dos periodos en la Cámara y ya ha logrado movilizar no solo a su partido sino al mismo Gobierno, que tuvo que intervenir a última hora para zanjar la división. ¿A qué se debe eso?

Creo que el congresista, a pesar de estar, a veces, en una coalición tan gobiernista sueña con una revolución al interior del mismo Congreso y eso creo que es lo que hemos enarbolado desde que llegué a la Cámara. Es un poco de independencia, de acompañar los proyectos importantes del Gobierno, pero también oponernos a aquellos que consideramos no son importantes para la población.

El amago de división que se dio en el liberalismo se le achacó, en buena medida, al senador Horacio Serpa. ¿Hay cansancio frente a este liderazgo?

El doctor Horacio es uno de los grandes liberales que hoy tiene nuestro partido y precisamente por eso tiene un amplio reconocimiento en el Senado y representa en la presidencia del partido a esa corporación, pero hay una línea liberal que hoy acompaña al doctor Pinto, que no consideraba al doctor Serpa. Esta no ha sido una lucha contra el doctor Serpa, es solamente la apertura de espacios normales que hemos querido algunos liberales. Que otros, distintos a los que hoy tienen un reconocimiento válido, puedan tener la visibilidad que requieren los partidos para airearlos interna y externamente.

Es decir, ¿lo que se plantea es un relevo generacional en el liberalismo?

Creo que hay grandes liberales dentro del partido que requieren que se les dé mucha mayor visibilidad como las doctoras Sofía Gaviria, Viviane Morales, Juan Manuel Galán, Luis Fernando Velasco, nuestro mismo Juan Fernando Cristo y otros más. Esto no significa un enfrentamiento con el doctor Serpa.

‘No hay trabajo en equipo’

En medio de la crisis por el cierre de frontera se ha evidenciado la falta de unidad entre los congresistas para presionar mayor atención del Gobierno hacia Norte de Santander. ¿Por qué no es posible ese trabajo en bloque?

La verdad es que sí falta mucha unidad entre nosotros, lo reflejó mi misma candidatura a la Presidencia de la Cámara. Mientras que en Santander se unieron para sacar adelante la candidatura del doctor Pinto, eso no lo vimos acá. Pero eso es válido dentro del ejercicio de la política y lo respetamos. Cuando nos hemos unido nos han salido bien las cosas. Por ejemplo, luchamos por el Acueducto Metropolitano; juntos presionamos este tema y hoy el proyecto es una realidad. Pero no hemos tenido otro ejercicio de unidad frente al Gobierno.

¿Han primado los intereses individuales?

Ha faltado un liderazgo. La verdad es que ninguno ha reconocido ese liderazgo entre sus compañeros como para que pueda ser el que conduzca ese proceso. Todos nos consideramos pares, seguramente, y por eso no hay alguien que pueda liderar el camino a  la unidad.

¿Cómo avanzar, entonces, si cada uno trabaja por su lado?

Pese a todo, individualmente hemos logrado grandes cosas. Por ejemplo, hacer realidad la doble calzada después de que nos tomaron tanto el pelo con esto. Creo que las grandes cosas se están logrando y estamos empujando, así sea de manera particular, para lograr mayores inversiones.

Y ahora que se viene el plebiscito por la paz y que el presidente los ha llamado a trabajar desde sus regiones por el ‘Sí’, ¿también harán campaña cada uno por su lado?

Estoy tratando de promover, si le permiten al alcalde de Cúcuta participar en el ejercicio, una gran manifestación por la paz en nuestro departamento. Qué bueno fuera que desde Cúcuta se arrancara la primera manifestación nacional en pro del ‘Sí’ al plebiscito, acompañando al ministro del Interior, que es de nuestro departamento y quien es el que ha venido promoviendo esta campaña. Esperamos que ojalá a finales de agosto o comienzos de septiembre podamos lograr este encuentro, con el apoyo de todos.

¿Está listo para dar el salto al Senado en las próximas elecciones?

La verdad estoy muy decepcionado frente al ejercicio de la actividad legislativa porque uno depende de todos. Yo presento proyectos de ley, presento iniciativas, pero dependo de 165 compañeros para que me acompañen o que el Gobierno le ponga un visto bueno. Distinto es un alcalde que si quiere arreglar un andén lo arregla. El Congreso depende de muchas más cosas. Sin embargo, estoy muy feliz por mis resultados, pues he podido sacar adelante muchas leyes, pero uno a veces considera que ya es suficiente.

¿Eso quiere decir que la próxima apuesta será la Alcaldía de Cúcuta?

Todavía no he decidido. Pero sí reconozco que mi pensamiento al día de hoy es que quisiera ser alcalde de San José de Cúcuta, no quisiera ser más congresista.

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Lucy Araque
Lucy Araque
Domingo, 24 de Julio de 2016
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