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Así sortearían la crisis económica de Cúcuta Duque y Petro

En Colombia existen hoy 10 millones de hectáreas fértiles en las que no se produce nada.

La situación económica de Cúcuta y su área metropolitana arroja indicadores cada vez más alarmantes que tienden a agudizarse con la crisis de Venezuela.

Un desempleo del 16,2% que sigue manteniendo a la ciudad entre las tres con mayor desocupación en el país y una informalidad del 69,5%, que parece no tener reversa, son tan solo algunas de las cifras más recientes que reflejan la realidad de la capital nortesantandereana.

Por eso, en medio de esta nueva carrera electoral en la que se definirá al sucesor de Juan Manuel Santos, las expectativas de los cucuteños y nortesantandereanos están centradas en los planes que tienen los candidatos para sacar a esta zona del país, del agujero negro en que se encuentra.

Al revisar los programas de gobierno de los dos aspirantes que quedan en contienda, Iván Duque y Gustavo Petro, La Opinión encontró que ninguno hace una referencia específica al salvavidas que le lanzaría a Cúcuta en sus cuatro años de Gobierno. Sin embargo, en otros escenarios, el candidato del Centro Democrático y el de la Colombia Humana han hecho referencia a dos propuestas en concreto que pondrán en marcha aquí, si son elegidos.

Con la ayuda de algunos expertos y conocedores en el tema, analizamos su viabilidad y conveniencia.

Iván Duque: un régimen franco por 10 años

El aspirante por el Centro Democrático es quien mejor ha logrado cultivar al electorado de esta zona del país, gracias a la tesis y el discurso de su partido frente a la situación de Venezuela y los riesgos que se podrían correr si se sigue el camino del vecino país. Esto ya le representó a Iván Duque la mayor votación de Norte de Santander en la pasada primera vuelta (377.152 votos).

Pero, además de las propuestas que el candidato ha venido impulsando para hacerle frente a la crisis migratoria que se vive hoy en esta región, en sus planes también está el instaurar un régimen franco por 10 años no solo en Cúcuta sino en el área metropolitana, como una forma de darle un respiro a la economía, generar empleo, mejorar la capacidad de abastecimiento del país y empezar a labrar el camino hacia la industrialización de la ciudad y el departamento.

El propósito de Duque es simplificar por completo el sistema tributario y generar mejores condiciones de infraestructura vial, con el fin de generar la llegada de inversión que permita impulsar la transformación productiva de la región, aprovechando también sus conexiones con el interior y la zona norte del país.

“Creo que es algo que de choque puede servir, primero, para darles un respiro a los que tienen micros, medianas y grandes empresas. Si no se les da ese alivio, será muy difícil que generen puestos de trabajo. Pero si se les da ese alivio y se les genera mercado, lo más seguro es que empiecen a mejorar las condiciones de empleo y creo que esa apuesta hay que aplicarla para Cúcuta y el área metropolitana”, explicó el aspirante de la derecha en diálogo con La Opinión, semanas atrás.

Adicional a esto, el aspirante del Centro Democrático propone el impulso de la llamada economía naranja, basada en la promoción de industrias creativas y el fomento del emprendimiento.

Calificación: viable, necesaria, pero no es suficiente

José Ignacio Socorro, director ejecutivo de la Asociación de Usuarios de la Zona Franca de Cúcuta, considera que la propuesta del candidato Iván Duque es acertada y la única que en este momento podría sacar a la ciudad de la situación en la que se encuentra.

Para el experto, si bien en 1995 se declaró una zona franca en Cúcuta, hasta antes del cierre de la frontera esta no había generado mayor impacto sobre la economía local, por cuenta de la dependencia de Venezuela y el contrabando. Sin embargo, al bloquearse el paso por los puentes internacionales, el movimiento de bienes y servicios tuvo que empezar a volcarse hacia la actividad industrial, lo cual podría fortalecerse si se implementa dicho régimen franco.

“Uno de los grandes aspectos que afectan una economía estable es el tema fiscal. Hoy, el régimen franco establece una reducción hasta del 20%  en el impuesto sobre la renta, para las empresas que estén radicadas en una zona franca. Segundo, no pagan IVA por bienes. Tercero, no pagan aranceles de importación y exportación. Cuarto, hay una serie de beneficios arancelarios más que se le aplican a sus transacciones y que permiten, en una economía de descuentos, determinar que esos descuentos favorecen al superávit de la compañía. Entonces por eso es que es importante esta figura”, consideró Socorro.

Desde el cierre de la frontera, 17 empresas han entrado a hacer parte de la zona franca de Cúcuta en los sectores de calzado, muebles, procesamiento de alimentos, procesamiento de productos agrícolas, plásticos, detergentes, artículos del hogar, entre otros. Actualmente está en trámite una solicitud para desarrollar 16 hectáreas adicionales.

No obstante los beneficios de la propuesta que plantea Iván Duque, Alexander Botello Sánchez, director del programa de Economía de la Universidad de Pamplona, cree que la medida no será suficiente y habrá que ver cuáles son las condiciones que se establecen para acceder a los beneficios, puesto que hoy el 98% de las empresas que hay en la ciudad son microempresas familiares, con capitales reducidos.

Para el analista, otro aspecto a tener en cuenta es que esta iniciativa no termine por beneficiar solo el capital de las empresas, porque así no sería una apuesta que garantice una transformación de fondo del aparato productivo regional.

Gustavo Petro y su apuesta por la agroindustrialización

Si bien la campaña del aspirante de la Colombia Humana no  ha tenido un alto impacto en Cúcuta y Norte de Santander, en parte por la misma teoría que se ha promovido desde el uribismo, de que su propuesta es la encarnación del llamado “castrochavismo”, los rasgos generales de su programa de gobierno tienen implicaciones directas, especialmente sobre el Catatumbo.

En Norte de Santander, Gustavo Petro apenas pudo conseguir 56.848 votos, que lo ubicaron en el cuarto lugar de votación en esta región del país.

Al revisar sus propuestas en detalle, el candidato de la izquierda no hace menciones concretas sobre lo que haría por Norte de Santander, sin embargo, en la única visita que hizo a la ciudad durante la campaña, Petro se refirió a la necesidad de industrializar a la capital del departamento y construir una economía productiva, a partir de la modernización del campo.

“El camino para la superación de la crisis en Cúcuta implica la industrialización de la ciudad. A los empresarios les dijimos que esa ruta implica dos tipos de tareas: una tiene que ver con la modernización del campo colombiano y dos, con el saber ecológico”, manifestó el aspirante en marzo pasado, durante una manifestación pública.

Petro ha insistido que en Colombia existen hoy 10 millones de hectáreas fértiles en las que no se produce nada y esa incapacidad de producir lo que hace es obstaculizar la industrialización.

“Si produjéramos en la mayoría de esas hectáreas fértiles, triplicaríamos la producción de alimentos y eso además de bajar los precios de los alimentos, aumenta el salario real de los colombianos. Pero también, significa que incrementa el mercado interno, lo cual haría que los propietarios de restaurantes, microempresas, el señor que hace calzado, las hamburguesas, podría vender más y hacer crecer su propia industria en las  ciudades como Cúcuta”, explicó.

Para Petro, la incapacidad de Colombia para modernizar su campo, es lo que ha llevado a muchos colombianos al rebusque y a depender de las mafias y la ilegalidad.

Calificación: necesaria, pero no es novedosa y no tiene impacto en el corto plazo

Alexander Botello Sánchez, director del programa de Economía de la Universidad de Pamplona, considera que la propuesta hecha por el candidato de la Colombia Humana, Gustavo Petro, es crucial porque permitiría, al fin, potencializar aquellos lugares de Colombia que por décadas han estado olvidados por el Estado.

Sin embargo, el analista opina que esta no es una propuesta novedosa y que no tendría un impacto inmediato para ayudar a paliar la situación que se vive en Cúcuta y Norte de Santander, pues el proceso para materializarla se puede tardar varios años, empezando porque gran parte de la producción alimentaria del país está distribuida en pequeñas unidades agrícolas que se siguen explotando de manera artesanal.

Prueba de ello, dice Botello, es que el actual Gobierno ya la ha venido aplicando por medio de las Zonas de Interés de Desarrollo Rural Económico y Social (Zidres), y el gobierno departamental, en su Plan de Desarrollo, también incluyó como uno de sus pilares estratégicos, la agroindustria.

“Aquí hay buenas áreas de vocación agrícola que le podrían permitir aprovechar ese potencial. Hay conexión de las cadenas, el agro y la industria, no solamente para la generación de empleo sino para una mejor calidad de los mismos. Sin embargo, es un proceso que no se da en uno, dos o tres años”, considera el economista.

Para Alexander Botello Sánchez, conseguir este encadenamiento productivo y por ende la agroindustrialización de la ciudad y el departamento no es para nada fácil porque, de entrada, requiere el engranaje de los gobiernos nacional, departamental y local. “Aquí es donde no se materializa fácilmente el programa porque, por ejemplo, el actual Gobierno lleva dos periodos apostándole a la agroindustria y no lo ha conseguido”.

Botello cree que esta propuesta debe arrancar de la mano de un conjunto completo de políticas públicas que puedan ir dejando resultados en el corto plazo.

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Lucy Araque
Lucy Araque
Jueves, 14 de Junio de 2018
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