Dicen que la vida está llena de ciclos y uno de ellos es el que siente haber cumplido Emiro Cañizares Plata al frente de la dirección ejecutiva de la Asociación de Municipios del Catatumbo, Provincia de Ocaña y Sur del Cesar, Asomunicipios.
En noviembre pasado, después de 16 años de liderar la entidad que reúne a 14 municipios y que es un referente en el país, decidió dar un paso al costado para abrirle espacio a nuevos liderazgos y, a su vez, empezar a aventurarse en otras experiencias en las que pueda replicar e impulsar el modelo de asociatividad que logró hacer exitoso en la convulsionada región del Catatumbo.
Su retiro, asegura, no obedeció a asuntos políticos. Fue una decisión voluntaria que, aunque reconoce fue difícil y dura, tomó con la intención de apostarle a otros escenarios profesionales, ya como independiente.
Al despedirse del proceso que le mereció reconocimientos y aprendizajes, Cañizares dice que se va con la satisfacción del deber cumplido, pues siente que ayudó a resolver, no todos, pero si algunos de los problemas que han hecho tan vulnerable a la región que lo vio nacer.
“Para mí, dirigir la Asociación es uno de los regalos más grandes que la vida me ha dado. Yo ingresé a Asomunicipios recién egresado de la universidad y estando en la asociación vi la necesidad de mejorar mi formación académica. Hice una maestría en Gobierno Municipal y en la medida que el proceso fue volviéndose exitoso, tuve la oportunidad de ir a contar esta experiencia en muchas regiones de Colombia y del mundo. No tengo sino gratitud con este proceso”, asegura.
Un proyecto que se fue consolidando de a poco
La Asociación de Municipios nació el 30 de enero de 1993 y seis años después, el 26 de octubre de 1999, Emiro Cañizares Plata asumió el nada fácil reto de liderar este proceso de organización, en una región caracterizada por el abandono estatal y la fuerte presencia de actores armados al margen de la ley.
Hasta ese momento, Asomunicipios solo era conocida en Ocaña y se tenía la idea de que hacía parte de la estructura de la Alcaldía. Su protagonismo era escaso y muchos de los alcaldes que la integraban poco conocían del objetivo para el cual había sido creada.
“Ingreso a la Asociación y no se tenía oficina. Solamente había un pequeño archivador, una máquina de escribir, algunas carpetas con información y pare de contar. Los primeros tres años fueron de mucho desgaste. No fue fácil, porque la Asociación depende de unos recursos muy pequeños que aporta cada municipio como asociados”, contó Cañizares.
Fue ahí cuando decidió tomar la batuta y emprender la tarea de dar a conocer la entidad, para que los mandatarios de Ábrego, Cáchira, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Esperanza, La Playa de Belén, Ocaña, Río de Oro, San Calixto, Sardinata, Teorama y Villa Caro, se sintieran parte del proceso que se estaba gestando.
“Empecé a hacer jornadas de trabajo con los equipos de gobierno para mirar cuál debía ser el papel de la Asociación e identificar los temas que se tenían que liderar. Empezamos a participar de las conversaciones que tenían que ver con el desarrollo de la región, a sostener diálogos con el gobierno departamental, a movernos poco a poco. Entre 2004 y 2007 tuvimos un momento muy importante, pues logramos el primer gran reconocimiento”, contó.
El saliente director ejecutivo recordó que en ese momento, Asomunicipios se convirtió en el primer Centro Provincial de Colombia, lo cual les permitió abrirse puertas y empezar a hablar de proyectos regionales, ya no solo en Norte de Santander, sino a nivel nacional.
“Eso nos posicionó mucho, porque bajo el acompañamiento del Ministerio de Agricultura empezamos a hacer todo un trabajo con productores y logramos identificar dónde estaban las debilidades”.
Fruto de este primer ejercicio que lideró, Cañizares Plata asegura que hoy en la subregión del Catatumbo hay más de 110 asociaciones de productores creadas, la mayoría bajo el acompañamiento de la entidad.
Aunque el exdirectivo hizo una pausa en la Asociación y se apartó de ella entre 2008 y 2011, para asumir otras actividades, entre ellas una fallida aspiración a la Alcaldía de Ocaña, por invitación de los mismos alcaldes y del gobernador de la época, Edgar Díaz Contreras, regresó a la dirección a comienzos de 2012, para darle continuidad al proyecto que había dejado en proceso de consolidación.
Aliado para el Catatumbo
Su regreso a Asomunicipios significó una nueva etapa no solamente para su desarrollo profesional sino para la misma entidad, la cual continuó incidiendo cada vez de manera más importante en el desarrollo y bienestar de una región tan golpeada por la violencia como el Catatumbo.
Electrificación rural, saneamiento básico, vivienda, vías terciarias y desarrollo agropecuario se han convertido en algunos de los principales proyectos frente a los cuales la Asociación se volvió un aliado fundamental para los alcaldes.
“Nos convertimos en un espacio de diálogo permanente, de conexión. La Asociación no es una ejecutora de obras públicas, sino que se dedica es a generar sinergia y articulación entre los gobiernos locales, alrededor de proyectos regionales. Cuando los 14 alcaldes hablan hacemos sesión con el gobernador y con el Gobierno Nacional”.
A manera de balance, Emiro Cañizares recordó que gracias al trabajo de la Asociación de Municipios del Catatumbo, Provincia de Ocaña y Sur del Cesar se han logrado sacar adelante tres fases del proyecto de electrificación rural, con una inversión de más de $65.000 millones, que han beneficiado a más de 8.000 familias de la zona rural.
“Esto nació del diálogo entre alcaldes, presidentes de junta de acción comunal, la institucionalidad, el Comité de Cafeteros, la Gobernación y Ecopetrol. El pesimismo fue un obstáculo al principio, pues convencer a 14 alcaldes no fue nada fácil. Algunos decían que no iba a ser fácil conseguir un proyecto para una vereda, mucho menos para varias, pero empezamos y en junio de 2016 ya teníamos la aprobación del primer proyecto para las primeras 73 veredas en bloque, en conjunto”, recordó Cañizares.
Con el apoyo del Gobierno y del programa Catatumbo Sostenible, ya fueron aprobados otros $66.000 millones que van a permitir que 4.600 familias más de la zona rural tengan energía.
La Asociación también se la jugó por las llamadas Alianzas Productivas y de los 48 proyectos que ha financiado el programa en Norte de Santander, 37 llegaron a los municipios que hacen parte de la organización.
De la misma forma, hicieron posible que el Departamento Nacional de Planeación estructurara los primeros 25 acueductos para los municipios de la Asociación, de los cuales 23 hoy ya tienen viabilidad técnica y 13 los recursos asignados.
“En medio de tantas complejidades, esta Asociación es un bálsamo de esperanza. Es un activo para la región que se debe mantener y conservar”, considera Cañizares, para quien el apoyo de la cooperación internacional también fue clave en el trabajo que desarrolló.
Reconoce que así como fue importante la gestión que lideró, también son muchos los temas que le quedaron pendientes por ejecutar y que se lamenta no haber podido avanzar, por la misma falta de recursos, como los temas ambientales y el impulso a la agricultura de minifundios.
Asegura que a pesar de la violencia que cada vez se agudiza más en el Catatumbo, el conflicto no fue un obstáculo para su trabajo, en la misma medida que nunca terciaron en discusiones políticas, ni ideológicas, pues su trabajo siempre fue técnico.
Con esa misma convicción se despide y dice que la seguirá manteniendo, pues insiste en que por ahora no se dejará tentar por una aspiración a cargos públicos y que tampoco asumirá algún despacho en la administración departamental.
Su siguiente reto es consolidar un proyecto de consultorías, aunque no niega que está listo, si así se lo piden, para empezar a impulsar el modelo de la asociación en otras subregiones del departamento.
“Quiero estar disponible para seguir impulsando procesos de asociatividad municipal. No me pienso desconectar del territorio ni del Catatumbo porque me debo mucho a esta región”.
